Después del negro completo, su fuerza cede, se desvanece. Mis ojos queman esa oscuridad perpétua lentamente y un gran círculo luminoso crece poco a poco. Subo unas escaleras. Cada una se levanta un palmo sobre la anterior y me cuesta moverme por estas. Los rellanos son estrechos, pequeños. El techo parece ceder en partes donde no debería y en ocasiones, para acceder al siguiente piso, debo curvarme con fuerza para no golpearme la cabeza. En las próximas escaleras parece que faltan dos escalones, pero mi pie golpea con furia sobre una base que no existe. No me extraño, es algo normal. Sigo ascendiendo.
Dos pares de piernas un par de metros más arriba me llevan algo de ventaja, pero no me preocupa, no estoy persiguiéndoles. No cabe la prisa. Respiro y sigo caminando.
Tropiezo lentamente y mi cuerpo cae como si pesara escasos tres gramos. La fuerza de la gravedad se olvida de reinar en este metro cuadrado y, aún así, en mi impacto contra el último escalon del decimotercer rellano, mi pierna se quiebra en dos. Tibia y peroné se separan con una dulzura que eriza los cabellos de mi nuca. No cabe el dolor.
Esas piernas continúan el ascenso. Ni siquiera se paran a observarme, a reírse, a preocuparse. No me importa. No deben. Me molestaría que lo hicieran.
-Esto es absurdo- me digo a mi mismo cuando me veo la pierna en calidad radiográfica. -Es imposible romperse la pierna con un golpe así-.
Mis manos repiquetean sobre el inicio del próximo rellano como si aquella observación me hubiera servido de ayuda. Lo ha hecho. Me he dado cuenta de que estoy en un sueño... y quiero salir. Dejo la percusión y todo se vuelve oscuro.
De nuevo ese negro completo, su fuerza crece. Lo gobierna todo. El negro ha dejado de ser una mierda para convertirse en el puto amo de mi consciencia. Es el paso siguiente, así que le dejo que reine lo que quiera. Tarde o temprano se irá y la luz volverá a mí, ya he vivido esto otras veces. Se como funciona, por lo que no estoy asustado- ¿me oyes?- me susurro a mí mismo.
La oscuridad cede. Todo vibra. Mi habitación, que aunque oscura puedo diferenciar cualquiera de los objetos que tengo repartidos por ella , tiembla. No. No es la habitación. Soy yo. Pero tampoco es un temblor, es una sensación interna más que el efecto de algo exterior sobre mí. -¿Dónde estoy?- me pregunto mientras no siento nada bajo mi espalda. -Estoy flotando-. La situación tiene su gracia. Estoy totalmente horizontal apoyado sobre la nada, mientras mis pies descansan sobre mis réplicas físicas. Curioso. Jamás había despertado a esta otra realidad de este modo. Es divertido.
Una voz. -¿Quien demonios llora de ese modo?- me pregunto mientras siento como un grito agónico se acerca sin remedio. Me está buscando. Me va a encontrar. Soy demasiado torpe todavía, no podré huir. Esa voz se acerca. Me turba los sentidos que no deberían poder ser oscurecidos por nada. Ahora debería tener más control sobre mí, sobre mi alrrededor, pero estoy muy verde todavía.
Me va a dar caza. Ya está. Está aquí. Es ella. -¿Quien?-. Da igual, no lo soporto más.
De repente, algo en mí da un vuelco. Es morena. Cabello corto, por debajo de las orejas. No posee dientes, tiene la boca abierta y se dibuja un enorme universo dentro de esta. Me grita. Tiene la cara desencajada y los pómulos se marcan en sus mofletes. Necesita mi ayuda. Me mira con desesperación. Hastiada, sigue gritándome. Apenas está a un centímetro de mi cara. Sigue haciéndolo. No para. Me necesita, lo sé. Paso de ella. Estoy en shock y no tengo cojones a moverme.
Sigue gritándome desesperada y me estoy quedando sordo. Me he hartado. -Apártate, por favor-. La empujo con la imaginación y ella me entiende. Su grito se aleja y crece en mi un sentimiento increíble de culpabilidad. Soy un desgraciado. Floto hacia la pared y cuando estoy apunto de atravesarla...
Mis ojos se abren. Mi corazón está revolucionado y si sigue bombeando a esta velocidad, creo que voy a perder la cordura. Mi mente reconstruye el puzzle que ha caído al suelo al despertarme. Lo recuerdo todo.
Jamás te olvidaré, morena. Siento no haber podido ayudarte.
PD: No he logrado transmitir las sensaciones que aún perduran, pero creo que uno, también ha de reconocer su parte mala xDD.