No es que tenga spoilers en sí, pero si no habéis jugado a los Like a Dragon, no sigáis leyendo, a mi personalmente no me gustaría.
Como fan de los RPG clásicos que soy, es mi deber opinar y esparcir mi diarrea verbal sobre este gran juego y gran saga.
En un mundo donde los RPG clásicos por turnos de aquella época que muchos añoramos quedaron atrás o han caído en versiones descafeinadas de sí mismos, donde un pobre Final Fantasy en búsqueda de su identidad, que perdió ya hace muchos años, se acaba convirtiendo en un pseudo RPG con tintes de devil may cry machacabotones, la saga Persona llegando a occidente, triunfando y reemplazando a FF como saga referencial en los RPGs modernos.. Llegó a mis manos Yakuza Like a Dragon por avatares del destino.
Gracias a que me dejaron una PS5 con PS plus hace ya algo tiempo, pude encontrarlo y probarlo, pues ya había oído hablar de la saga, pero siempre evitándola, pues como probablemente ya sabréis, no soy muy fan de los juegos machacabotones. Así que hasta a mí llegó el entrañable Kasuga Ichiban. Me gustan los protagonistas honrados, tan absurdamente honrados que resultan carismáticos, siempre me han trasmitido paz, y Kasuga representa todo eso y más.
Sin saber absolutamente nada y sin importarme la historia detrás de Yakuza, me puse manos a la obra. Me alegró saber que era un protagonista nuevo. Después de muchas horas donde lo disfruté de lo lindo, quedando un buen regusto de buen juego pasado, como cuando te hinchas de comer y enciendes el pitillo, con el saber de que lo has saboreado y devorado debidamente pasé a otros quehaceres.
Pasó el tiempo, llegando a la actualidad y como algunos sabréis llegando un poco tarde a su fecha de salida, si estáis al loro con la saga - pero lo hubiese comprado day 1 gratamente - me tocó reencontrarme con Kasuga en Infinite Wealth. Ésta vez haciendo dúo con cierta persona, aquí ya con Like a Dragon como nombre y no como subtítulo. Después de enamorarme también de Kiryu, pero feliz de reencontrarme con Ichiban, como si el tiempo no hubiese pasado, empecé a deborar esa segunda parte de uno de mis juegos favoritos.
Es aquí donde te das cuenta que Ryū ga Gotoku Studio es muy bueno en lo que hace, y sobre todo, sabe lo que hace. Personalmente no me hubiese importado si era más de lo mismo, era algo a lo que me disponía, pero después de 30 horas todo lo que ofrece, ampliando las posibilidades, es sencillamente brutal. Si ya su primera parte te dejaba una gran ciudad, con sus partes oscuras, sus salones de juegos con su Virtua Fighter, su Yakuza Kart 8... aquí tenemos otra ciudad más, Hawái, un Animal Crossing propio en forma de isla propia donde vivir eternamente y decorar como más gustes, hasta el tinder para poder hacer match con esa atractiva mujer que resulta ser un travelo, también puedes ser entrenador pokémon, eso sí, en vez de un pikachu, puedes capturar un alcohólico cuarentón, pero sobre todo, un combate perfeccionado hasta la médula de un sistema de combate que ya funcionaba MUY bien y se notaba - y se sigue notando en Infinite Wealth - muy fresco, rápido y ágil. Joder, así se hace un rpg.
No quiero irme por las ramas, ni ponerme a destripar que más se puede hacer, eso es algo que tiene que descubrir cada uno por sí mismo. Lo que quiero dejar plasmado aquí es... En un mundo donde los Chrono Trigger, secrets of mana, final fantasy, RPGs de CULTO han desaparecido en pro de juegos fáciles automatizados para un público que no quiere quedarse atascado, llega Ichiban Kasuga a romper el molde, a enfrentarse a un nudista pervertido nivel 40 que quiere patearte la cabeza, y todo con un perfecto combate por turnos como los de las vieja escuela, como los de Final Fantasy X. Y está bien que sea así, con su sentido de humor único, pero manteniendo todo aquello que echamos de menos los que vivimos esa era dorada, combate por turnos, gestión, una buena historia apasionante, personajes memorables unido a buenos gráficos acompañado de la potencia de una PS5.
Sí, Square no lo hizo nada mal con su primera parte de FFVII remake, pero se acabó confirmando lo que muchos quizás no hayan querido admitir, la decepción que ha demostrado con su segunda parte de lo que, por su historia, podría haber sido una completa obra maestra del videojuego.
En los tiempos en que se aproximan remakes de RPGs pasados con mecánicas renovadas, pero abandonando la esencia de lo que le hace juego a ese remake, un P6 que empieza a asomar la patita para el año que viene, y un Ichiban que como quien dice, acaba de empezar a caminar con su segunda parte, apoyado en un gran legado llamado Yakuza, quizás no esté tan mal, y es que en mi opinión, Yakuza Like a Dragon sostiene la batuta que manda en la nueva ola de los RPG por turnos.
Ahora, si os apetece, me gustaría que pusierais alguna recomendación, o simplemente admitir que tengo razón y Yakuza Like a Dragon + Infinite Wealth es el mejor juego de RPG creado de los últimos diez o veinte años. Larga vida a Ryū ga Gotoku Studios.