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La luz era tenue, la habitación se llenaba de oscuridad, casi sin percepción de la bombilla que iluminaba la pequeña estancia. A la vez que me llevaba el cigarrillo a la boca, y mis pulmones comenzaban a llenarse de aquel humo, que todo el mundo seguía considerando perjudicial para el cuerpo humano. Es más, a la mente me venía Ron Peers con su adicción a las dosis catalizadoras. Yo no llegaba a entender como su cuerpo, lleno de cicatrices había conseguido acostumbrarse a tantas dosis. Cualquier otra persona que hubiera tomado mas de cinco en una semana, ahora mismo estaría en eso que el reverendo Job, nos explicaba cada noche antes de cenar, ese otro mundo al cual nuestra alma viaja después del ultimo suspiro, donde en teoría según el reverendo seriamos juzgados por nuestros actos, el cielo.
La mayor parte de la tripulación era atea, aunque aun quedaban bastantes católicos en la nave. Y todos atendían con admiración las palabras de Job cuando leía la Biblia y recitaba ese sermón de supuestos santos y arcángeles. Pero Ron no, él necesitaba una dosis diaria, la verdad es que las dosis y yo no éramos grandes amigos. Aun recuerdo cuando tuve que usar una en la huida de Tanith ante aquel ataque alienígena y desde entonces mi espalda no ha cesado en su dolor. Involuntariamente mi mirada se dirigió hacia el punto centro de mi armadura allí en un pequeño cinturón con un broche de un color verde turquesa, se encontraba mi dosis de defensa, aquellas dosis que eran peores que las drogas, que tomaban los jóvenes en los tugurios para poder resistir horas y horas de una música estridente, eran ahora un arma vital para cada soldado en caso de situación crítica. Sin saber por que empece a pensar en Tanith, tanto tiempo destinado en aquella base, aun recuerdo sus salas de actos y reuniones o nuestro querido gimnasio donde tantas risas echábamos Greg y yo. De pronto una especie de morriña me llegó mientras le daba las ultimas caladas al cigarro que tanto me había costado conseguir. Empecé a pensar en lo sucedido en aquella base la noche que descubrimos la nueva raza alienígena.
Base de Tanith. 6 meses antes.
Greg estaba como siempre fanfarroneando sobre su tatuaje, el famoso tatuaje que se hizo en el planeta de Hera, era cada mañana la misma historia. Los otros soldados ya hacían sus apuestas sobre si esa mañana Greg hablaría de su tatuaje o no, era una locura apostar a que no lo haría, ya que su principal motivación era hablar a los demás de esa marca adosada a su brazo. El dibujo representaba una mujer desnuda que según él había conocido en una cantina del planeta Hera.
Aquella mañana todo estaba muy tranquilo, ni entrenamiento diario, ni reunión de tácticas virtuales, ni oficiales merodeando y vigilando el orden de las taquillas. El perfecto día de descanso, como decía Roy Balance, el mejor mecánico de la división. Quien lo diría de reparar valbulas y propulsores de las naves Falcon, a mecánico oficial del ejercito terráqueo, para el desarrollo de torres centinelas y siegues.
La mañana pintaba aburrida para todos, algunos aun a sabiendas que el juego estaba prohibido dentro de base, sacaron barajas de cartas y empezaron a amenizar la mañana. Otros como Greg no paraban de hacer practicas de tiro con los rifles de asalto pesados. La verdad es que la puntería de Greg era digna de admirar ya que jamás acertaba sobre los blancos de las dianas. Cosa que le daba mucha rabia y lo pagaba con la primera persona que tuviera mas cerca.
Todos estaban por la labor de encontrar algo para la propia distracción, cuando de pronto entró por la puerta trasera del gimnasio el comandante Stieguel. El comandante era una persona arisca de fez soberbia y con un carácter bastante fuerte. Su pelo blanco le quedaba bien con su aire de autoridad, aunque todos sabíamos que Stieguel era digno de su puesto en el ejercito, fue uno de los soldados mas condecorados en las guerras coloniales de Origin.
