"Aquellos de nosotros que sobrevivimos siempre nos sentiremos apabullados al recordar su llegada.Y no solo porque entonces era muy distinto. En cierto y extraño modo, nunca cambio. Cambiamos nosotros. Si el nos parece ahora tan distinto es porque era una figura que transformo la situación"
Ya que veo que en el foro gusta la literatura fantástica y que en determinados hilos se piden recomendaciones aprovecho (viendo que aun no tiene hilo propio) para crear el thread de esta gran saga y asi presentarla, ya que sin duda es uno de los grandes ejemplos del camino que esta tomando el genero y que, en mi opinión, lo esta refrescando mucho.
Digo esto, porque se trata de una trilogía adulta, de una lectura densa, con mucha filosofía de por medio (Quiza influya que el autor este doctorado en Filosofía xD), llena de personajes grises y que exige prestar atención a lo que se esta leyendo. Esta compuesta por los siguientes libros:
1º - En el principio fue la oscuridad
2º - El Profeta Guerrero
3º - El Pensamiento de las Mil Caras
Dos mil años han transcurrido desde el Apocalipsis. Ahora, el Shriah de los Mil Templos ha declarado la Guerra Santa para arrancar la Ciudad Santa del Último Profeta de las manos de sus infieles moradores.
Un hechicero, una concubina y un guerrero quedan cautivados por un misterioso viajero y caen bajo su yugo, mientras lo que empieza como una guerra de hombres contra hombres amenaza con llegar a ser la primera batalla del Segundo Apocalipsis.
La accion tiene lugar en el continente ficticio de Eärwa. Se trata de un escenario grande y extenso con evidentes paralelismos a la época de las cruzadas. Su autor, R. Scott Bakker, se basa en diferentes culturas como fuente de inspiración (especialmente la Grecia Helenística, Escitia, Oriente Medio, El Imperio bizantino, así como varias culturas europeas) y describe un mundo oscuro y brutal, al estilo del que imaginamos fue nuestro pasado.
La acción principal de Príncipe de Nada acontece en la mitad meridional del continente, principalmente en la zona conocida como los Tres Mares, en torno a los cuales se concentran las principales civilizaciones humanas de la época.
En fin que recomiendo su lectura a todos aquellos que les guste la fantasía adulta que intenta desatascar los prejuicios que se ha creado en torno al genero debido a la concepción clásica (ya sabéis, el bueno muy bueno, el malo muy malo, buenos ganan, malos pierden, y demás cosas trilladas).
El libro trae un apendice y yo recomiendo mirarlo a todo aquel que se vea superado en los inicios, cuando tenga un rato actualizare el post con el ya que entre naciones, razas, escuelas, religiones o simplemente la complejidad de los nombres las primeras 100 paginas pueden atragantarse, pero una vez cogido el hilo se trata de una gran obra con espiritu propio y con personajes memorables como Drusas Achamian o Anasûrimbor Khellus.
Reseñas (sin spoilers)
Príncipe de Nada es una barbaridad. No recomiendo el libro. Excepto si se es un habitual de la fantasía épica. Si estás iniciado, la cosa cambia y el chute de R. Scott Bakker es tremendo. Quizá este libro materialice aquello que he oído alguna vez de “alta fantasía” o fantasía épica llevada al extremo. No lo sé, los conceptos abstractos se resisten a ser metidos en una botella.
Porque, más allá de si el libro gusta o no, esta novela fantástica es ante todo un templo al barroquismo literario. Un templo excelso, complicado, inimaginable. Este escritor realiza un trabajo de orfebrería, puntilloso, infinito. No sé si disfruté más con la historia o cómo está escrita. Debo reconocer que me perdí en los recovecos de sus páginas y múltiples planos y personajes de nombres imposibles. Qué complejidad. Quedé desorientado. ¿Cómo se maneja eso? Imagino a su autor, este novelista canadiense, en plan anacoreta enloquecido, metido en un sótano lleno de pilas de libretas y notas enganchadas a la pared con chinchetas, eso que ya no se usa porque queda feo.
Insisto. No es un libro para todos los públicos. No. Hay que saber dónde se mete uno. Me maravilló pero también me costó. Es una novela muy exigente con el pobre lector. Solo quería mencionar eso. Eso y la sensación que tuve mientras leí sus primeras páginas. Literalmente, sentí que me habían arrancado el suelo y que vagaba flotando por alguna extraña dimensión. El trabajo literario que hay detrás del Príncipe de Nada es ingente, inabarcable.
Príncipe de Nada es una saga de la que hay tres títulos publicados: En el principio fue la oscuridad, El Profeta Guerrero, El Pensamiento de las Mil Caras. Pero llegarán más. The Great Ordeal (La Gran Ordalía) y The Horns of Golgotterath (Los Cuernos de Golgotterath). De momento, y por lo que sé, la editorial Minotauro ha renunciado a seguir publicando a este príncipe.
Fragmento de la primera entrega, En el principio fue la oscuridad.
