Museo de lo absurdo, vol. 18: 007 al pil pil

AG

Mira que se han hecho juegos basados en películas. Desde maravillas como Goldeneye, pasando por otras adaptaciones más normalitas como The Warriors a truños con un grado de infumabilidad infinito como E.T. de Atari 2600. Las consolas de 16 bits bebían también de adaptaciones, habiendo disfrutado en estas adaptaciones como los diferentes Super Star Wars, Batman Returns o Aladdin, por destacar algunas de los más notables, pero también se deleitaron con parodias de películas convertidas en juegos. Éstas fueron mucho más escasas, de hecho se pueden contar con los dedos de una mano, pero en ellas hubo un denominador común que llevó la moda de las parodias (no muy seguida, por cierto) a la máxima expresión. Hablamos de uno de los personajes más influyentes y con más trascendencia de los 90; hablamos de Pond… James Pond.

Como podéis imaginaros, James Pond era una sátira directa de James Bond. Pero, ¿qué les diferenciaba? Pues mientras Bond es un agente secreto atlético y galán, Pond es su alter ego marino. Porque James Pond es un pez. Un pez con muy mala leche y también galán, a pesar de su aspecto infantil y su carita de pececito bueno.


Había imágenes mejores, pero me hizo gracia esta.

De James Bond hubo innumerables adaptaciones en consola. Habiendo nombrado la maravillosa Goldeneye anteriormente, todas las demás quedan en ridículo si las comparamos con ésta. Y hablamos de más de 20 juegos, incluyendo el reciente Quantum of Solace o Goldfinger como adaptaciones directas de películas, así como otros “inventos” raros como James Bond Jr. o James Bond: The Duel. James Pond, por el contrario, sólo protagonizó cuatro juegos; cuatro aventuras independientes que incluían pequeños detalles y guiños de películas de James Bond; cuatro aventuras variopintas; cuatro “pedazo” de juegos.


James Michael Jackson Bond

James Pond fue concebido inicialmente para dar más vidilla al catálogo de Commodore Amiga, un ordenador personal que hacía más las veces de consola y que estaba entrando en declive gracias al gran despertar consolero de finales de los 80-principios de los 90. Millennium Interactive, una empresa nacida en las Islas Británicas y compuesta por un staff a la par independiente y un tanto desconocido en el sector, era la que concebía el peculiar James Bond marino que nos ataña. No podemos dejar de mencionar que Millennium, gracias al prestigio ganado con la saga del Sr. Pond, se convertió en una de las desarrolladoras que no se casaban con nadie más famosas del sector, hasta que llegó Sony Computer Entertainment y la absorbió. Gracias a Millennium en el seno de Sony, disfrutamos de títulos como Medievil.

Habiendo hecho el inciso, decía que Millenium era la compañía que dio a luz a James Pond para que viviera innumerables aventuras en Amiga. Pero Electronic Arts estaba muy atenta al desarrollo de dicho juego y, antes de que fuera sacado a la venta, compró los derechos del mismo y logró su reproducción en Mega Drive. Millennium, visto que había perdido la exclusividad, también se acordó de los usuarios de otro sistema de ordenador personal y lo portó para Acorn Archimedes. Así pues, James Pond: Underwater Agent salía a la venta en 1990 para estos tres sistemas. Empezaba la era James Pond.


