Sam Lake, director de Remedy Games y padre de Max Payne y Alan Wake, ha mandado unas palabras de agradecimiento en las que se muestra muy emocionado por el hecho de que Control, su última creación, haya sido el juego del año para el medio IGN así como otros galardones importantes (Best Action/Adventure, Best Art Direction, Best Story).
Control ha sido uno de esos juegos que han jugado cuatro personas pero que todos ellos lo alaban fervientemente y es uno de los nominados para los TGA de finales de esta semana.
Sobre Sam, siempre gusta ver a directores que ponen cuerpo y alma en su trabajo, que deben superar baches (hola Quantum Break) y que resurgen cual ave fénix para ofrecer videojuegos de gran calidad y que cuando ven que su trabajo ha dado sus frutos se emocionan como cualquier persona corriente (como ya le pasó el año pasado a Cory Barlog con God of War).