Entró en el bar, estando yo en uno de mis ataques autolíticos, un tipo siniestro. Sombrero de fieltro negro y una pelliza negra, cargada del agua de la calle. Estaban por dar las doce. El dueño del bar fregaba un último vaso, resignado nadie sabe a qué, pues nadie lo esperaba.
Mostraba un bigote negro finísimo, que resultaba cursi y malavenido. Sacó una pesada cartera de piel y la arrojó en la barra de zinc, abultada de legajos y pergaminos.
Entonces me miró, sonriente, y pese a mis profundas depresiones no he perdido un ápice de mi capacidad de extrospección, pude leer de cuajo su carrera y su intención.
Me estaba pesando con la mirada, analizando mi vestimenta, mis ojos cargados de dualismo y de desgana, mi rostro rígido de persona egoicocentrica, mi estrechez de miras.
Llevé mi mano al bolsillo derecho dónde guardo 666 gramos de turmalina negra certificada.
" ¿puedo invitarle a una copa, joven? - me dijo.
" claro, bebo whisky, me da igual la marca.
Se dirigió al camarero y le señaló mi copa.
" Tiene pinta usted de haber estudiado leyes.... -
" Si. - le dije - estudié derecho pero luego me doctoré en filosofía.
" Ah, nada más favorable para mi que verme ante un filosofo...
" ¿Y a que se debe?-
" Bueno, me gano la vida con los filósofos, pues están muy atentos a los detalles, sobre todo los mas desdeñables...-
La conversación fue adentrándose en pormenores varios, y le di rienda suelta mi papel de rubia tonta, y seguí bebiendo los whiskys invitados.
Estrechó su cerco sobre mi y lo vi susurrar palabras antiguas mientras fingía escuchar mis respuestas.
En ese momento rompí mi huevo residual y destruí un ego más que fisurado por sus embates. Emergió entonces mi ser esencial y lo arrinconé.
" Llevo eones esperándote, oh adversario.-
silencio.
Insistí. " Sé que eres el diablo, sé que embaucaste a Dios para hacerme sufrir en otra vida, en la cual fui Job.
Su rostro se mudó en espanto pero segundos más tardes su bigote fino estiró una sonrisa.
" He de confesaros que os mentí, yo también soy zurdo.
Ambos nos reímos y seguimos bebiendo.
Él reveló su ser esencial. Estaba hablando con Dios desde el principio.
Esa noche me suicidé.