Qué guapo. Qué sexy. Qué… maloteh

James Pond: Underwater Agent. El título del juego ya parodiaba a Bond, ya que se descartaba que fuera casualidad el parecido Pond-Bond debido a la coletilla “agente submarino”. La portada del título también incluía guiños al personaje de James Bond y sus películas: bellas mujeres (sirenas, eso sí), una refinería volando por los aires, James Pond portando smoking (un tanto peculiar) y una Colt Police Positive (la llevó Bond en su primera película: Casino Royale)… Espera, ¿una Colt? ¿Un pez con un arma? ¿? Bueno, no dejaba de ser curioso que James Pond en la portada apareciese con una pistola y luego en el juego matase a los enemigos emitiendo… burbujas. Deberían haber avisado en la portada con un “Gun’s not included”, que luego el que tengamos que matar enemigos a pompazos parece una mariconada. En fin, siguiendo con el tema, no sólo la portada y el título ya incorporaban continuos guiños: al insertar el juego en la consola (o ordenadores Amiga y Acorn Archimedes –anda que vaya cacharrito-), encenderla y tras soportar el logo de Electronic Arts (el viejo era feo. MUY FEO), James Pond aparecía en escena imitando al león de la Warner. Eso sí, guardando las distancias en cuanto a rugidos. La apuesta de Millennium se había llevado a su máxima expresión.

Una vez ya jugando, James Pond no dejaba de ser un juego curioso pero prácticamente del montón, en cuanto a calidad y jugabilidad se refieren, y en el que manejábamos a James Pond en escenarios bajo el agua y resolviendo diferentes situaciones (recoger ciertos objetos, rescatar a ciertos animalitos…) para pasar de nivel. James Pond no era un juego de plataformas (aunque gracias al agua, nos movíamos como pez en el agua por los escenarios –jejejeje, qué chistoso-) y tampoco de acción (aunque derrotábamos enemigos e incluso jefes de final de nivel). Era una mezcla de varios géneros que costaba englobar en uno en concreto. Eso sí, el juego era más difícil que el copón en sus últimos niveles.


Zanahorias bajo el mar… ya veréis que hay cosas mucho más exageradas

Aunque en cuanto a gráficos y situaciones jugables el juego no recordaba nada a James Bond y su universo, sí había otros detalles que mantenían ese toque de sorna y no hacían pensar a uno que la gracieta se limitaba sólo a la portada del juego, al nombre del personaje y poco más. El argumento del juego nos ponía en el difícil aprieto de impedir que el petróleo y la basura contaminante de una refinería de alta mar se dispersaran por el océano y, de camino, derrotar al Dr. Maybe, que hacía las veces de Dr. No, siendo el causante de tal estropicio (Dr. Quizá en lugar de Dr. No… tiene su gracia). Dicho argumento dividía el juego en varios episodios que daban, al mismo tiempo, nombre a los grupos de niveles. Esos nombres no podían ser si no parodias de películas de James Bond. “A view to a spill” por “A view to a kill” (que en español podría ser algo como “Panorama para derramar” en lugar de “Panorama para matar”) o “Leak and let die” por “Live and let die” (“Gotea y deja morir” por “Vive y deja morir”), “The fish with the golden bar” por “The man with the golden gun” (“El pez con el lingote de oro” en lugar de “El hombre con la pistola de oro”) entre otros. También el nombre de una canción de la banda sonora de este Underwater Agent encerraba juegos de palabras, así como su melodía, que servía de homenaje: “License to Bubble” (“Licencia para burbujear”). Espera… ¿Y GASTO YO TRES LÍNEAS DE ESTE ARTÍCULO PARA HACER UNA RESEÑA A UNA CANCIÓN? En fin… En realidad es que no hay más dónde coger. Y lo peor es que para los de Millennium esto era hacer una parodia… creo que juegos como Marble Madness lo consiguieron mejor –nótese la ironía-.

James Pond en acción (la versión de Mega Drive es idéntica)

A pesar de los al final insuficientes guiños, la simpleza técnica y el nivel de dificultad, James Pond: Underwater Agent tuvo un éxito enorme y Millennium ser puso rauda y veloz a elaborar la segunda parte. James Pond ya había creado franquicia; incluso Electronic Arts se pensó el usar a dicho personaje como mascota de la compañía. Todo parecía indicar que, tras el intento fallido de homenaje burlesco a James Bond, la segunda parte sí que tomaría más referencias de las películas del personaje de Ian Fleming. Pero no fue así. Puestos a seguir haciendo parodias insulsas y ridículas, sacaron a James Pond del agua, lo vistieron con un traje robótico y lo convirtieron en… Robocod.

