La historia que hoy voy a contaros es demasiado desconocida para lo absurda y auténtica que es, y que gracias a un número antiguo de EDGE UK he recuperado con el fin de hacérosla saber. Algunos creeréis que el Museo de lo Absurdo es inherente a las historias de muy antaño, pero es que en ellas residen la gracia de este sector y las situaciones tan rocambolescas y estrambóticas por las que pasó. Porque esta vez ni Sega ni Nintendo son los protagonistas, sino Konami y su mascotilla Sparkster.
Resulta que allá por 1993, Konami lanzó en exclusiva para Mega Drive un juego llamado Rocket Knight Adventures, y en cuyo cartucho de apenas ocho megas disfrutaríamos de las aventuras de una zarigüeya muy particular, pues tenía un cañón que hacía dispararla y rebotar por toda la pantalla. Rocket Knight Adventures iba a ser el inicio de una gran franquicia de juegos protagonizados por esta zarigüeya, de nombre Sparkster, que estaba llamada a ser la mascota a corto plazo de la compañía nipona. Pero las malas noticias aterrizarían en Konami incluso antes de sacar el juego, y lo más curioso de todo es que estas no serían a causa de retrasos, problemas en el desarrollo o, directamente, la calidad técnica del juego. Todo residía en la epilepsia, que había hecho mella en algunos betatesters del juego.
Portada. Qué guapo que sale nuestro Sparkster ;***
Konami se encontró ante sí con un problema, en concepto simple, pero difícil de apaciguar. El juego estaba terminado, y los controles de calidad habían dado positivos, siendo un juego sobresaliente… pero causaba ataques de epilepsia. Estos eran debidos a la idea inicial de Nobuya Nakazato, director del proyecto “Full-Metal Rocket” (así fue su codename –nombre en clave- hasta que empezó a tomar forma), que quería hacer un juego lo más espectacular posible y que, debido a las limitaciones técnicas de su tiempo, sólo pudo aportar espectacularidad en las explosiones. Hasta ahí todo bien, porque unas explosiones llamativas y bien conseguidas serían un buen incentivo, pero para lograr una espectacularidad más original dotó a las mismas (explosiones) de haces de luz continuos y exagerados, inspirados estos en los dibujos animados japoneses de los 70 y 80 y que, curiosamente, también recibieron duras críticas por provocar ataques de epilepsia de manera poco deliberada. Así pues, Nakazato se hinchó a incluir haces de luz a punta pala, con continuos flashes y parpadeos. Y aunque en el equipo de desarrollo todos estaban contentos por el resultado, la sangre llegó al río cuando no sólo a uno sino a dos beta testers de los doce a los que encargó Konami su rodaje la epilesia hizo acto de presencia.
Víctima de la beta de Rocket Knight Adv.
Imaginaos la tesitura: tenéis un juegazo terminado pero que causa ataques de epilepsia, ¿qué hacéis? Pues lo primero, que ese problema no saliese de las oficinas de Konami, porque marcaría de por vida al juego y a la reputación de la compañía. Y lo lograron. A cambio rebajaron parte de los haces de luz de manera que a aquellos que sufrieron epilepsia probándolo ya no la sufrieran más (aunque cabe cierta duda sobre que no la sufriesen más). Y así lo hicieron. Posteriormente el juego pasó al proceso de duplicación, salió a la venta satisfactoriamente en números y se llevó geniales críticas. Pero tanto en EE.UU. como en Japón la caja del juego tenía una pegatina de advertencia sanitaria (que luego se puso de moda) y que Konami nunca esperó. En ella se leía algo muy similar a lo que inicialmente aparecía en pantalla al introducir un juego y encender la consola: las recomendaciones para personas epilépticas.
Esa cosa roja tan bonita que actúa como espejo es agua, y si la tocas mueres. Easy & fast
Imaginaos pues cómo sería el juego antes de tener modificadas las explosiones para que, incluso tras moderarlas bastante, la advertencia fuera tal que metió el miedo a Konami en el cuerpo por lo acontecido antes de puertas para adentro.
Una cabronada de pelea con unos robots imbéciles que no respondían bien a lo que comandabas con el pad
Lo cierto es que, y aquellos que hayáis jugado lo habréis comprobado también, el resultado final de Rocket Knight Adventures (y el que sólo los usuarios han conocido) contenía unas explosiones espectaculares, y también espectacular...mente exageradas en cuanto a luminosidad y parpadeos. No había que ser muy listo en ese entonces para darse cuenta de que jugar a ese juego era más que un riesgo para personas epilépticas, lo supieran o no.
Si no conocéis el juego o simplemente queréis rememorar dichas explosiones, podéis ver su Speedrun. Recomiendo su descarga, aunque sean 150 megas. No os decepcionará. La primera explosión gorda de esas de haz de luz es en el minuto 2:27, y ojo de 4:40 a 4:59 y de 5:20 a 5:39 xd.
Nuestro prota encañonado. Extraído del comic del propio Sparkster, posterior al juego.
PD. Gunstar Heroes y Vectorman fueron juegos que siguieron su estela, aunque no se pasaron tanto.
PD2. La segunda parte, llamada Sparkster: Rocket Knight Adventures 2, prescindió absolutamente de todo efecto de luz. Konami aprendió la lección.