Ascendiendo por escarpados caminos de montaña, Anasurimbor Kellhus dobló una rodilla y se giró para mirar la ciudadela monástica.Las murallas de Ishual se alzaban más allá de una pantalla de píceas y alerces, aunque eran empequeñecidas por las agrestes laderas de las montañas. «¿Viste esto, Padre? ¿Te giraste para mirar por última vez?» Figuras distantes desfilaban entre las almenas antes de desaparecer bajo la piedra. Los ancianos dunyainos abandonaban su vigilia. Kellhus sabía que descenderían por las imponentes escaleras y entrarían uno a uno en la oscuridad de los Mil Veces Mil Pasillos, el gran Laberinto que daba vueltas en las profundidades, bajo Ishual. Allí morirían, tal como había sido decidido. Todos aquellos a los que su padre había corrompido.«Estoy solo. Mi misión es lo único que me queda.» Apartó la vista de Ishual y siguió ascendiendo por el bosque. La brisa de la montaña era amarga a causa del olor del pino marchito. A última hora de la tarde, dejó atrás los límites del bosque y después de dos días escalando glaciales laderas alcanzó la cima de las montañas de Demua. En el extremo más lejano de su campo visual, los bosques de lo que en el pasado había sido llamado Kuniuri se extendían bajo nubes en movimiento. ¿Cuántos paisajes como ésedebería cruzar antes de encontrar a su padre? ¿Cuántos horizontes escarpados debería dejar atrás antes de llegar a Shimeh? «Shimeh será mi hogar. Moraré en la casa de mi padre.» Descendiendo por barrancos de granito, se adentró en la espesura.Vagó por la oscuridad del interior del bosque, a través de galerías de secuoyas silenciadas por la total ausencia de hombres. Tiró de su manto entre matorrales y sorteó la fiereza de las corrientes de las montañas.A pesar de que cruzar los bosques que había bajo Ishual había sido muy parecido, por alguna razón, Kellhus se sintió agitado. Se detuvo para tratar de recuperar la compostura valiéndose de antiguas técnicas para imponer disciplina a su intelecto. El bosque estaba tranquilo, alborozado por el canto de los pájaros. Y sin embargo, él oía los truenos...
«Algo me está sucediendo. ¿Es ésta mi primera prueba, Padre?» Encontró un riachuelo brillante por la luz del sol y se arrodilló en su ribera. El agua que se llevó a los labios era más reconstituyente,más dulce que cualquier agua que hubiera probado antes. Pero ¿cómo podía el agua ser dulce? ¿Cómo podía la luz del sol, quebrada en la espalda de las aguas de la corriente, ser tan hermosa? Lo que sucede antes determina lo que sucede después. Los monjes dunyainos pasaban sus vidas inmersos en el estudio de ese principio, con el fin de arrojar luz sobre la intangible malla de la causa y el efecto que determinaba todas las casualidades, y para minimizar todo lo salvaje e impredecible. Debido a esto, en Ishual los acontecimientos siempre se desarrollaban con una certeza granítica.La mayor parte de las veces, uno conocía el balanceante curso que una hoja seguiría a través de las arboledas dispuestas en terrazas. La mayor parte de las veces, uno sabía qué diría el otro antes de que hablara. Comprender lo que había sucedido antes era saber lo que sucedería después. Y saber lo que sucedería después era la belleza que acallaba, la sagrada comunión del intelecto y la circunstancia: el don del Logos.La primera sorpresa de verdad, aparte de los días de formación de su infancia, había sido esa misión. Hasta entonces, su vida había sido un premeditado ritual de estudio, condicionamiento y comprensión. Todo era sabido. Todo era comprendido. Pero entonces,caminando a través de los bosques del Kuniuri perdido, parecía que el mundo se hundía mientras él permanecía inmóvil. Como tierra en las aguas apresuradas, era golpeado por una infinita sucesión de sorpresas: el débil trino de un pájaro desconocido; espigas de hierbas también desconocidas en su manto; una serpiente enroscándose en un claro iluminado, buscando una presa igualmente desconocida. El seco aleteo pasaba sobre su cabeza, y él se detenía para cambiar de paso. Un mosquito se posaba en su mejilla, y él le daba una palmada; entonces, sus ojos veían una configuración distinta deu n árbol. Sus alrededores le habitaban, le poseían, hasta que era movido por todas las cosas a la vez: el crujir de las ramas, las infinitas transformaciones del agua sobre las piedras. Esas cosas lo sacudíancon la fuerza de las mareas.En la tarde de su decimoséptimo día, una ramita se alojó entre sus andalia y su pie. La sostuvo contra unas nubes cargadas de tormentay la estudió; se perdió en su forma, en el camino que trazaba en el aire: las delgadas y musculosas ramificaciones que llenaban tanto vacío en el cielo. ¿Había caído simplemente con esa forma o había sido ahormada, como un molde que se vacía de cera? Levantó la mirada y vio un cielo surcado por las infinitas horcas de los ramajes.¿No había un solo modo de comprender un cielo? No fue consciente del largo rato que permaneció allí, pero para cuando la ramita cayó por fin de sus dedos ya era de noche. En la mañana del vigésimo noveno día, se acurrucó sobre unas rocas enverdecidas por el musgo y observó cómo los salmones saltaban y cabeceaban contra la corriente del río. El sol salió y se puso tres veces antes de que sus pensamientos escaparan de esa inexplicable guerra de peces y aguas.En los peores momentos, sus brazos eran vagos como la sombra contra la sombra, y el ritmo de sus pasos se avanzaba a él mismo. Sumisión se convirtió en el último vestigio de lo que había sido. Por lo demás, carecía de intelecto e ignoraba los principios dunyainos. Como una hoja de pergamino expuesta a los elementos, cada día veía cómo le eran robadas más palabras, hasta que sólo un imperativo permaneció: «Shimeh... Debo encontrar a mi padre en Shimeh». Siguió vagando hacia el sur, a través de las estribaciones del Demua. Su desposeimiento se agudizó, hasta que dejó de engrasar su espada después de que se hubiera humedecido por la lluvia, hasta que dejó de dormir o comer. Sólo había bosque, camino, y los días que pasaban. Por la noche, buscaba refugio como un animal en la oscuridad y el frío.«Shimeh. Por favor, Padre.»
http://epicavamurta.blogspot.com.es/2012/10/principe-de-nada-la-gran-fantasia-epica.html
He leído un par de veces esta trilogía. En la primera ocasión, los libros me gustaron, pero me recordaban muchísimo a Dune (no es casualidad, el autor ha reconocido la influencia de Herbert). Como digo, me gustaron, pero tampoco demasiado. Puede que tuviese que ver con el hecho de que tratándose de una lectura compleja, el esperar a cada nueva entrega para seguir la trama resulta problemático (Que se lo digan a quienes siguen la serie de Malaz: El libro de los caídos).
