#6 Así empieza ese libro:
—¡Socorro!
—¡Por mil rayos y truenos! ¿Ha caído alguien al agua?
—Nadie, señor Collin —contestó una voz que bajaba desde la cofa del mástil de mesana.
—¿Me estaré volviendo sordo?
—Tal vez fue el timón, que tiene las cadenas un poco ajustadas y oxidadas.
—No es posible, gaviero.
—Entonces serán los tigres, que rugen en forma tal que da miedo...
—Te repito que era una voz humana.
—Sin embargo, no veo nada, segundo...
—No necesitas decírmelo. Necesitarías tener ojos de gato para distinguir algo en medio de esta oscuridad.
Entre el aullido de la tempestad y el rugido de las olas, que el viento alzaba a gran altura, se volvió a escuchar un alarido que evidentemente no provenía de garganta animal, sino humana.
Un resumen (siento lo de las tildes, pero estaba así):
en mitad de una tormenta desmesurada, con el barco Nueva Georgia a punto de zozobrar, el capitán James Hill halla dos náufragos a la deriva colocados sobre un tablón insignificante.
A las tablas les habÃan atado un mástil improvisado y en torno del palo los dos hombres, hechos jirones, se peleaban “como tigres” con cuchillos resplandecientes debajo de la tormenta.
Más allá de las aventuras posteriores de cuyo desenlace no habré de ocuparme ahora, la escena de dos cuchilleros despedazándose a navajazos cuando la vida de ambos corre peligro y el entorno mismo es la más insegura condición colectiva, hasta para quienes desde un barco los pretenden rescatar, me pareció una lograda alegorÃa de nuestros actuales dÃas polÃticos.
Haciendo un paralelo, los hombres en pleito son Felipe Calderón y don Andrés López; mientras el capitán es la azorada sociedad mexicana cuyos ojos no dan crédito a los hechos absurdos de una pelea en tales condiciones.
Los duelistas se baten (no a la manera de Conrad) cuando deberÃan ambos hacer un esfuerzo por sobrevivir. Claro está, cuando por fin la goleta llega hasta ellos, la balsa improvisada se rompe contra el casco y uno de los hasta entonces sobrevivientes sucumbe en el naufragio definitivo y nada más uno queda para seguir la vida.