Buenas tardes amigos, les vengo a invitar a que lean mi primer libro, el cual forma parte de una trilogía.
El 01/02/20 y el 02/02/20 estará para descargar gratuitamente en pdf en mi grupo de Facebook.
También lo pueden descargar desde Amazon KindleUnlimited. Esta en Goodreads para que puedan dejar sus reseñas si lo leen.
Les dejo el comienzo de la historia por si les gusta.
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EL FIN: BASADA EN SUEÑOS REALES
EL INICIO DEL FIN
Estamos en el año 2030, hace muchos años que vivimos con incertidumbre. Las grandes potencias mundiales están al borde de una nueva guerra mundial. El Tratado sobre el desarme nuclear de la ONUP (Organización de las Naciones Unidas por la Paz) ya no existe, es más estos países ya no forman parte de esta organización. Hay temor de que un desastre se aproxime.
Todo empezó por conflictos comerciales, poniéndose restricciones unos a otros, alteró la economía en todos los países, creó crisis y devaluación en varias naciones. Luego, se produjeron pequeños enfrentamientos aislados por los recursos que siempre se pudieron solucionar- se con intermediarios. El calentamiento global está muy avanzado en estos días: cambios climáticos severos y contaminación, fueron las principales preocupaciones. Al principio todos los países decían hacer algo para frenar con esa problemática desde hace décadas, pero la realidad es que miraban para otro lado, solo preocupándose por aumentar su poder y su economía. El agua y el petróleo son muy valiosos en estos tiempos. Es más, la Argentina es aliado logístico del gigante del norte, a cambio de su protección los proveemos de agua dulce, petróleo y gas. Protección es el nombre elegante que se le puso a la invasión a nuestra nación.
La gota que llenó el vaso fueron los cyber ataques, eso causó un verdadero caos. Un día de repente, se borraron todos los datos financieros de la Bolsa de Wall Street, se hackeaban entre sí, falsas alarmas de ataques biológicos, bases nucleares, y represas de gran tamaño. Los demás líderes del mundo lucharon por la paz, el Papa de la Iglesia Católica intervino con fervor, pero de nada sirvió. Solo fue decisión de cuatro o cinco personas que queriendo demostrar al otro quien tiene más poder, perdieron todo control.
Sucedió de repente si bien todos estábamos a la expectativa diaria de lo que sucedía en el resto del mundo desde hace un año, nos tomó por sorpresa.
Vivimos en Argentina, un país que no está involucrado en los conflictos, es pacífico y no tiene por qué correr peligro, esos detalles traían un poco de tranquilidad a nuestro país.
Yo me llamo Samuel, mi familia y mis amigos me dicen Sam, les tengo a mis padres, Pablo y Alicia y una hermana menor que se llama Elizabeth, pero le decimos Liza. Ella está cursando el último año de la secundaria, mi papá es Oficial retirado del Ejército y mi mamá era maestra de escuela. En mi infancia viví en varias ciudades, hasta que mi padre se retiró y nos mudamos en una casa de campo. Luego de que terminé el colegio vine a la ciudad.
Era un lunes, 12 de agosto, estaba llegando a mi trabajo…un hospital en el área administrativa. Llego y saludo a mis compañeros,entro a la oficina y encuentro a Omar, quien después de tantos años que trabajamos juntos nos volvimos amigos, me dice:
¿Viste las noticias? —
Sam—No, me levanté tarde y vine a las corridas—
Me acomodo en mi escritorio, prendo el pc para ver las noticias, hoy más que nunca el conflicto ocupaba todas las tapas, estaba por prepararme un café, pero de pronto…se escuchan explosiones ¡Se corta la luz, mi computadora tiene olor a quemado y algo me lastima la pierna, es mi celular que se quemó! Escucho afuera ruidos de choques de autos, gritos, gritos y gritos. Miro por la ventana y veo a la gente corriendo hacia todos lados, accidentes por doquier. ¡¿Qué está pasando?!
El caos se apoderó de la ciudad, la policía intenta calmar a la gente, pero ¡es imposible! Pienso ¿en verdad estalló la guerra?
¿Sufrimos también un ataque?
