Siguiendo con mis hilos sobre el juego y el pequeño homenaje el cual quiero hacerle de forma personal por los 20 años del juego, quiero compartir fragmentos sobre el libro: "La leyenda de Final Fantasy IX". No he podido encontrar el libro para que lo podáis comprar si os interesa, si alguien encuentra enlaces lo pondré.
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LA TINIEBLA ETERNA: UN SER FUERA DEL TIEMPO
UN GIRO RADICAL
Squall, el protagonista de FF VIII, fue rodeado voluntariamente de un grupo de personajes secundarios menos densos para que destacara más, por ejemplo a través de su idilio con Rinoa. Este noveno capítulo de la saga utilizará un recurso similar, que en este caso consistirá en desviar nuestra atención de la historia principal con el fin de que el jugador se interese por el auténtico núcleo del juego, sus personajes.
Sin embargo, la trama optará por esperar a que el relato llegue a su máximo apogeo para poner toda la carne en el asador. Cuando el equipo de Yitán se sumerge en el torbellino de la Isla de los Resplandores, el guion de repente toma una dirección totalmente inesperada. El jugador es catapultado a Terra, el segundo planeta descrito en el juego. ¡La historia da un vuelco drástico! Por primera vez en la aventura, el jugador se ve transportado a un mundo desconocido que hasta entonces aparecía solamente como un espacio mítico. A partir de ese preciso momento, los personajes, el corazón del juego, desvelan todos sus matices. Las psicologías de los protagonistas, principalmente de Yitán, Vivi y Kuja, adquieren consistencia. Antes de viajar a Terra, el jugador no se ha planteado realmente cuáles son sus respectivos orígenes. Y lo que es más, ¡el enfoque adoptado durante la batalla librada contra la Tiniebla Eterna será el mismo!
Final Fantasy IX es un episodio con dos velocidades, y el juego pasa realmente a una velocidad superior en el combate final. El enfrentamiento con la Tiniebla Eterna de hecho es muy sorprendente. A los JRPG les encantan estos giros de la historia, donde un enemigo aún más fuerte y más maléfico que el antagonista inicial surge repentinamente no se sabe muy bien de dónde. Probablemente todos pensaran que aquí Garland cumplía esa funcion, pero cuando Kuja derrota por enésima vez al equipo recurriendo a un maleficio de Artema, Yitán y sus compañeros son literalmente teletransportados a un espacio desconocido, frente a un ser igual de misterioso. ¿Quién es? ¿Por qué se alza contra os precisamente en ese momento? Un sinnúmero de preguntas abruma al jugador que acaba de pasar más de cuarenta horas inmerso en una aventura donde en ningún momento se ha mencionado a ese nuevo protagonista.
Una figura angelical
¿Quién es entonces esa Tiniebla Eterna? Un gran ángel de plata y metal piedra que flota en medio de las ruinas de una torre de piedra. Sus alas hacen pensar en una deidad, pero el ambiente de fin del mundo que acompaña la escena (remolinos de nubes, decorados abstractos tema musical angustiante con un fondo de aterradores gritos) recuerda más al infierno que al paraíso. Esta descripción evidentemente trae a la memoria las figuras de ángeles caídos de las segundas transformaciones de Kefka y Sefirot. Sin embargo, salvo esa analogía estética, la simbología asociada a la Tiniebla Eterna no tiene nada que ver con los jefes de FF VI y FFVII.
El mundo cristalino
La forma nos proporciona muy poca información, pero el fondo nos dice mucho más. Estas son las primeras palabras de la Tiniebla Eterna: «El miedo existe en el corazón de todo ser, sin excepción, desde el momento en que comienza a vivir. La vida es un juego cruel... Os enfrentáis unos a otros, matáis para sobrevivir... Siempre bajo la sombra implacable de la muerte que llegará algún día», Este discurso sobre el miedo a morir condensa en pocas palabras la temática global del juego. Como si a través de ellas Sakaguchi se dirigiera directamente al jugador para exponer sus reflexiones sobre el sentido de la vida, sus dudas y sus conclusiones, incluso las más negativas. Destruir en lugar de reparar, ese es el mensaje básico transmitido por las palabras de la Tiniebla Eterna. Imaginamos muy bien a Sakaguchi presa de ese tipo de tormentos, tras un hecho sobre el que hablaremos en el acto IV. Sin embargo, parece poco probable que el padre de la saga haya colocado ahí a ese jefe final simplemente para explicitar el objeto del juego.
Probablemente debamos ver a la Tiniebla Eterna como un ente superior. ¿Y si simplemente se tratara de la consciencia de un Mundo Cristalino? ¿Del de Terra o del de Gaya? Un poco como Onodrim, el guardián del árbol Lifa. Volvamos al monólogo de la Tiniebla Eterna: «No es posible escapar a este miedo inmenso. La única salvación se encuentra en la destrucción total. Derrotado por su propio miedo, Kuja llegó a la conclusión de que destruyendo el Mundo Cristalino se salvaría. En ese instante he hallado la respuesta. El objetivo de todo lo que existe en este universo es extinguirse... Esperaba que alguien me guiara hasta la respuesta. Ahora que ya la tengo, no puedo permitir que el mundo siga existiendo». Entendemos que lo que ha despertado a la Tiniebla Eterna es el miedo de Kuja. Además, como especifica que no puede dejar el mundo como está, podemos suponer que posee un poder divino sobre la vida y la muerte del planeta. Si tenemos en cuenta que en el mundo de Final Fantasy IX la única entidad que cuenta con una capacidad de ese tipo es el Mundo Cristalino, la hipótesis que hemos formulado sobre la naturaleza de la Tiniebla Eterna parece aún más verosímil.