En fin, un tiempo después volví a leer los libros, esta vez de un tirón. Y pasaron de "estár bien" a convertirse en una de las mejores series de fantasía que conozco de entre las escritas en los últimos años. Con la información de la lectura del libro anterior aún fresca cuando comenzaba el siguiente, todo cobraba mayor sentido e interés.
En fin. Se trata de una historia compleja, que comienza como una adaptación a un entorno de fantasía de los acontecimientos y desarrollo de la Primera Cruzada. Creo que este tipo de aproximación, el exponer eventos de la historia del mundo real en un contexto fantástico tiene su propia clasificación dentro del género de fantasía, pero no sé cuál podría ser.
La cosa comienza con la declaración de una Guerra Santa proclamada por el cabeza de la religión dominante, una que comparte ciertas semejanzas con el cristianismo, pero menos monoteísta (Afirman que el Dios se manifiesta de múltiples formas, así que todos los dioses adorados por los hombres no son más que aspectos de ese mismo Dios Múltiple). La Guerra Santa está dirigida contra otro pueblo, uno que niega esa multiplicidad, para ellos sólo hay un Dios.
Todo esto de las religiones, y las escuelas de pensamiento filosófico que se van viendo mencionadas a lo largo de la historia, no es circunstancial. Bakker estudió Filosofía, y esos los conocimientos y actitudes desarrollados por el autor dejan una fuerte huella en las creencias de las culturas que van siendo descritas en la trilogía.
Pero todo esto de la Guerra Santa es el marco en el que comienza una historia mucho más ambiciosa. Uno de los personajes principales de la trama, Anasûrimbor Kelhus, pertenece tanto a una antigua dinastía real muy respetada en la región (aunque considerada extinta desde hace milenios) como a los dunyainos, una orden de monjes que viven aislados al punto de que nadie sabe sobre su existencia.
Los dunyainos no sólo han mantenido un programa de eugenesia a lo largo de miles de años, sino que han desarrollado una serie de técnicas que les ponen muy por encima de otros hombres, que son como niños para ellos. No me refiero a cuestiones de combate (que también) sino sobre todo a su capacidad de leer perfectamente las emociones de otras personas con sólo observar su rostro, detectando cada pequeño movimiento de cada uno de los músculos faciales, y deduciendo su significado. No sólo eso, sino que los dunyainos están libres de sus emociones, lo que los vuelve lógicos, fríos y muy despiadados. Ya he dicho que a menudo recuerda mucho a Dune, con este tipo de habilidades casi sobrenaturales.
Kellhus, que tiene sus propios motivos para llegar a la ciudad que es el objetivo último de la Guerra Santa (un equivalente a Jerusalén), se une al ejército de fanáticos decidido a hacerse con el control del ejército. Para ello, les manipulará de forma astuta, valiéndose de sus extraordinarias habilidades, hasta que los demás le vean como un nuevo Profeta, un mesías de su fe. Resulta difícil, como lector, empatizar con Kellhus. Para ello hay otros personajes.
Drusas Achamian, un hechicero de la Escuela del Mandato, la más pequeña y menos influyente políticamente, pero la más poderosa en magia de las escuelas de hechicería, ha recibido el encargo de sus superiores de unirse a la Guerra Santa para vigilar lo que ocurre, y descubrir si el eterno enemigo de su escuela, el Consulto, una organización que todo el mundo cree desaparecida desde hace cientos de años, aunque en una ocasión estuvo a punto de provocar la destrucción de la humanidad con su creación, el No-Dios. La Escuela del Mandato existe sólo para combatir al Consulto, y si no fuese por el enorme poder que mantienen sus miembros, debido a las particularidades de su forma de hacer magia, serían ridiculizados por el resto.
Esta cuestión, la de la hechicería y las diversas formas de plantear las formas de hacer magia, también muestra una fuerte influencias de la Filosofía. De hecho, se concibe a la magia como lo opuesto a la Filosofía; Si la segunda es la traducción desde la realidad hasta las palabras, la hechicería es la alteración de la realidad desde las palabras.
Por supuesto, hay multitud de poderes interesados en influir sobre la Guerra Santa. Un trasunto del Imperio Bizantino, varios de los poderosos que han tomado parte en el esfuerzo bélico y que desean la gloria del mando. Y el Consulto, desde luego.
Como decía, se trata de una historia larga y compleja, llena de personajes secundarios e inmersa en una muy detallada descripción del mundo, al punto que el lector acaba familiarizado con algunos de los pensadores y genios militares más famosos de su historia, sólo por las menciones hechas a ellos y sus obras, algo recurrente a lo largo de la trilogía.
Los personajes están bien hechos, y resultan creíbles. Pero lo que más me gusta de esta historia es el mundo en el que se desarrolla, realizado con un esmero tremendo. Al final del tercer volumen hay un extenso apéndice enciclopédico sobre personajes, lugares y acontecimientos que se han ido describiendo en la novela. No resulta necesario consultarlo mientras se está leyendo, pero una lectura final del apéndice sí ayudará a aclarar muchos puntos, además de ser muy entretenida en sí misma.
