Subs en español.
Eso es de pobres.
Esto me recuerda a cierto día en la estación de autobuses de mi ciudad, en esa tierra de nadie donde no es andén pero tampoco es calzada, junto a unos contenedores; un individuo regordete, bajito, algo mayor y de voz grave, fumando su cigarrillo junto a uno de dichos contenedores, me ve acercarme y grita "¡el lumpen!" y yo sonreí.
Fontcuberta insiste en esta idea de autorrefencia del arte: “Antes el arte tenía otras referencias. Antes las imágenes se referían al mundo, hoy las imágenes se refieren a imágenes. Lo que inspira al creador visual ya no es una realidad, no es un entorno, sino cómo ese entorno ha sido plasmado en imágenes. Vendría a ser una especie de consideración postmodernista cuya raíz estaría en el mito platónico de la caverna; son las sombras lo que media entre nosotros y una realidad. Esa realidad es inaccesible seguramente porque está engullida por las imágenes. Hemos de vérnoslas con las imágenes. La realidad está ahí, pero las imágenes nos la hacen inaccesibles”.
“Para crear mis imágenes utilizo invitaciones de museo. Por ejemplo, hay una invitación a una inauguración de Cartier-Bresson. En ella ponen la imagen más representativa de la muestra. Vamos a obviar qué ha llevado a Bresson a hacer esa imagen, pero esa imagen ya no me llega como representación del mundo, sino como un objeto, una imagen en un papel y por tanto puede ser comida por unos caracoles. Esa imagen muere cuando la comen los caracoles, pero nace para mí. La muerte de esa imagen permite el nacimiento de la imagen que yo utilizo en este trabajo”.
En el texto que acompaña a Gastropoda añade también una importante reflexión que se encuentra muy de actualidad gracias a la fotografía 2.0, “la problematización de la noción de autoría”. Me da que los caracoles nunca imaginaron en lo que se metían mientras se daban el festín de invitaciones. “Gastropoda se inscribe en la tradición de fotografía realizada por animales (sic). Yo me valgo aquí de la complicidad de unos caracoles (fotofagus o “comedores de fotografías”) para realizar una obra. Hasta cierto punto deberíamos compartir el copyright porque caracoles y yo somos autores-colaboradores. Aunque bajo otro enfoque, se puede decir que los caracoles son los autores por delegación y que yo me limito a explotar su fuerza de trabajo, una situación frecuente en la historia del arte, desde los talleres de maestros renacentistas, hasta las nuevas factories del arte contemporáneo más alabado por el mercado, en las que las obras son producidas en serie. La diferencia es que aquí los esclavos son hambrientos caracoles, indiferentes a que se presente un discurso sobre su voracidad y se prescriba sentido a sus excrementos. Excrementos que no son sino imágenes procesadas orgánicamente para proseguir el ciclo de la vida”.
Joan Fontcuberta está desayunando las noticias de TV3 con pa amb tomàquet en la cocina de su casa de campo, a las afueras de Barcelona. Acaba de regresar de un largo viaje. Mira por la ventana el buzón donde recibe la correspondencia; está lleno y muchas de las cartas forman un Guggenheim de papel sobre la hierba. Cuando va a recogerlas se percata del siniestro: las cartas que llevaban más tiempo a la intemperie han sufrido el ataque de algún bicho, o quizás la humedad. El papel de las postales esta medio comido, dejando muchas de las misivas inservibles. Otras solo han sufrido una rapiña en fase inicial.
La gran mayoría son invitaciones a exposiciones de arte, ya que Joan es artista. Un spam impreso que convida al receptor a acudir a una merendola con algunos cuadros colgados alrededor de la mesa. Vernissage: uno de los círculos del infierno de Dante, como otros denominan informalmente a las inauguraciones de galerías y museos. Es el pensamiento que gravitaba en la cabeza de Joan mientras observaba las invitaciones roídas por a saber qué. Y en esas que se queda mirando la invitación a la expo de Gerhard Richter. Oye, pues no le va tan mal esa erosión en la imagen. Luego analiza los efectos del deterioro en la fotografía de una obra de Marlene Dumas. Como que mejora. En ese instante se le vienen las musas en rebaño.
Dejo la referencia del artículo que leí hace poco http://www.jotdown.es/2013/06/47-artistas-babosos-joan-fontcuberta-y-su-correspondencia
Y el thread que me ha recordado todo esto http://www.mediavida.com/foro/libros-comics/sobre-el-arte-y-bajo-el-arte-466556 ¡que ya tiene dos años!