Pasaron unas horas, estamos apenas saliendo del estado de shock. En mi trabajo no funciona nada, pregunto a mis compañeros si a alguien le funciona su celular, pero todos están en las mismas condiciones que yo. Al parecer se han quemado, un verdadero caos, ya murieron pacientes en el hospital que estaban conectados a respiradores. Afuera la gente muy exaltada, ¡no pudimos averiguar nada!, se perdió toda comunicación con el mundo. Le digo a mi amigo que tengo que ir a la casa de mis padres a asegurarme que están bien, él me dice que va a hacer lo mismo.
Mis padres viven a unos 30 kilómetros de aquí, en una pequeña chacra, es más una casa en medio del campo. Intento pensar con sensatez, qué hacer primero, cómo llegar lo más rápido posible. Tengo que ir primero a una farmacia a buscar la mayor cantidad de un medicamento que toma mi mamá, tiene una enfermedad crónica.
Voy a un supermercado que queda cerca de mi trabajo ¡El espectáculo que veo es aterrador! Las calles llenas de gente y hasta donde se pierde la vista, todos los vehículos detenidos, algunos intentando arreglarlos, pero no lo logran. Llegando al supermercado sucede lo que pensé, la gente saqueando, entonces al ver esto me apresuro, ya adentro voy derecho a la farmacia. Mucha gente, pero por suerte pude conseguir muchos medicamentos para mi mamá, salgo de ahí y voy por algunos alimentos enlatados, ya queda poco, agarro los que quedan, se escuchan gente peleando ¡Y a los tiros desde el fondo!... salgo corriendo hacia afuera y voy directo a mi casa, cada vez veo que hay más inquietud. Las estaciones de servicios y supermercados repletos por el gentío creo que me tengo que alejar de la ciudad.
Llego a mi casa, mis vecinos están afuera. Les pregunto si saben algo, me responden que no, desde que se quemó todo no pudieron averiguar nada, no funciona nada: la tele, la radio, los teléfonos todos quemados. Entro a mi casa, preparo mi bolso, unas botellas de agua, encendedor, un cuchillo, unas ropas, los medicamentos y los alimentos enlatados, más algunas comidas que tenía en casa. Preparo a mi perro “Chancho” que está asustado y de inmediato emprendemos camino hacia la casa de mi familia. Tenemos que caminar treinta kilómetros, calculo unas cinco horas y ya son las quince y treinta, salgo afuera y aviso a mis vecinos que necesito ir a ver cómo está mi familia y si quieren ir allá que estará todo más tranquilo, pero me responden que están esperando que su hermano regrese del centro, me agradecen, y que tal vez vayan luego.
Le pongo la pechera, la correa a Chancho y arrancamos sin perder tiempo, tengo en mi mente un camino lo menos transitado posible. Cortamos por los barrios hasta salir a la ruta, al menos noto que la gente está un poco más calmada, pero sí veo muchos grupos pequeños de personas saliendo de la ciudad, creo que todos nos asustamos del desconcierto que se generó en el centro y estamos huyendo de eso más que nada. Caminamos unas dos horas, mi mente trata de deducir lo que está ocurriendo, pero es una incertidumbre total, nos detenemos a descansar por un momento, aunque no por mucho ya que está pronto a anochecer, me siento con mi perro alado a tomar un poco de agua y comer algo. Se nos acerca una pareja que venían cerca nuestro y me pide que le convide un poco de agua, le paso la botella y noto que el chico tiene sangre en los oídos, le pregunto:
Sam—¿Qué te paso? —
Me responde la chica— Estábamos cerca de una de las explosiones que se escucharon cuando inició todo, eran los transformadores que hay cada un par de cuadras, de repente empezaron a explotar y justo estábamos cerca de uno. Creo que se lastimaron los oídos porque no me escucha muy bien, estamos yendo a lo de mi hermana, en una estancia, a unos cinco km de aquí—
Seguimos caminando juntos, compartimos un poco lo que vivimos estas horas, hasta que ellos desviaron hacia su destino.
Ya es de noche aún nos queda unos diez kilómetros, apuramos el paso, totalmente oscuro no se ven luces en las casas, ni a lo lejos en el horizonte, por suerte hay luna llena…
Voy pensando, tratando de procesar lo que paso hoy y me pregunto ¿Por qué se quemaron las cosas? ¿Será que solo pasó aquí?, no puede ser un cortocircuito porque hasta los autos y motos se quemaron, tal vez inició la guerra ¿pero, por qué llegó hasta aquí? Preguntas que aún no puedo responder.
Estamos cerca de mi casa, me desvío de la ruta para acortar el camino, a lo lejos veo...