Y la trilogía es sólo el principio de una serie que no queda muy claro con cuántas entregas contará. Por el momento han aparecido, creo, otros dos libros, pero no han sido traducidos. Y el autor ha manifestado en alguna ocasión que el total rondará los ocho libros. Eso puede hacer retroceder a algunos. Por mi parte, después de lo mucho que me gustaron los primeros, si mantiene el nivel de calidad, bienvenidos sean.
Ahora hay quien insiste a La Factoría o a Bibliópolis/Alamut para que recojan la antorcha de esta serie y continúen con su publicación. Me parecería una gran noticia que alguna editorial se decidiese a ello, pero sospecho que tendré que hacerme con los libros en inglés si quiero saber cómo continúa la historia.
http://mundos-inconclusos.blogspot.com.es/2013/10/trilogia-principe-de-nada-de-r-scott.html
Reseñas (con spoilers)
Leer un relato sobre el fin del mundo en estos tiempos tan apocalípticos resulta perturbador e, incluso, catártico. Conseguir elaborar una novela de fantasía con un entorno claramente religioso donde se muestra la violencia despótica más áspera y que, sin embargo, no resulte un relato fascista ni machista es locamente heroico. Para que nos hagamos una idea, la acción de la trilogía Príncipe de nada de R. Scott Bakker trascurre dos mil años después del Primer Apocalipsis en el que Mog-Pharau, el No Dios, caminó entre los hombres. Olvidado el dolor de esa época oscura, los caudillos y nobles inrithi se embarcan en una titánica guerra santa contra las facciones fanim. Además, en la historia entran en juego diferentes escuelas de magia, todas ellas enfrentadas, pero que se aunan en la destrucción de una de ellas, los cishaurim, que son temibles precisamente porque ningún otro hechicero detecta su magia. En el ardor de las truculentas y crueles batallas se distinguen varios personajes que, a pesar del establecimiento de roles cerrados típico de las novelas de fantasías, no caen en el manierismo, sino que desarrollan personalidades muy matizadas a las que vemos transformarse por sus decisiones y circunstancias: Drusas Achamian (hechicero del Mandato), Anasûrimbor Kellhus (monje y futuro Profeta guerrero), Cnaiür (bárbaro guerrero sin patria y buscando una venganza), Esmenet (prostituta que sigue a la guerra). Quiero insistir en tres elementos fundamentales que hacen valiosa esta novela, por un lado, la capacidad que tiene para atrapar al lector desde la primera página, después la calidad a la hora de construir los personajes que permite vivenciar sus cambios por muy radicales o irritantes que nos resulten y, por último, sustentarla sobre ideas religiosas y filosóficas, algo muy poco común.
La obra se enmarca deliberadamente en la tradición tolkiana, con ese afán por oponerse a la modernidad y su homogeneidad, recreando un supuesto y exótico tiempo pasado en el que las cosas parecen más crueles, más sucias, pero, también, más reales; y entendiendo la novela de fantasía no como un mero formato de evasión con mayor o menor calidad, sino con capacidad suficiente para tratar temas religiosos, filosóficos o políticos. Así, la trama de la novela es sumamente ambiciosa, pero el autor es capaz de cumplir las expectativas e ir cargándola de contenido filosófico, tratando temas provenientes de la antropología, de la teoría del conocimiento (desde el inicio las percepciones de Kellhus son subyugantes), el lenguaje y la relación entre las palabras y las cosas (con la Gnosis esotérica y exotérica), las estructuras sociales, las pasiones humanas, el papel de la mujer en un mundo tan violento y utilitarista. De modo que desde el principio los personajes tienen la certeza de estar enfrentándose a algo grande, tan grande como es la destrucción de ellos mismos y de todo aquello que han conocido y, sin embargo, Bakker consigue hacernos abarcar este trágico desastre con la concreción de nombres y rostros que van muriendo, con pueblos y civilizaciones que son mermadas hasta la extinción, creando un fin de los tiempos desgarradoramente humano (en contraste con el banal y ajeno fin de los tiempos actual).
El odioso personaje que vertebra la historia es Kellhus, el falso Profeta Guerrero, que emerge de un pueblo oculto, aparatado y desconocido y que ha ido refinándose hasta constituir una raza más que humana. Auténtico superhombre nietzscheano ha conseguido controlar reflejos y respuestas motoras y es capaz de leer los sentimientos y pensamientos en los rostros de las débiles personas. Los seres humanos en sus manos se convierten, por tanto, en meros peleles que mueve a su antojo pulsando las pasiones, despertando apetitos y blandiendo una falsa sinceridad. La finalidad última de Kellhus no es más usar la guerra santa con el fin de asesinar a su padre que ha osado importunarle en sueños y lo ha expulsado de su preciado retiro. Para él la humanidad no es más que un conjunto de niños llorones incapaces de enfrentarse a sí mismos y que ocultan aquello que no entienden con palabras tan grandilocuentes como dios o fe, y si es cierto que los seres humanos sostienen sus acciones en puras creencias, él les va a dar la oportunidad de que crean de veras.