EL MIEDO A LA MUERTE
El tema central del juego es la precariedad de la existencia, que Vivi y Kuja encarnan a la perfección. Las dudas de ambos personajes y lo que llegan a comprender van tejiendo a lo largo de todo el juego un hilo conductor de esta problemática. No obstante, una vez más, esta cuestión cobra todo su sentido durante el combate contra la Tiniebla Eterna. Otra hipótesis sería que la Tiniebla Eterna en el fondo sea la encarnación de ese «miedo a la muerte». Esa es la interpretación más extendida entre los amantes del juego, y dos frases del personaje permiten pensarlo claramente. La primera la pronuncia antes del combate: «Cuando la muerte se acerca, y os dais cuenta de que no podéis vencerla se despierta el miedo en vuestro interior...»; y la segunda, tras el enfrentamiento: «Este no es el fin. Siempre podré volver a existir... mientras haya vida y haya muerte». Como acabamos de mencionar, Kuja es quien literalmente abre los ojos de la Tiniebla Eterna, su fracaso frente al miedo a morir es lo que ha causado su perdición, y también es esa angustia lo que ha despertado al ente. Antes de desaparecer, la Tiniebla Eterna anuncia a Yitán que su derrota no es definitiva, pues podrá regresar mientras siga existiendo aunque sea un ápice de vida y de muerte. El único punto que nos hace dudar acerca de esta interpretación es que la ambición de la Tiniebla Eterna es restaurar el mundo de la nada. Si realmente es la materialización del miedo a la muerte, lograr que todo vuelva a la nada en su caso equivaldría a autodestruirse. A esto podría objetarse que simbolizar el miedo a la muerte no implica forzosamente que la propia Tiniebla Eterna tenga miedo a desaparecer. El final de su existencia podría serle indiferente, y quizás incluso sea eso a lo que aspire.
DESPUÉS DE LA MUERTE
La Tiniebla Eterna plantea la cuestión del miedo a morir; nos preguntamos si no podría incluso encarnar a la muerte. Sin embargo,el juego concluye con una nota de alegría y esperanza.
Los protagonistas consiguen deshacerse de ese ente misterioso y aunque durante algún tiempo no se sepa qué fue de Yitán, las dudas muy pronto desaparecen. En la secuencia final, observamos que los demás protagonistas han encontrado respuestas a sus preguntas (Garnet), han superado sus dudas (Steiner, Beatrix y Amarant) o simplemente han aceptado lo que les depara la vida (Eiko y Freija). Quina, por su parte, ha seguido siendo la misma, dado que de todas formas no se planteaba ninguna pregunta. Por último, Vivi dirige una carta de despedida a sus compañeros antes de emprender su «camino». El final de FF IX nos permite conocer a los descendientes del mago negro. La verdad es que nos preguntamos cómo y con quién ha podido reproducirse, pero sobre todo por qué no está presente en esa escena final. Al igual que ocurre con los genómidos, la vida de los magos está limitada en el tiempo. La secuencia tiene lugar tras el combate contra la Tiniebla Eterna, así que imaginamos que entretanto simplemente dejó de moverse y ha sido enterrado con sus congéneres en el cementerio de la aldea de los magos negros.
Le suerte de Kuja, sin embargo, constituye una cuestión mucho más polémica. Si Yitán está vivo, ¿por qué no podría estarlo el otro genómido? Muchas son las conjeturas: Kuja murió a causa de las heridas sufridas durante el combate final, o sigue vivo y se ha retirado para vivir como un ermitaño, o aún más sorprendente, se sacrificó para salvar a su hermano en lo que fue su primer y último arrebato de bondad. Lo que es cierto es que tras la muerte de Garland, Kuja informó a los protagonistas de que la fusión entre Gaya y Terra ya estaba en marcha y era inevitable. En principio, el proceso conllevará la destrucción de todas las formas de vida en el planeta utilizado por Terra. Al término de la fusión, sin embargo, podrá ver la luz una nueva vida. Según el plan de sus creadores, esa era la misión de Garland: forzar la fusión durante el sueño de los habitantes de Terra y, cuando terminara la asimilación, despertarlos para que pudieran reencarnarse en los genómidos sin alma. Sin embargo, tras los créditos finales vemos claramente cómo los dos planetas se fusionan y dan lugar a un nuevo Mundo Cristalino. De hecho, el cristal dorado mostrado en el logotipo del juego hace su aparición después de esa
unión de Terra y Gaya. De la misma forma que en Final Fantasy XIII solo entendemos lo que simboliza el logotipo incluido en la carátula del juego en los últimos minutos, aquí el verdadero significado del diseño de Amano se desvela en el último segundo. Por eso, no sería una locura preguntarse si todo el mundo muere después de la fusión. A primera vista, no podría haber un final más pesimista. Sin embargo, la idea del ciclo de la vida, muy apreciada por Sakaguchi, permite pensar que de ese caos nacerá una nueva felicidad. La única certeza es que Garland era el único que podía interferir en el proceso, y ha muerto.
Al igual que el significado del logotipo, la verdadera cara del juego por lo tanto solamente se revela en los últimos instantes. En cualquier caso, el episodio en su conjunto se aleja del típico relato japonés, donde la construcción narrativa suele ser alambicada y donde la interpretación personal es necesaria. Aunque la principal temática del juego sea el miedo a la muerte, concluye con un bonito mensaje de esperanza acompañado de un tema
musical con un nombre elocuente: «Melodies of Life».
Puedo seguir trayendo más contenido del libro, hay algunas explicaciones más sobre el mundo y desarrollo de FFIX, si os interesa claro está.