TFT se encuentra en pleno parche 9.16 y según declaraciones de su diseñador principal, Mortdog, “el meta general está bastante bien”. Ello se debe a que no hay composiciones que otorguen la victoria por estar desbalanceadas, además de que prácticamente cualquier composición se puede hacer viable.
Es por ello que el próximo parche 9.16B será más pequeño, como debería ser habitual y parece que Riot está encontrando cierto equilibrio para su juego más táctico.
La llegada de los Hextech le ha sentado muy bien al juego, su pasiva, que lanza una bomba de impulso a una zona aleatoria del mapa denegando los objetos que tengan los campeones afectados por un tiempo ha favorecido a la eliminación de campeones con tres objetos que ganaban prácticamente solos cada batalla.
La disminución por la bajada de estadísticas de las composiciones ninjas/asesinos ya es un hecho, siguen siendo viables pero no son las únicas que te otorgarán una victoria. Esta etapa quedará como la primera oscura de TFT.
También hay campeones más fuertes que otros, como es normal. Jinx con su velocidad de ataque es un gran peligro para otras composiciones, Draven también junto con Volibear, y aunque la dependencia a comprarlo y otorgarle todos los objetos como antes ha desaparecido, es un gran campeón junto a sus luchadores.
TFT fue, y sigue siendo, duramente criticado por ser un juego RNG total donde la suerte te acompañaría para ganar la partida o en cambio perderás si te abandona. Algo que poco a poco parece ir solucionándose pues con el tiempo solo los grandes jugadores ocupan altos puestos en las clasificaciones, siendo uno de los máximos ejemplos el streamer DarkHydra que ha conseguido Challenger 300 puntos solamente en 50 partidas disputadas.