La verdad se convierte, de este modo, en uno de los temas que articulan la trilogía. Kellhus la arroja a la cara de los diferentes personajes con el fin de humillarlos descubriendo sus hipócritas miserias, para a continuación someterlos por la vergüenza. Pero hay también una segunda verdad (enfrentada por sólo dos personajes, nuestros héroes), menos espectacular, pero más racional y práctica al desenmascarar precisamente a este falso y seductor Profeta y que se convierte en la única oportunidad de liberarse del yugo de una fe cegadora, que apuntala una idiota esperanza por la que los hombres se lanzan a una guerra que debería ser completamente indiferente. Además, la verdad de la Gnosis que conoce Achamian, al ser hechicero del Mandato, y que es motivo de persecución y lucha entre las escuelas. Pero, sobretodo, la verdad que persigue al mismo Achamian en sueños todas y cada una de sus noches, la del Primer Apocalipsis, y el descubrimiento del eje de la próxima destrucción que ha de venir. Nada más trágico que recordar tan nítidamente el pasado, sobrecogerse por el futuro y que, sin embargo, se te considere algo pasado de moda (tan trágico como puede ser una actitud similar hoy).
Por otro lado y como bien es sabido, la fantasía juega en muchos casos con la oportunidad de explorar los límites de aquello que se considera humanidad, repensar lo humano en dos mundos tan deshumanizados como son el de la novela y el nuestro.. Por un lado aparece el ya descrito Kellhus que lleva al máximo las posibilidades de control y conocimiento del cuerpo y el intelecto hasta el punto de acabar pareciendo un dios rodeado de niños, por otro aparece un bárbaro, Cnaiür, cuyos sentimientos son tan obsesivos y dramáticos que rozan la absoluta locura. Pero además, se encuentran las criaturas del Consulto (las fuerzas que tratan de propiciar el segundo Apocalipsis), puros simulacros de humanidad llenos de un hedonismo nihilista, con un deseo sexual salvajemente insatisfecho y, paradójicamente, condenadas a la esterilidad; y los scranc que muchos dudan que sean inteligentes y han sido usados como mano de obra en las guerras del Apocalipsis por su capacidad violenta.
Dentro de la estructura de la novela habría que destacar que el primer volumen es claramente el mejor estructurado, no sólo por la presentación de personajes y las tramas, sino porque se ve claramente la preparación lenta y reflexiva de la novela. El último resulta algo irregular sobre todo en su primera parte que se convierte en mera preparación hacia el desenlace. Sin embargo, el final es capaz de acumular la suficiente tensión y abrirse de tal modo que no se puede dejar de dar vueltas al devenir de los personajes. Así, Achamian, maestro hechicero, perdedor nato y verdadero antihéroe protagonista de la novela, vive una desgracia tras otra hasta que el dolor de sus sueños se convierte en juego de niños comparado con su cruel existencia. Y sin embargo, consigue levantarse una y otra vez hasta lograr ser completamente libre, sin ninguna atadura, solo porque todo aquello que ha amado se ha visto ultrajado y destruido. Es el triunfo del individuo fortalecido por la verdad y que ya no teme a nada sobre la masa informe sometida a la fe.
Por último, encontramos dos personajes complejos y curiosos dentro de una novela de fantasía. Teniendo en cuenta que en un mundo tan cruel una mujer sólo puede ser reina o prostituta (o las dos cosas a la vez, claro), aparece en la novela Esmenet, la puta de Sumna, hermosa e inteligente, que nos hace sufrir bastante y que ejerce de continuo contraste en un mundo arrasado por la muerte y la esterilidad. Y su absoluto opuesto, Cnaiür, el salvaje, representante íntegro de un bárbaro, que entiende la guerra como razón de ser del hombre, y al que sólo la venganza y la locura que lo van devorando son capaces de humanizarlo hasta acabar convirtiéndolo en un personaje casi simpático.
El final de la trilogía queda completamente abierto para su culminación en The Aspect emperor que constará de dos volúmenes aún en preparación, pero en este final las tramas principales alcanzan mayor dramatismo y mientras Kellhus cree haber conseguido aquello por lo cual se alza sobre la guerra santa le invade cierto humanismo o, al menos, un intento de protección de esos desdichados que no saben hacia donde vagan. Descubre, pues, el pensamiento de las mil caras que ha de prepararlo para hacer frente al verdadero enemigo: el No Dios y el Segundo Apocalipsis.
http://elquimericolector.blogspot.com.es/2012/11/principe-de-nada-r-scott-bakker.html
Asombroso, cautivador, enfocado de tal manera se pueden trazar fríos perfiles psicológicos, si alguien es tan frío como para poder alejarse de la acción, de unas líneas que nos hacen temer, odiar, apasionarnos, en definitiva: sentir.
R. Scott Bakker es un alumno aventajado de los grandes de la fantasía, ha estudiado los textos y sobre todo ha meditado cada palabra incluida en esta saga. No puede crear un género pero sí que ha plantado una pica dentro del panorama de la fantasía, sacándola del habitáculo de literatura juvenil o de copia de ideas anteriores, para crear una obra adulta, trascendente, violenta, sensual y que necesita al menos tres lecturas para ser comprendida en su totalidad.
Nunca me había encontrado con un libro tan bien tejido a nivel de ritmo que a la par profundizara tanto en las marionetas que le dan vida Tan curioso me ha parecido el planteamiento de la serie que he tenido que buscar notas biográficas sobre del autor, material que confirmó lo que intuía: es un escritor accidental. Esto no quiere decir que sea malo, su prosa es ágil y sus ideas argumentales, aunque basadas en una Historia moldeada a antojo, sumamente atractivas. Lo que ocurre es que Bakker es un filosofo, moderno pero filosofo y ha utilizado la libertad de interpretación que da el poder basarse en mundos inventados, para plantear su propia tesis filosófica vital, en la que toca campos tan diversos como la antropología, las teorías del conocimiento, la evolución del lenguaje, las estructuras sociales y sobre todo y ante todo, de forma magistral, las pasiones humanas.