EL comandante nos miró fijamente y comenzó su discurso.
-Soldados! No estamos aquí para jugar, aunque veo que muchos de ustedes se saltan las leyes a la torera-
-Pero señor, hoy no tenemos nada que hacer…- Interrumpió Roy el mecánico.
-Soldado como se atreve a decir que NO hay nada que hacer!! Usted no escucha las noticias sobre la invasión alienígena en la base de Veil?!-
-Perdone mi intromisión señor, pero todos tenemos la misma idea de los chiflados de Veil, ya sabe son expresidiarios, que con tal de salir de la cárcel se alistaron en el ejercito. ¿Quién nos dice que no se están inventando esta historia para realizar un motín?- dijo Greg.
-Seguro que habrán matado a sus oficiales y ahora quieren que vayamos nosotros, la elite del ejercito para degollarnos mientras nos refiamos- añadió Jeff News.- Jeff era el típico militar, que proviene de familia militar, su padre era militar, su abuelo también, su bisabuelo también etc..- Quizá por esto los oficiales muy pocas veces le llevaban la contraria, aunque el decía que no, nosotros sabíamos rotundamente que altos cargos eran familiares suyos y este era el niño mimado del general.
Aunque Jeff era quien era, Stieguel no le pasaba ni una. Para el comandante jeff era una lacra burocrática que solo estaba allí para pasar informes a su tío el General.
-Pero por el amor hermoso. Quienes son ustedes para criticar lo que han sido otras personas, Se que la rivalidad entre la base de veil y la nuestra es muy grande! Pero la petición de ayuda de esta mañana ha sido muy clara tanto si se trata de una trampa como si no es nada , Iremos- Gritó Stieguel
-Que iremos señor?? Pero si ni siquiera sabemos lo que esta ocurriendo allí ni hemos entrenado hoy- comentó Greg.
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-Soldado, esa no es excusa- replicó Stieguel.
Cuando los demás soldados se iban incorporando, y acercándose para escuchar la conversación del comandante con los otros soldados, hizo acto de presencia el General Meinor.
Todos los soldados se cuadraron de repente como no lo habían echo con el comandante Stieguel, Meinor era un hombre de estatura pequeña, con un pelo grisáceo con alguna que otra cana blanca, todos los conocían por su gesto. Siempre era el mismo unos ojos bastante abiertos y una cara seria, como la persona que no es capaz de entender el humor de ese chiste que hace reír a todos.
Con voz alta y clara, dijo.
-Soldados, se que no están contentos con las noticias que han dado esta mañana en la RTT, pero los altos cargos ya han dado la orden que vayamos a investigar lo que esta ocurriendo en la base de Veil-
La Rtt era la radio local de Tanith, la única radio en la colonia del planeta ellos mismos se hacían llamar Radio Terráquea Tanith, aunque casi siempre las noticias que daban eran censuradas y de agrado para la población. Nunca daban esa noticia de un soldado desaparecido en los exteriores de la ciudad o ese marido q por injerir dosis catalizadoras había enajenado y asesinado a su familia. NO, los altos políticos no querían que la actual humanidad escuchara este tipo de noticias, ellos solo podían consentir noticias que hablaran de los progresos del ejercito, o las maravillas del nuevo sistema solar conquistado.
Todas estas cosas hacían siempre mella en los soldados que eran los que vivían el día a día y sabían q muchas de las noticias eran completas mentiras, y nunca hablaban de sus compañeros caídos en batalla.
-A las 20:00 de esta tarde los regimientos alfa beta y gamma saldrán acompañados del comandante stheiner y la capitana Janice lust-
Al oír este ultimo nombre, la mitad de los marines empezaron a murmurar,.
-Señor, la capitana Janice hace mas de un año que no sirve con nosotros, además es una mujer, que tiene que hacer ella con nosotros- replicó Jeff
El comandante Meinor se acerco a su sobrino, y apoyando su brazo en el hombro, le dijo.
