La intención de esta introducción no es abarcar todo, sino dar pie a que se hable sobre la literatura japonesa en este espacio en concreto. Por ello, y en lugar de colocar un esquema de obras por años, he preferido escribir una breve introducción a la escritura de las letras japonesas mencionando las primeras obras de su literatura, dando lugar a que se comenten otras.
Para empezar, que se sepa, la literatura japonesa antes de la utilización del kanji era ágrafa. Las primeras obras escritas de la literatura japonesa utilizan el kanji. ¿Y qué hacían antes? Pues antes de la utilización de estos caracteres, cuando se quería transmitir algo importante, se recurría a los kataribe, que solían ser mujeres con una gran memoria relacionadas con la tradición chamánica y con el carácter matrilineal de algunas sociedades.
A partir de las primeras obras, como el Kojiki o el Man’yōshū aparecen los kanas, que son letras silábicas, formas derivadas de los caracteres chinos, lo que no quiere decir que estén escritas en chino; y pese a que "el gobierno" escribía en chino los documentos oficiales para la comunicación con el continente, el japonés se conservó en la literatura vernácula, gracias al género waka.
Por tanto vemos que utilizaban los dos idiomas para la escritura y la comunicación.
La primera referencia que tenemos de las letras chinas adaptadas a la fonética japonesa datan del siglo I d.C. Han Shu 漢書. Hasta el periodo Nara (710-94) todos los documentos estaban escritos en kanji 漢字.
El aprendizaje de los significados de determinados caracteres empezó a dar lugar a su traducción a las palabras japonesas llamadas wago 和語 o yamato* kotoba 大和言葉. Es decir, empezaron a leer los caracteres chinos a la japonesa a la vez que aprendían la escritura china. En estas combinaciones nació la lectura kun de los kanji.
*Yamato en este caso se refiere al nombre del territorio donde se supone que se desarrolló el primer “gobierno” “japonés” en las islas, y que mantuvo relativo dominio sobre los territorios anexos.
La adaptación puramente fonética de los caracteres permitió describir cualquier sonido del sistema silábico japonés. Al encontrar los primeros ejemplos de este proceso en el Man’yōshū los kanji que representan los sonidos japoneses se denominan manyogana, es decir. Que constituyen el origen de las letras kana propiamente dichas.
En la transcripción de las primeras obras nos podemos imaginar una gran dificultad. Ōno Yasumaro, el encargado de transcribir el Kojiki memorizado por Hieda no Are (probablemente una kataribe), comenta en el prólogo del Kojiki c. 712 la fórmula que utilizaba. Por un lado, utilizaba el manyogana, llamado así porque el Man’yōshū 'colección de 10000 poemas' (aunque hoy otras traducciones) está escrito con ese sistema, que consiste en utilizar el carácter chino por el sonido sin tener en cuenta el apartado semántico. Es decir, el chino es un idioma monosilábico, al contrario que el japonés, por lo que para la palabra montaña (yama) utilizaban dos caracteres, uno que sonara ya y otro que sonara ma. Pero como este sistema requería mucho tiempo, aparte de hacer las frases muy largas y los problemas de adopción a las flexiones japonesas, también Yasumaro utilizó los caracteres chinos por significado; esto es, utilizar el caracter 山 aplicado a montaña. Por otro lado, en su prólogo, Yasumaro consideró muchas cosas obvias que para nosotros, tan alejados en el tiempo, no lo son. Por ello, tenemos poca información y es tan complicado descifrar e interpretar el japonés antiguo, sumado a que muchas otras palabras no se escribían por considerarse kotodama y tener un carácter sagrado. Las numerosas adaptaciones de los signos fonéticos del sistema manyogana generaron los caracteres sogana de los que viene el hiragana, que en un principio se consideró letra de mujer por su cursivización.
Y desde este desarrollo podemos imaginar el trayecto hasta su cima en el Genji Monogatari. Algo que se entiende mejor conociendo la teoría de flujos y reflujos de la que nos escribe Carlos Rubio en Claves y textos de la literatura japonesa. Así, observamos que cuando los Tang llegaron al poder en China y aumentó la conflictividad, se frena el contacto y por tanto la influencia, mientras en los siglos posteriores germina la semilla de la literatura escrita desarrollando el exuberante periodo Heian.
Para este comentario mis otras fuentes no citadas han sido el prólogo de Taketori Monogatari (la edición de Kayoko Takagi [Cátedra]), y el Manual de lengua japonesa de la misma autora. Imágen wikipedia.