Quienes se adentren en estas páginas maestras podrán encontrar batallas épicas, tramas argumentales impecables, misterios que se hacen de rogar en su desenlace pero sobre todo, por lo que destaca “Príncipe de Nada”, es por la profundidad de los personajes. Todos y cada uno de protagonistas trascienden la mera creación de ficción para convertirse en auténticos entes vivos, con todas las complejidades propias de un ser humano de carne y hueso. Nunca me había encontrado con un libro tan bien tejido a nivel de ritmo que a la par profundizara tanto en las marionetas que le dan vida.
Asombroso, cautivador, enfocado de tal manera se pueden trazar fríos perfiles psicológicos, si alguien es tan frío como para poder alejarse de la acción, de unas líneas que nos hacen temer, odiar, apasionarnos, en definitiva: sentir.
Aunque no reír, no, toda la obra peca de un poso de tristeza y desesperación casi agobiantes, que va deprimiendo según uno consume líneas. La vida no es un camino de rosas pero hasta las almas más grises tienen el consuelo de una sonrisa, y si alguien es capaz de hacer que odie con todas mis fuerzas a Esmenet por su traición, no entiendo porque no ha querido regalarme una carcajada cuando aun las reuniones ante el fuego eran distendidas y la mítica Shimeh aún quedaba lejos.
Discúlpenme, los planos de los universos se mezclan en mi mente y les hablo de cosas que aun no conocen, pero les aseguro que entenderán mi falta en cuanto se sumerjan en esta más que recomendable lectura. Hay otro tema que se podría considerar un punto negro dentro de esta trilogía, esto es la presunción del escritor. En la mente del señor Bakker todo está tan claro que se le olvida que la pluma corre sobre el papel para otros que no visualizan la idea. Hace falta pasar 200 páginas de texto para comenzar a comprender el escenario y las civilizaciones que se nos plantea, pues no hay una descripción previa de en donde nos movemos, ni tampoco de los antecedentes que repercuten en el presente inmediato que leen nuestros ojos.
Esta falta de descripción también está presente en la física de los personajes, no están retratados, es complicadísimo hacerse una imagen mental de ellos pues solo se les esboza, obligando al lector a ponerle caras indumentaria, buscar referentes visuales para hacer funcionar la moviola de los pensamientos. Esto no es una falta si no un reto intencionado a quien sostiene la encuadernación, Bakker parece querer decir: “Despierta, tu cerebro tiene que trabajar, si buscas algo para únicamente pasar el rato este no es tu libro, coge algo con elfas de gran escote en la portada.”
Y es totalmente cierto, pues más de uno relegará la primera entrega de la saga si no tiene la intención de comprometerse al 100% con una lectura exigente y densa, pero al tiempo entretenida y enriquecedora como pocas. Mientras lo estaba leyendo mis allegados me preguntaban de que iba y tras poder colocarlo de forma lineal en mi mente esto es lo que contaba, intentando no desvelar detalles que rompieran la emoción ante lo desconocido:
Los Tres Mares es el espacio dentro de la zona continental conocida como Eärwa donde se han desarrollado las principales civilizaciones humanas en el renacer de la especie posterior al primer Apocalipsis. Este territorio se caracteriza por la unificación de su fe, desechando castas o razas, en las escrituras englobadas en El Colmillo y en El Tratado y sus habitantes se denominan así mismos como Inrithi. El poder religioso está desligado formalmente del político pero en un territorio denominado como el de los Mil Templos, la influencia de la Iglesia representada por el Shriah es indudable, y cuando el pontífice invoca la Guerra Santa, los dirigentes y el pueblo acuden a su llamada. El objetivo es recuperar de manos de los infieles monoteístas fanim los territorios de Shimeh, escenario de los hechos narrados en “El Tratado” que son la crónica y enseñanzas de Inri Sejenus, Último Profeta del Inrithismo.
Pero a pesar de la hegemonía de la Iglesia en los Tres Mares conviven, siendo despreciados, temidos y sin esconderse en absoluto, distintas escuelas de hechicería integradas por escogidos capaces comprender y pronunciar los significados y palabras del antiguo lenguaje, lo que les confiere un grandísimo poder que les permite vivir dentro de estas sociedades aun siendo considerados herejes y abominaciones.
De entre todas las escuelas destaca por su importancia y poderío la de los Chapiteles Escarlatas, hechiceros anagógicos, que deciden unirse a la Guerra Santa a pesar de su condición de condenados por las escrituras, recibiendo el beneplácito de los principales caudillos cada uno con sus motivaciones para intervenir en esta cruzada, muchas veces alejadas estas de sentimientos píos.
Esta es la excusa argumental, una fabulosa migración de naciones enteras movidas por la fe y el ansia de revancha hacia unos infieles que han usurpado los territorios sagrados. Las intrigas políticas que esto conlleva y las distintas decisiones y hechos de los grandes nombres nos harán vivir una crónica de viajes, batallas, enfrentamientos y penurias con las que ya de por sí se podría haber escrito un libro entero. Pero esto no es nada ya que los auténticos protagonistas, si bien participan activamente en esta gesta, no pueden incluirse dentro de esta historia.
En contra posición a las citadas escuelas de hechicería que basan sus conocimientos y habilidades en la anagogía, existe una reducida pero infinitamente más poderosa escuela que responde al nombre de El Mandato, hechiceros gnósticos.