-Soldado Jeff la capitana Janice es uno de nuestros mejores soldado al igual que una perfecta estratega, dudo mucho que sea usted quien deba decir quien nos acompaña o quien no. Y no le tengo por que contestar, a por que la capitana lleva mas de un año retirada de nuestra base.
Jeff quedo desconcertado, atónito. Nunca su tío le había hablado de tal manera y mas delante de los otros soldados. Sin mediar palabra Jeff abandonó el gimnasio, haciendo caso omiso a Stheiner que le llamaba por su nombre-
- Comandante, espero que esta misión por fin cambie al niño de mi sobrino y lo traiga de vuelta como un hombre, dijo el coronel.
- Y ahora soldados vayan a sus literas equípense con sus respectivas armaduras – Al acabar de decir esto nos miró a Greg y a mi, y entre sus labios se consiguió entender algo q murmuraba-
- Greg espero que su puntería haya mejorado, si no me veré obligado a elegir un nuevo granadero.-
Al oír esto mas enfurecido que nunca el soldado replicó-
-Señor usted deme un lanza granadas y yo haré el trabajo sucio que no puede hacer su sobrino.-
El General, cambio por primera vez su gesto serio por una risa, mas bien una carcajada irónica, y se acerco lentamente hacia el soldado y le dijo.
-Muchacho es para mi un honor que te compares con mi sobrino. Así me demuestras que tienes su misma poca inteligencia. Ahora aparta tu culo de en medio y ves a equiparte, La teniente Demi le equipara con una armadura pesada y un lanzagranadas. Espero que use su armadura bien hijo. Ya que las tenemos contadas.- dijo el general a la vez que se acercaba hacia mi y con su mirada seria de nuevo me dijo:
-Cabo Jhonson, cuanto tiempo hace que no tenemos una de nuestras charlas sobre las antiguas guerras precoloniales.-
Algunos meses anteriores el general se acercaba a mi litera para discutir conmigo los pros y los contras de lo que fueron las guerras precoloniales, yo habia estudiado ese tema como materia optativa en la academia militar. Y el general Mainor era un gran virtuoso del tema.
-Chico,- murmuró suavemente, cómo tenemos el tema de los jet packs,?
-Señor hace mas de 3 meses que no manejo ninguno- le dije en voz alta-
-Te sentirias mas comodo con una armadura pesada?-
-Si señor- le dije yo.
-Muy bien Greg y tu sereis el apoyo principal de la tropa beta, todos vuestros compañeros dependen de vosotros, espero que no les defraudeis- con estas ultimas palabras percibí como su cara cambiaba ese tono serio de nuevo, por uno un poco mas pensativo. Algo que me inducia a pensar que sabia algo más que no queria contarnos.
De repente una mano azotó mi espalda, casi empujandome hacia delante.
-Qué? Chaval, no te vas a poner tu armadura, vamos que la teniente Demi te está esperando, y no me vengas con esos rollos de que entre vosotros no hay algo. –dijo Greg a mis espaldas-
Greg ya estaba vestido con su armadura, aquella ornamenta que se creo a finales de las guerras coloniales del `planeta Eclipse, era espectacular, tenia su propio sistema de ventilacion como refrigeracion, y un conducto para poder reciclar los propios residuos y asi alimentar a su portador durante 10 dias.
El manejo de la armadura era otra cosa mas diferente ya que se movian según los pensamientos, si querias mover una pierna, devías pensar en moverla y lo mismo con todas las demas extremidades. A todos nos llevaba aprender a dominar la armadura unos 2 meses, aunque las viejas leyendas militares decian que Stheiner la domó en una sola semana. Era un alivio que el nos acompañara en esta misión-
Sabía lo que Greg había querido decir con lo de algo entre la teniente y yo. Tiempo atrás la teniente había compartido conmigo algo mas que el trabajo militar. Pero todo aquello quedó en el pasado.