Sí, señores, Robocod de Robocop.

Y del más que posible churro a la vista, Millennium tuvo la suerte de crear uno de los mejores juegos del catálogo de Mega Drive. Eso sí, de James Bond y Robocop tenían poco, por no decir casi nada.


Bonita portada

James Pond 2: Codename Robocod fue un juego que sorprendió a propios y extraños. Con un nivel técnico y jugable que no destacaba en absoluto (sobre todo existiendo títulos como Sonic The Hedgehog), James Pond 2 fue una conjunción de muchos factores y matices que hicieron que entrase en el selecto grupo de los imprescindibles del catálogo de la consola de Sega. Si no destacaba en nada, ¿cómo podía ser tan bueno? Bueno, tenía algunos argumentos como el gran número de niveles (50) y su ajustada dificultad, pero se antojaban un tanto insuficientes. La cuestión es que encantaba a todo aquel que lo probaba. Incluso yo no pude huir de sus encantadoras garras. Y a día de hoy sigo atrapado :S.

Esta vez no había James Pond imitando a león alguno. Tras el horrible logo de Electronic Arts (bis.), daba lugar una pequeña intro en la que salían unos pingüinos muy tristes porque el Dr. Maybe se había hecho cargo de la fábrica de juguetes de Santa Claus y tenía como fin arruinar la Navidad a todos los niños del planeta (jooodeeer… esto sí que es un argumento y no el del Mass Effect). Entonces, James Pond surge rompiendo con un serrucho la capa de hielo que separa el mar de la superficie, y con él mil globos, que hacen que los pingüinos se pongan a celebrarlo por todo lo alto mientras James Pond se marca un baile con una canción de fondo inolvidable.

Inolvidable

James Pond es la primera vez que sale del agua en mucho tiempo, pero gracias a que está ataviado con ese traje robótico, su estancia en la tierra firme será volátil. Y digo volátil porque James Pond cuenta con dos habilidades físicas, y una de ellas es la de saltar muchísimo y disfrutar de una gravedad más propia de la luna (pero no de una luna quesadilla que luego veremos). Hay quien se pregunta aún por qué demonios salta tanto y parece una bolsa de plástico en el aire. La otra habilidad es la de extenderse hasta límites insospechados. Y atención, porque es capaz de estirarse a lo alto, a partir de su abdomen, hasta 40 veces su tamaño. ¡¡¡¡40 VECES SU TAMAÑO!!!! ESO SÍ QUE ES UNA ABDOMINOPLASTIA BESTIAL. ¿Qué utilidad tiene el poder estirarse tanto? Pues alcanzar lugares altos y agarrarse a estos para ahorrarse mil saltos de por medio (y eso que este bicho salta como si fuera El Fleky de El juego de la oca). Lo irónico es que apenas encontraréis lugares que merezcan la pena donde agarrarse del techo, ya que los escenarios están diseñados para que dicha habilidad carezca de fundamento en muchas ocasiones.

Aprovechando su gran salto y su “nanotraje extensor”, James Pond prescinde de las burbujas a la hora de atacar enemigos. ¿Qué utiliza? ¿La pistola que vuelve a llevar en la portada? Pues no, porque en un auténtico derroche de originalidad, a Millennium se le ocurrió que Pond matase a los enemigos de una manera nunca vista antes…………………. saltando sobre ellos. Desde luego, que manera de obligarme a ser tan sarcástico, pero es que sigo sin comprender cómo llevando un traje con poderes especiales, emulando a Robocop y llevando una pistola en la portada la única manera de matar a los enemigos tenga que ser saltando sobre ellos. Es que manda cojones. Al menos, y lo digo entre la repulsa, la rabia y el consuelo, el saltar sobre ellos tiene un añadido si, en pleno salto, nos agachamos: el golpe así será más duro gracias al traje y quitará más vida. Y normal, porque yo creo que después del papel higiénico, sólo la cola de un pescado quitaría menos vida cayendo sobre un enemigo. Vaya elemento frágil con el que atacar, joder.