Además de utilizar y atesorar esta variante del estudio y utilización de la magia, los miembros de El Mandato cuentan con una peculiaridad que es tanto su misión vital como su maldición. Cada noche rememoran como si fuera la primera vez la caída de los hombres en el primer Apocalipsis, la llegada del No-Dios a la Tierra. Estos recuerdos en primera persona fueron en origen del fundador de la orden Seswatha y tienen como función hacer que los miembros de El Mandato impidan que algo así vuelva a ocurrir, que El Consulto, otra escuela de hechicería, vuelva a despertar al No-Dios mediante la utilización de la mecánica de la carne, de origen no místico basada en la ciencia de los antiguos y casi extintos no hombres que creo a los Sranc, los Bashrag, los dragones y los Wracu, principales tropas de No-Dios.
El problema es que hace ya 3000 años que El Consulto no da señales de vida, por lo que los maestros de El Mandato son considerados locos agoreros que persiguen fantasmas de tiempos pasados. Los dirigentes del mandato encargan a uno de sus maestros, Drusas Achamian, que acuda a la capital, Sumna, para enterarse de las motivaciones que han llevado al pontífice a declarar la guerra santa. Para ello Drusas tiene que encontrarse con uno de sus antiguos discípulos, Inrau, que eligió la fe hacia El Colmillo antes que las enseñanzas del mandato. En Sumna Drusas también se reencontrará con su amante Esmenet, una prostituta con la que mantiene una relación no definida que va más allá de la mera transacción de carne por dinero.
Por otra parte existen los dunyainos, un pueblo que sobrevivió el Apocalipsis, ubicado en el Antiguo Norte, aislado del resto de los hombres por territorios hostiles infectados de sranc. Los dûnyainos siguen el camino de La Logos, un análisis sistemático y pormenorizado de todas las variantes posibles ya sean temporales como emocionales. Para el control de la Logos los dûnyainos realizan una selección eugenesica en la que únicamente los más inteligentes de sus hijos sobreviven. Este pueblo posee un afán increíble de conocimiento que es por lo que parece que uno de ellos, Anasûrimbor Moënghus, abandonó su tierra 30 años atrás, siendo de esta manera condenado a muerte por los suyos.
¡Oh si mi voz hubiera podido prender fuego a Los Hombres de Hierro, si hubiera podido ser escuchada por el Profeta Guerrero, nada sería la matanza de los campos de Eleneöt comparada con mi furia! Aún duelen las heridas de una ficción que se incrusta en el cráneo y que absorbe como pocas.
Únicamente puedo reprocharle a “El Príncipe de Nada” un par de toques de estilo, el afán de referirse al sexo femenino con el eufemismo de melocotón y la manía, repetitiva y sin sentido de reiterar que: “La muerte cayó en espiral”, algo que no entiendo.
Hay un estante en mi biblioteca donde, custodiados por una Colt Python 357 y una Reck GS Ligther, se encuentran libros que hay que conocer para decir que se ha leído, que hay que estudiar si uno quiere decir que ha escrito. El catálogo es variopinto está “El Nuevo testamento”, “Los Pilares de la Tierra, “La Guerra de la Independencia”, “Peleando a la Contra”… ahora tengo que hacer hueco para “El Príncipe de Nada”. Les recomiendo hagan lo mismo.
http://www.fantasymundo.com/articulos/1841/principio_fue_oscuridad_principe_nada_1_r_scott_bakker
NACIONES, RELIGIONES Y SUS PRINCIPALES INSTITUCIONES
---------------------------------------- El Inrithismo. -------------------------------------------------
Sintetizando elementos monoteístas y politeístas, el inrithismo, la fe dominante en los Tres Mares, se basa en las revelaciones de Inri Sejenus (circa 2159-2202), el Último Profeta. Los principios centrales del inrithismo versan sobre la inmanencia de Dios en los acontecimientos históricos, la unidad de las deidades individuales de los Cultos como Aspectos de Dios tal como fue revelada por el Último Profeta y la infalibilidad del Colmillo como escritura.
Los Caballeros Shriah. Orden monástica militar bajo la directa dirección del Shriah, creada por Ekyannus III, el Dorado, en 2511.
Los Mil Templos. Institución que provee el marco eclesíastico del inrithismo. A pesar de que tiene su base en Sumna, los Mil Templos es omnipresente en los Tres Mares noroccidentales y orientales.
Naciones inrithi
Alto Ainon, es la principal nación ketyai de los Tres Mares orientales. Fue fundada después del colapso del Imperio Ceneiano en 3372, y ha sido gobernada por los Chapiteles Escarlatas desde el final de la Guerra Escolástica en 3818.
Ce Tydonn, es una nación norsirai de los Tres Mares orientales. Fue fundada después del colapso de la nación ketyai de Cengemis en 3742.
Corinya, nación ketyai de los Tres Mares orientales. Fundada después del colapso del Imperio Ceneiano en 3372, tiene su base alrededor de Aöknyssus, la antigua capital de Shir.
Galeoth, es una nación norsirai de los Tres Mares, el llamado Medio-Norte, fundada alrededor de 3683 por los descendientes de los refugiados de las Viejas Guerras.
Nansur, el Imperio Nansur es una nación ketyai de los Tres Mares occidentales y el autoproclamado heredero del Imperio Ceneiano. En la cúspide de su poder, el Imperio Nansur se extendía desde Galeoth hasta Nilnamesh, pero se ha visto muy reducido a lo largo de siglos de guerra contra los fanim de Kian.
Thunyerus, es una nación norsirai de los Tres Mares. Fue fundada a través de la federación de las tribus thunyerias alrededor de 3987, y sólo recientemente se ha convertido al inrithismo.