Me acerqué lentamente hacia la sala de armaduras. Alli estaba ella guapa como siempre con un largo pelo rubio que le llegaba hasta la cintura. Ella era la presa perfecta de todos aquellos soldados, que pasaban las noches en el cuartel sin poder ver ninguna mujer por falta de permisos de salida. Aunque bien era savido que la teniente Demi , sabia recordar a todos sus pretendientes el rango que ella ocupaba y que cualquier acto atrevido hacia a ella podia ser una insubordinacion, y pena de carcel.
Greg cada noche no paraba de recordarme que por que no lo volvia a intentar con ella, pero yo tenía mis propios motivos.
-James…. Tu por aquí- dijo ella en un tono muy bajo y sorprendida-
Hacia mas de cuatro meses que no la veia, no me extrañço su reaccion.
-Hola Teniente, me da las llaves para sacar la armadura A-12 de su taquilla- le dije en voz clara y serena-
-Veo que sigues tan frio como siempre respecto a mí,- comento ella – Nunca serás capaz de perdonarme por el amor de dios James fue sin querer!- grito ella casi entre sollozos
A todo esto fue como si un martillo golpease mi cabeza y los trozitos que se habian roto empezaran a mostrar el pasado y a lo que ella se referia, todos los buenos y malos momentos me pasaban ahora por delante de la cabeza. Una de dos podia guardar la compostura y seguir a lo mio o intentar entablar conversacion con aquella bella mujer que trataba de pedir perdon por algo echo en el pasado y que mi mente se negaba a recordar para no volver a caer en el abismo de eso que llaman …amor.
3
Silenciosamente y con paso lento me acerqué hacia la taquilla, ella estaba allí inmobil esperando que yo le diera algun tipo de respuesta. Aunque mi mente ahora ya mas relajada, fria y calculadora solo se dedico a desamarrar la armadura de sus anclajes.
La armadura pesada brillaba al contacto de las luces de la sala. Estaba bastante limpia y pulida, era evidente que esta era una de las armaduras que habian traido en el ultimo viaje de suministros. Las provisiones llegaban una vez cada dos meses ya que la ruta estelar era demasiado amplia y para abastecer a las colonias terraqueas, esto se hubiera aligerado si hubiera mas naves pero con las guerras coloniales, se perdieron muchas de estas naves de transportes.
Demi seguía alli como la estatua en la plaza de una ciudad que ve pasar los años, sin poder comentar nada.
-James de verdad no vas a perdonarme? – Ni siquiera contestarme?- Grito con un tono de voz bastante alto.
El medico de la base el Dr. Flet que estaba en una habitación contigua a la sala se asomó para ver que ocurría. Era por todos sabido que el doctor estaba completamente enamorado de Demi y esta en varias veces le había rechazado, aunque el seguía en su empeño.
-Pasa algo querida?- dijo el doctor
Al oir la palabra querida, la teniente se quedo bastante colorada como aceptando, que tenía algo con el doctor y que nadie lo sabia, y por lo tanto ella sabría que yo ahora aun le haría menos caso.
-Te he dicho que no me llames así!, recuerda que soy una oficial de mas rango que el tuyo y debes tratarme con respecto!
El doctor un poco perplejo, se giró, y aunque no me reconoció a simple vista ya que yo estaba de espaldas, pudo observar la marca de mi espalda, cosa que me delato.
En un dejavú me vino a la mente, como me hice esa marca en la espalda. Fue huyendo de la colonia de Rin-12 durante las guerras coloniales yo tendria unos 16 años, cuando todos los colonos huiamos de los soldados de la ahora ya exterminada DG, Dominio Global, y nos embarcabamos en las naves, recuerdo como un soldado me cogio por la chaqueta y con un solo movimiento de su pesado brazo me tiró hacia atrás.
-Donde vas sucio colono?- gritó el soldado. –Piensas que podrias escapar en esa nave de refugio? Jajaja!, solto una gran carcajada a la vez que dijo: - Mira chico lo que le va a ocurrir a tu querida nave de reveldes. Un soldado con una armadura mas grande se acerco lentamente con un lanza cohetes. Se tomó sus 10 segundos apuntando a su objetivo y disparó.