El desarrollo de los niveles tiene aspectos que a uno le hacen flipar. Al encontrarnos en una fábrica de juguetes damos por hecho de que nos toparemos con muchos juguetes por el camino… ¡¿PERO TANTOS?! Es decir, James Pond 2: Codename Robocod posiblemente sea el juego con más objetos “cogibles” por nivel. ¡Hay tropecientos! Y de todo tipo: martillos, helados, grifos, cebollas, raquetas, violines, muñecos de nieve, muelas… ¿HOLA? ¿MARTILLOS? ¿GRIFOS? ¿¿¿MUELAS??? Pero qué tienen que ver estos objetos con los juguetes, por favorrrr. Es de coña. Cada uno da un número de puntos diferente, pero no os vayáis a creer que al haber tantos objetos por nivel cada dos por tres ganarás vidas… tardarás un buen rato y muchas molestias cogiendo objetos para conseguir una mísera vida. También hay objetos que sirven para algo más que para dar puntos, como es el caso de las estrellas, que dan puntos de vida, botellas de veneno, que los quita (tiene guasa que entre los miles de objetos también camuflen objetos que quitan vida); paraguas; alas, que sirven para caer más despacio; y anclas que dan vidas extra. Un ancla como icono de vida extra. Anda que…

Pero no sólo hay millones de objetos que coger en cada nivel, sino también en los escenarios. Estos son de un tamaño mayor a los coleccionables (es difícil hacer objetos más pequeños, la verdad) y son el fruto de la variedad más absurdamente pésima que he visto jamás. ¿Sabéis lo que es un escenario repleto de palas de ping pong y pelotas con caras? Menudo mal gusto. Y si al menos pusieran 3 ó 4, pues oye, mal gusto pero al menos no estorban y confunden, pero poner por pantalla alrededor de 30 es que es ya desternillante. De los escenarios más feos de la historia. Y de las partes del escenario interactuables, pues igual, miles de objetos de tamaño considerable que se repiten y que comparten en su mayoría un rostro al mismo tiempo desangelado y que se ríe de nosotros.


Mirad el escenario… ¿a que no exageraba?

Pero este juego aún da mucho de sí. Por su todo, y no por su nada, ya que si deseáis saber elementos que comparte con las películas de Robocop, seguid esperando o buscad en Medievil, que quizá en Millennium se confundieron de juego. Sin querer extenderme más de lo debidamente debido (valga la redundancia), me gustaría mentar un par de cosas que me hicieron especialmente gracia. La primera es la extrema facilidad para morir atascado. Es decir, si saltabas a una plataforma móvil y ésta chocaba con la pared y no estabas totalmente encima de ella (quedándote en el pico más cercano a dicha pared), morías; si el techo estaba muy bajo y saltabas mínimamente para matar a un enemigo y chocabas contra el techo en el momento de pisarlo, morías. La mayoría de las veces te quedabas flipando, ya que no daba la sensación en absoluto de que realmente James Pond se quedase sin espacio vital y por ende morir. Además, la transición vida-muerte-volver a vivir era tan rápida que si parpadeabas en el momento de morir no te dabas cuenta de que lo habías hecho excepto porque te habían llevado de vuelta al inicio del nivel. Fenómenos paranormales.

La otra y última es que James Pond puede montarse en vehículos que le hagan llegar a lugares inaccesibles o le permitan matar a enemigos de manera más fácil. Estos vehículos son una avioneta, un coche y… ¡UNA BAÑERA VOLANTE! (xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD)
Nada más que añadir, Señoría. Bueno sí, en referencia al punto anterior, que montado en estos cacharros era todavía más fácil morir atascado. Muchas veces vuelas con la bañera, chocas con el techo y mueres atascado o_O. También, si “aterrizas” entre dos elementos del escenario cercanos el uno al otro, mueres. E incluso en algunas ocasiones pasas por un lugar estrecho, por el que el personaje con su vehículo cabe justito y a veces mueres y otras no, dependiendo de la gana que le dé al juego. Fenómenos “para-anormales”, definitivamente.