#1508 Tienes la expo en La Fábrica, hasta el 22 de febrero creo.
Lo del otro hilo, pensé si ponerlo ahí, pero es que las dos veces que intenté darle vida tuve la asquerosa sensación de estar en un monólogo.
#1509 podría venir bien un thread nuevo que defina límites, en vez de presentarse como un saco tan amplio.
Invertir tiempo de redacción es más costoso que debatirlo a voz alzada, quién sabe del índice de participación que puede levantar, pero mientras a ti (o a cualquiera) primeramente te aporte algo organizar ideas y predicarlas abrir thread es buena opción.
Me pasaré a verla y contaré.
Hoy he salido a dar una vuelta y me he encontrado La Fábrica sin pretenderlo. Exhibían copias digitales ampliadas de Gastrópoda, no originales.
En un vídeo en alta definición los caracoles comen papel (no he visto tan bien unas babas ni en vivo), también hay un pliego que habla sobre el fin de la obra: el propio Fontcuberta termina comiéndose los caracoles que ha usado, devorar es el punto final al dilema de la autoría. Cada reproducción tamaño pantalla de plasma de salón estándar costaba 6000 euros, la obra debe terminar en realidad cuando el último baboso se trague eso.
https://www.youtube.com/watch?v=DSq_zSCn9M8
Es vergonzoso que este temazo no haya salido por aquí malditos rojos.
Faltan algunos personajes, cuando menos, curiosos o interesantes. Por ejemplo, yo destacaría, la ausencia de Ortega y Gasset o Karl Popper. Sobre todo me sorprende la ausencia de Popper.
¿cómo va esa vida?
os dejo esto:
sábado veintiuno
la vida es un
pudridero lamentable
y ridículo
como la agencia hija puta
que hace todos los anuncios
de seguros
y microcréditos
una tarde más
con techno oscuro
sé que se me está yendo
de las manos
comiendo tortitas y los tarros
de hummus de mercadona
como si fuesen helados
kalise
así estoy todo el día
cagándome encima, cagándome
en mi vida
sábado veintiuno y
estoy volviéndome
de morro fino,
si baja de setenta por ciento
no lo huelo, primo,
si ya me conozco todos
los vendedores de la deepweb...
qué me vas a contar
de la que te pegaste ayer...
sábado veintiuno y
me desintegro en un pueblucho
acabaré tirándome por
el malecón
si escucho de nuevo
a los maricones de blur
el bosque ya no es lo que era
como tampoco somos nosotros
lo que fuimos
con esta vida de mierda a cuestas
y con pastillas de codeína
tuneadas de farmacia
es sábado veintiuno
paso la tarde
leyendo onthological
anarquism
looking backwards
everyday
destruir el capitalismo
o morir
porque este mundo no
merece la pena
si alguien se ríe
con el club de la comedia...
y me cuesta dormir
pensando en todo el dinero
que me he dejado
en stacks de nootrópicos
y fórmulas mágicas
con estudios científicos
hechos en la casa de
los investigadores
con presente y futuro
aterrador
solo para encadenar
dos palabras seguidas
solo para responder
que facer
y dejar de dar la brasa
a todo el que se me acerque
me cuesta tanto dormir
sábado veintiuno
gente que vota a ciutadans
y que invierte
en el español,
tendrá que volver la eta
si es que alguna vez se fue,
tendrá que volver la eta
no perderé la fe...
el mundo se va al carajo
y ni siquiera tengo una
amante
que sea artista conceptual
como la de varoufucker
es cuestión de tiempo,
como la canción
de chromatics,
bajo las persianas ya
es hora de volver al sofá
con un poco de hummus
y la sudadera sucia
de cuando rapeaba en el bloque:
el pasado es una pota
con arroz blanco quemado
y trozos de salchillas caducadas
con tomate frito del día,
una noche más
y no habrá nada
que me ayude a ser la undécima
parte de
duronman.
Volverás para arder junto a tu amigo,
como espíritu nómada que siempre vuelve a sus raíces.
Música, danza, amor, profundidad, evasión y alma.
Esas son las raíces
del que sin temor,
camina inexorable hacia la verdad del universo.
La música nos elevará como éter hacia la felicidad supina,
beberemos del placer fecundo y soñaremos alto.
Saciaremos nuestros espíritus con el eterno goce
de los que afortunados viven sin miedo
por cumplir sus sueños.