---------------------------------------- Los Fanim. -------------------------------------------------
Estrictamente monoteísta, la fanim es una fe advenediza fundada por las revelaciones del profeta Fane (3669-3742) y restringida a los Tres Mares suroccidentales. Los principios centrales de los fanim tienen que ver con la singularidad y la trascendencia de Dios, la falsedad de los Dioses (que son considerados demonios por los fanim), el repudio de los Hombres del Colmillo como herejes y la prohibición de todas las representaciones de Dios.
Naciones fanim
- Kian, es la más poderosa nación ketyai de los Tres Mares. Se extiende desde la frontera meridional del Imperio Nansur hasta Nilnamesh. Fue fundada en la estela de la Jihad Blanca, la guerra santa emprendida por el primer fanim contra el Imperio Nansur entre 3743 y 3771.
Otras Facciones Principales
El Consulto. Conciliábulo de magos y generales que sobrevivieron a la muerte del No Dios en 2155 y han luchado desde entonces para propiciar su retorno en el llamado Segundo Apocalipsis. Muy pocos en los Tres Mares creen que el Consulto siga existiendo.
Los Dûnyainos. Secta monástica secreta cuyos miembros han repudiado la historia y los apetitos animales con la esperanza de encontrar una explicación absoluta a través del control de todos los deseos y circunstancias. Durante dos mil años, han educado a sus miembros para los reflejos motores y la agudeza intelectual.
Las Escuelas. Nombre colectivo dado a las diferentes academias de hechiceros. Las primeras Escuelas, tanto en el Antiguo Norte como en los Tres Mares, surgieron en respuesta a la condena del Colmillo a la hechicería. Las Escuelas son una de las instituciones más antiguas de los Tres Mares, y sobreviven, en gran medida, debido al terror que inspiran y su independencia de los poderes seculares y religosos de los Tres Mares.
- Los Chapiteles Escarlatas. Escuela anagógica más poderosa en los Tres Mares que ha sido la gonernadora de facto del Alto Ainon desde 3818.
- El Mandato. Escuela gnóstica fundada por Seswatha en 2156 para proseguir la guerra contra el Consulto y para proteger los Tres Mares del regreso del No Dios, Mog-Pharau.
- La Myunsai. Autoproclamada Escuela Mercenaria, que vende sus servicios hechiceros en los Tres Mares.
- El Saik Imperial. Escuela anagógica vinculada al Emperador de Nansur.
- Los Cishaurim. Hechiceros-sacerdotes de los fanim, con base en Shimeh. Poco se sabe de la metafísica de la hechicería de los cisahurim, o la Psûhke, según se refieren a ella los cishaurim, más allá del hecho de que no puede ser percibida por los Escogidos y de que es tan extraordinaria como la hechicería anagógica de las Escuelas.
Personajes Principales
Anasûrimbor Kellhus, monje dûnyaino de treinta y tres años.
Anasûrimbor Moënghus, padre de Kellhus.
Cememketri, Gran Maestro del Saik Imperial.
Chepheramunni, Rey-regente del Alto Ainon y líder del contingente ainonio.
Cnaiür, bárbaro scylvendio, caudillo de los utemot.
Coithus Athjeári, sobrino de Saubon.
Coithus Saubon, Principe de Galeoth y líder del contingente de Galeoth.
Curtias Sarcellus, Primer Caballero-Comandante de los Caballeros Shriah.
Drusas Achamian, hechicero del Mandato de cuarenta y seis años.
Eleäzaras, Gran Maestro de los Chapiteles Escarlatas.
Esmenet, prostituta sumni de treinta y un años.
Geshrunni, esclavo soldado y momentáneo espía del Mandato.
Hoga Gothyelk, Conde de Agansanor y líder del contingente tydonnio.
Ikurei Conphas, Exalto-General de Nansur y sobrino del Emperador.
Ikurei Istriya, Emperatriz de Nansur y madre del Emperador.
Ikurei Xerius II, Emperador de Nansur.
Incheiri Gotian, Gran Maestro de los Caballeros Shriah.
Iyokus, Maestro de Espías de Eleäzaras.
Kascamandri, Padirajah de Kian.
Krijates Ximenus, amigo de Achamian y Mariscal de Attrempus.
Kussalt, mozo de Saubon.
Maithanet, Shriah de los Mil Templos.
Mallahet, poderoso miembro del cishaurismo.
Martemus, General y Ayuda de Campo de Conphas.
Nautzera, antiguo miembro del Quórum.
Nersei Calmemunis, líder de la Guerra Santa Vulgar.
Nersei Proyas, Principe de Conriya y antiguo alumno de Achamian.
Paro Inrau, Sacerdote Shriah y antiguo alumno de Achamian.
Seökti, hereje del cishaurismo.
Serwë, concubina nymbricania de diecinueve años.
Seswatha, superviviente de las Viejas Guerras y antiguo fundador de El Mandato.
Simas, miembro del Quórum y antiguo profesor de Achamian.
Skaiyelt, Principe de Thunyerus y líder del contingente thunyerio.
Skalateas, hechicero mercenario.
Skaras, Sapatishah-Gobernador de Shigek.
Skeaös, Primer Consejero del Emperador.
Skiötha, padre fallecido de Cnaiür.
Yalgrota, siervo gigante de Skaiyelt.
Drusas Achamian
Cnaiur Urs Skiotha
Chorae
Maestro Escarlata
Mallahet (Cishaurim)
http://es.wikipedia.org/wiki/Principe_de_Nada
http://princeofnothing.wikia.com/wiki/Prince_of_Nothing_Wiki
Un saludo!