James Pond 2: Codename Robocod cosechó éxitos desde su salida, obteniendo puntuaciones de infarto, adelantando a Sonic en las clasificaciones y vendiendo copias a raudales. Pero además hubo un detalle que a EA y Millennium les hizo ganar todavía más dinero, y era el patrocinio que James Pond 2 encubría. Resulta que los pingüinos eran idénticos a los de una empresa de galletas del Reino Unido, lo cual no fue por casualidad sino por un contrato firmado bilateralmente para hacer publicidad in-game de dichas galletas. No había referencia alguna a las galletas excepto los pingüinos, de manera que hasta le salieron bien la jugada de hacer publicidad sin dar nombres porque, en la época de salida del juego allá por 1991, las todavía-no-nombradas Penguin Biscuits fueron las más vendidas dentro de su sector por primera vez en su historia. Publicidad inteligente o como queráis llamarlo. Yo prefiero llamarlo “reclamo absurdo con suerte”.


Aún me pregunto cómo, a la gente, se le venía a la cabeza estas galletas viendo los pingüinos de James Pond 2 si no se parecen en nada

Y con James Pond 2 hemos terminado pero todavía no se pone fin a las andanzas del pez salgo-con-pistola-y-luego-mato-con-la-cola. A Millennium todavía le daría tiempo a editar dos juegos más antes de enterrarlo definitivamente. El primero de ellos fue totalmente inesperado. James Pond’s Aquatic Games fue su nombre, y dejaba todo género de plataformas o cosa rara como el de Underwater Agent para enfundarse el traje de deportista y correr en unas olimpiadas muy particulares. Aquatic Games, como declararía Millennium, era también una parodia. Dejando a un lado James Bond o Robocop (¿tenemos que seguir llamando parodia a Robocod a la fuerza?), el parodiado pasaba de ser parte del celuloide a serlo del propio mundo del ocio electrónico (nuestros queridos videojuegos). Track & Field, el popular juego de Konami de pruebas atléticas que más pads de NES destrozó, era el elegido. Habiendo cambiado su cola por unas fornidas piernas (de coña total), James tenía que disputar hasta un total de ocho eventos, que iban de pruebas de velocidad (con y sin obstáculos, e incluso a lomos de un triciclo) a otras que poco tenían que ver con disciplinas deportivas, como una que consistía en ir saltando encima de enemigos que salen de máquinas a ambos lados. El nivel de dificultad era alto y el de diversión tirando a nulo. ¿Por qué? Seamos concisos: el juego salió en 1993 y además propone pruebas de agilidad dedal en diferentes eventos, entonces, querida Millennium… ¿QUÉ HICISTÉIS QUE NO INCLUISTEIS MODO DE DOS JUGADORES? Por dios, este juego sin competir con otra persona carece de razón de ser. Es que por no competir no compites ni contra la máquina en algunas pruebas. Eres tú solo. TÚ SOLO. Pfffffffff…. Y parodiaban al Track & Field según decían… anda que se vayan a pegarle pedos a una lata hasta que la abollen. Menudos herejes.


Dónde me vas con esos músculos en las piernas

Lo único que podía parodiar de Track & Field además del incesante machaqueo de botones para algunas pruebas son sus terribles efectos de sonido. Y es que el T&F de NES tiene efectos de sonido mejores que este Aquatic Games de Mega Drive (y los de la versión de Super Nintendo son aún peor). Y si es una aberración que se diga que parodia al Track & Field de Konami, más lo es que parodien a Beethoven y Schubert y que encima haya pruebas fehacientes de ello, ya que, de las 5 melodías que tiene el juego, dos de ellas son el Himno de la alegría y Die Forelle. Encima fatalmente representadas, sonando casi de coña.

