La secuela de SteamWorld Dig llega hoy a Nintendo Switch, mañana a Steam y el día 26 a PS4 y PS Vita. Si el primero era un pequeño juego muy agradable para pasarse en unas pocas horas, esta segunda parte convierte SteamWorld Dig en un metroidvania con todas las de la ley.
Para empezar, los niveles ya no están generados proceduralmente: el inmenso mapa está diseñado a mano en torno a la mecánica típica del género, con caminos que solo es posible abrir después de encontrar un objeto o mejora que lo permite. Aunque pierda algo de rejugabilidad, el cuidado en el diseño de los niveles enriquece enormemente la experiencia, sobre todo gracias a las zonas secretas repartidas a lo largo y ancho del mapa.
El segundo gran cambio está en las mejoras de las herramientas. En la primera entrega, bastaba con dedicarse a minar sin parar para conseguir dinero y gastarlo en armas, armaduras y herramientas. Aquí, sin embargo, las mejores actualizaciones necesitan otro recurso distinto: los engranajes y las reliquias, que se encuentran principalmente en las cuevas.
Esas cuevas a modo de minimazmorras han aumentado en número, han cambiado en sus recompensas y han añadido variedad, con algunas centradas en puzzles y otras en las plataformas. La mayoría de ellas tiene una recompensa principal, el engranaje, y una secreta más difícil de alcanzar, la reliquia.
Al volver a la superficie, esos engranajes se pueden usar para las mejoras más únicas de las herramientas, con efectos que van más allá de aumentar un número. Lo interesante está en que el número de engranaje es limitado, en que __cada mejora requiere uno o varios engranajes y en que __es posible cambiarlos de un lado a otro para hacer la build que más interese dependiendo de lo que quede por debajo.
Por último, algunas de esas mejoras de engranajes requieren de planos para activarlas, y esos planos solo se consiguen donando una cantidad creciente de reliquias. Este sistema es lo que más vida le da al juego, porque te obliga a buscar los secretos en las cuevas y a decidir qué serie de mejoras prefieres si quieres ir lo mejor equipado posible.
El resto no cambia demasiado. Con el mismo estilo artístico de Dig y Heist, Rusty ha sido sustituido por Dorothy y hay nuevos juguetes por descubrir, de entre los que destaca el gancho, que permite moverse más rápido, alcanzar casi cualquier sitio y que se usa extensivamente en las cuevas de plataformeo. Hay que decir también que algunas de esas cuevas son muy difíciles y requieren el uso del gancho con precisión de cirujano. La otra ventaja del gancho es que evita alguna situación embarazosa del primero, en el que era posible cavar de mala manera, quedarse atrapado y tener que dar al botón de autodestrucción.
Sin ninguna diferencia rompedora, SteamWorld Dig 2 es una evolución en todos los sentidos respecto al primero, que se hacía algo corto. Al final, estamos hablando de unas ocho horas para pasarse el juego, más del doble para completarlo al 100 % y todavía más para descubrir el contenido extra.