Toda mi familia, vecinos, amigos y conocidos de la colonia desaparecieron en una enorme bola de fuego, es curioso por que en solo esos 20 segundos de explosiones, vi pasar una cantidad de recuerdos y pensamientos que podrian haber pasado en un dia normal en horas y horas.
La ira que ahora se iluminaba por mis ojos, era demasiado grande para haber parado a pensar las acciones que podia realizar a continuación. Con fuerza me solte del brazo del soldado y sali corriendo hacía el soldado que portaba el lanza cohetes , el soldado asesino continuaba allí como observando su trofeo, viendo como acababa de arder la chatarra de la nave Geminis de transporte humano.
El Soldado que ya no me tenía retenido se dio cuenta como me avalanzaba sobre su compañero y gritó – Jim cuidado!!- Demasiado tarde mientras corría, saque el puñal que llevaba en mi espalda, ese puñal que tantos trofeos de caza me había dado en las zonas limítrofes de la colonia y tantas cabezas de batics habia cortado.
En una sola pasada y cortando el viento, como un pájaro que vuela en picado hacia el mar para capturar a su presa debajo del agua, rebañe el cuello de aquel soldado.
Vi como sin poder casi hablar se llevaba sus manos al cuello y la armadura comenzaba a bombearle sangre, ante una inminente perdida. Pero era muy tarde el corte era muy profundo y ya se le había escapado media vida.
En esto el soldado que primeramente me había apresado, dandose cuenta de su error y que por su culpa había muerto su compañero, al no retenerme lo suficientemente bien, levanto su rifle pesado de doble cañon y apunto hacia mi.
No sabia que hacer seguramente me hubiera frito si no llega a ser por que algo le dejo paralizado, como la visión, de algo que no te esperas algo que sabes que va a ser tu fin.
Escuché un fuerte estruendo detrás de mi y comenzaron a descender mas de un centenar de naves Falcon con el emblema de los Rebeldes de Nancy.
Unos 100 soldados comenzaron a descender de las naves y se apresuraron a erradicar toda actividad hostil, uno de ellos que se percato que el soldado del dominio aun seguía apuntándome con su hmg , gritó
-Chico! Tirate al suelo!!- yo no estaba mucho por la labor pero involuntariamente mi cuerpo se arrogó hacia el suelo quedandome boca abajo.
Oí el ruido de una granada cuando sale disparada por el tubo de los lanza granadas, de repente un grito sonó, gire un poco la cabeza para ver que ocurria. La granada se habia colado en la armadura del soldado que queria matarme. No pasaron mas de 5 segundos hasta que el artefacto se detonó y redujo todo a chatarra, trozos de metal salieron disparados en todas direcciones por la onda expansiva, todo parecía haber acabado cuando al levantarme note un fuerte dolor en la espalda. Se me había quedado incrustado en la carne un trozo de la armadura del soldado enemigo, y la herida parecia no ser muy grave pero si profunda. El propio trozo de metal me hacia de torniquete y no permitía q saliera mucha sangre.
-Te encuentras bien? Chico- dijo el soldado del lanzagranadas. Aquel soldado era el comandante Stheiner, diez años mas joven eso si.
Mientras pensaba como en la nave principal falcon me extraian el trozo de metal y me hacían todo tipo de preguntas acerca del dominio en la colonia , escuche una voz como si viniera de otro mundo y no paraba de decir..
-James? James!!- exclamó el doctor Flet trayéndome de vuelta a la realidad.
-Disculpe doctor estaba pensando en otras cosas-
-James estás molestando a la teniente Demi?- murmuró en voz aspera.
-Solo he venido a recoger mi armadura, aquí tiene la autorizacion del General Meinor.
-James espera quiero que hablemos- dijo la teniente.
-No! James no tiene nada que hablar contigo Demi, me parece que ya hablemos del tema.
Demi muy enfadada le respondió – Andrew tu no eres nadie para meterte en mi vida y mas si hablo de la persona que siempre he amado y amaré aunque el no me quiera corresponder-
-El doctor se quedó perplejo, pero no cesó en su empeño. –James ya tienes tu armadura no? Como sargento te ordeno que vayas a la zona de embarque con tus otros compañeros-
Demi y el doctor se quedaron dando voces y discutiendo.