A Millennium aún le quedaría un cartucho en la recámara, y a los pocos meses de editar Aquatic Games aparecería James Pond 3: Operation Starfi5h (cuatro James Pond en apenas tres años, que se dice pronto… Eso sí que era aprovechar el tirón mediático de un personaje). A pesar de que en el título no parece mostrar parodia alguna, sí que lo es: Flash Gordon fue el elegido. ¿Cómo se sabe si en el juego, por cuarta vez, apenas hay referencias? Pues la portada vuelve a ser la evidencia, pues lleva un traje de similares características (siempre guardando las diferencias) al de Flash. Aun así, hubiera sido complicado de adivinar si no fuese debido también al título “secreto” del juego: James Pond 3: Splash Gordon. Título que decidieron suprimir no fuera a ser que la parodia rozase el ridículo una vez más.

En esta ocasión, Pond se trasladaba a la luna para arruinar por enésima vez los planes del Dr. Maybe. Una luna, a propósito, que se aleja un poco de la real, ya que la del juego tenía el aspecto y el color del queso. Queso everywhere. Con el tema de los agujeritos en el suelo simulando cráteres pues no les quedó del todo mal, aunque no podemos evitar la pregunta de siempre: ¿QUÉ TIENE QUE VER UNA LUNA DE QUESO CON FLASH GORDON? En fin, lo de siempre. Nada.

Antes de lanzar el juego a la venta, Millennium cometió un zapatazo que pocos conocen pero aquellos que lo saben no olvidarán jamás. A la empresa inglesa se le ocurrió decir que “James Pond 3 será en Mega Drive lo que Super Mario World es en Super Nintendo” (risas enlatadas de fondo). Supuestamente, lo decían por el nivel técnico que hacía gala, además de la longevidad del juego. Entrando en materia comparativa, cotejar, por ejemplo, los gráficos de Super Mario World y James Pond 3 es INSULTANTE. A nivel de diseño es que no tienen ni punto de comparación. Por contra, es cierto que en cuanto a extensión James Pond 3 sí que era comparable e incluso superior. Le avalaban 100 niveles, que se dice pronto. Eso sí, ni con tanto nivel era tan divertido como Mario, por lo que de poco le servía. En resumidas cuentas, James Pond 3 no sólo era peor que Super Mario World, sino que también que James Pond 2. El gambazo de Millennium fue total.


Tiembla Mario

Hablando un poco más sobre Operation Starfi5h, he de comentar algunos aspectos un tanto absurdos. Por ejemplo, para estar en la luna, la gravedad a la hora de saltar es mayor que el de James Pond 2, lo cual no tiene sentido alguno (qué menos que flotar un poquillo por aquí y por allá, ¿no?). Otro aspecto es que James Pond, de no correr apenas nada pasa a correr como mil demonios, y lo único que lo diferencia de Sonic es el descontrol que se tiene del personaje cuando va corriendo a toda leche. Una vez más, incluyeron muchos objetos a recoger, pero esta vez la variedad descendió un 99% y apenas hay 3 ó 4 diferentes. Joder, eché de menos coger martillos o enchufes en la luna, para qué mentiros. Pero también incluyó novedades a tener en cuenta, como disparar con armas (SÍÍÍÍ JODERRR, ¡¡por fin podemos disparar la pistola de la portada!!), objetos como jet packs o gafas de rayos X y la posibilidad de desafiar el centro gravitatorio corriendo por paredes casi verticales sin problema alguno. No obstante, James Pond 2 seguía meándose en él, y Super Mario World, directamente, cagándose.

No deja de ser menos absurdo que, tras la metida de gamba de Millennium, James Pond 3: Operation Starfish (o Splash Gordon) saliera para Super Nintendo unos meses después. Porque, en general, hay que echar de comer aparte a los ports de esta saga, ya que, posiblemente, se trate de la saga más versionada de la historia. Agarraos que vais a flipar:

James Pond: Underwater Agent: Amiga, Atari ST, Acorn Archimedes, Amiga CD32, Mega Drive, Super Nintendo, Game Boy, Game Gear.

James Pond’s Aquatic Games: Amiga, Mega Drive, Super Nintendo.

James Pond 3: Operation Starfi5sh: Mega Drive, Amiga, Amiga CD32, Super Nintendo, Game Gear

Y dejo la segunda parte para el final porque, sin duda, es la más sorpredente…
James Pond 2: Robocod: Amiga, Amiga CD32, Atari ST, Commodore 64, DOS, Game Gear, Game Boy Advance, PlayStation, Mega Drive, Super Nintendo, Nintendo DS, Playstation 2.

¿Nintendo DS? ¿Playstation 2? En efecto. James Pond 2 fue reeditado hace pocos años para que las nuevas generaciones disfrutaran de tan tamaña obra. Creo que no hace falta decir que su éxito no fue discreto, no… fue NULO, y cosechó malas reviews allá por donde fue. Apenas se cambió y se añadió nada con respecto al original, por lo que sacar en 2005 un juego de 1991 y dejarlo prácticamente tal cual tiene su miga.


Encima hasta hubo algunos que le dedicaron portada

Como habréis podido comprobar, y como colofón a este extenso Museo, James Pond fue un personaje que, desde sus inicios, estuvo rodeado de absurdidad. Pero se le echa tanto de menos…

PD
helicon

LA PORTADA DE LA PSN XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

el artículo en sí, no me ha parecido tan interesante como el resto pero aun así es bastante curioso.

B

No conocía la existencia de semejante saga O.O ... AG eres un cabron... me han entrado unas ganas de jugar a esta mierda que te cagas jajajajajajaj

Como siempre, un 10 por tu artículo ;)

GryF

Este juego fue mítico! xD

KueS

Yo lo tenía jajajajjajajajaa, sin horas que le eché de pequeño.

v1rus-

yuoohhhh tiene mas años q el sol eso es de cuanto franco tocaba la corneta esa revista de James Pond la tendre por hay votada que exclusivas sin recuerdos de PSX!!!!

PSX + James Pond vicio tenia yo 10 años!! xDDDD

MaPaCHe

Yo tengo el codename Robocop, lo mismo le hago una foto con dedicatoria para AG

anikex

te cagas con el jueguillo... pff xDD

Betrayal

JUEGAZO, lo tuve de pequeño en mi 286 y le eché horas y horas y horas y.... nunca me cansaba de el.

AG

#2 Comprendo que no es un tema tan interesante, unido a que me quedó infinito el artículo xD. Estaba en deuda con él porque fue la segunda idea que se me ocurrió para el Museo y fui posponiéndolo todo el rato.

#3 te recomiendo que juegues al James Pond 2. Es cojonudo xD.

#6 El único que salió para PSX fue James Pond 2 y fue en 2003 y aunque no de manera oficial (de ahí que no lo ponga en la lista de ports). Si tienes 19 años, las cuentas no me cuadran xD.

#7 Yo también lo tengo :X.

Gracias a todos por vuestras respuestas y por leerme, que no es poco.

PajarracO

"todavía no se pone fin a las andanzas del pez salgo-con-pistola-y-luego-mato-con-la-cola."

xDDDDDDD

BlackGun

en la store de PS3 esta para descargar el james pond 2 de psx xD

Scerin

gracias por hacer otr MDLA, tambien decir que es el que menos me ha gustado (no por la currada que te has pegado sino porque la historia es si no me llama)

Un saludo, lo haces de puta madre y a esperar el siguiente

AG

Este viernes... sorpresa.

T3rm1n4t0r

como absurdo, desde luego este se lleva la palma

1 mes después
Pontifex

Pero si James Pond era la leche! yo con el juego con el que más me divertí de mega drive fue con el James Pond 3, era malo técnicamente? si era una pasada de juego, también tuve el 2 y el 3 ganaba claramente en horas de juego

Usuarios habituales

Tags