Yo ya me había puesto la armadura y mis sensores estaban todos conectados, me pase por armeria para recoger una Hmg Zeus 20 y me dirigí a la zona de embarque, allí ya estaban todos los demas soldados esperandome. Como siempre yo era el ultimo.
-Bien chicos, Ir subiendo que esta noche tendremos fiesta- gritó con jubilo Stheiner.
Poco a poco los soldados iban subiendo a la nave y colocandose los arneses de seguridad de Tanith a Veil no habría mas de doscientos kilómetros, que con una nave Falcon en unos quince minutos ya estaríamos allí.
Las tres naves despegaron al unisono, en una iva la compañía alfa con la capitana Janice como lider, en la beta teniamos a Stheiner y en la gamma iva la teniente Demi. Di gracias al cielo por no tener que estar bajo sus ordenes.
Por una ventanilla podia observar una noche clara y limpia, una de esas noches con luna llena que daba gusto pasear, lo malo del planeta es que tenia 5 lunas y siempre de noche había casi mas luz que de día. Un tipo de luz diferente mas agradable pero perfecto para entrar en combate.
En pocos minutos divisemos la base de Veil con grandes zonas llenas de fuego y humo. Comprendimos en seguida q no se trataba de una mentira, pero tal vez de un motín?
Las naves descendieron suavemente a las afueras de la base ya que las zonas de despegue interiores estaban rodeadas de inmensas llamas de fuego.
Stheiner estaba dando las ordenes y tacticas cuando algo llamo mi atención, algo paso volando a gran velocidad por mi ventanilla, como un rayo. Algo me hizo pensar quera mi imaginación pero me equivoque cuando algo parecido a un murcielago gigante o algo con alas vertebradas, se avalanzo contrá la nave provocando una grieta en el casco exterior.
-Que demonios es eso!!- gritó Timmy el mas joven del grupo. Los marines mas cercanos a la puerta por donde desembarcábamos , ya tenían quitados sus arneses y con velocidad comenzaron a disparar con sus rifles sobre el techo. Parecía como si la criatura no contara con eso y con un alarido bastante desagradable, hizo como si aspirara aire y empezo a desprender por la grieta que se acumulaba en la nave. Stheiner gritó – Todo el mundo!! Colocaros las mascaras de oxygeno!!! Este gas nos va a matar!- A la vez que el se colocaba su mascara había 3 o 4 marines ya en el suelo sin vida, con sangre por los ojos nariz y boca. Ese gas estaba matando a todo el que no llevaba mascara, a Greg y a mi no nos hacia falta ya que las armaduras tenian su propio sistema de respiracion. El comandante Stheiner haciendo gala de su musculatura se arranco los arneses que le sujetaban y cogiendo su escopeta recortada, lanzo dos trabucazos sobre la bestia alada. Esta lanzo un grito de dolor que casi todos entendimos al aire y a la vez que se oia el grito se marcho a gran velocidad desapareciendo en la poca oscuridad que había esa noche.
La capitana Janice abrio la compuerta de la nave manualmente y dijo –Estais bien chicos? Vuestros pilotos no responden.
-Estan muertos dijo Greg,- a la vez que giraba los asientos con los cuerpos de los dos pilotos, asfixiados por ese gas mortal y cubiertos por sus propias sangres y vomitos.
-Cuantos han caido, comento la capitana-
-Siete, Janice, dijo Stheiner.
Aquel ave del infierno nos habia reducido la compañía en solo tres minutos, a que nos enfrentabamos?, que era eso?
continuará...
Me gustaría q me dierais vuestras criticas objetivas y subjetivas sobre esta creación mia es la primera narracion que hago en castellano,(siempre las he echo en aleman) espero q no seais muy criticos (por favor q esto no se convierta en flames.)
Se q hay mucha falta ortográfica pero el corrector de word me saca de quizio ya las corregiré XDD salu2.
]AwA[-Fenix.R