Hola,
Mi gatilla está ahora descansado con casi 17 años acompañándome.
Tengo otro gato que desde que nació ha estado acompañado por ella. Ahora me preocupa cómo va a afrontar la ausencia de su amiga y si puede caer en depresión.
Intentaré estar con él el máximo tiempo posible claro, pero habrá veces que se quede solo.
Un saludo
Pues uno de mis gatos falleció el 25 de diciembre... La pequeña, como estaba enferma no notó su ausencia hasta días después, se la notaba inquieta, yendo por toda la casa a los sitios donde el otro solía estar, e incluso saliendo a la terraza (no le gusta salir nada), poniendose delante de los sitios donde solía dormir el otro y maullando muy lastimeramente.
Ahors la notamos un poco mejor, aunque a veces lo sigue buscando...
La mejor decidión que puedes tomar es adoptar otro gatete después de que todos paséis el duelo, es lo que haremos nosotros en cuanto la pequeña esté bien.
Ver la compañía que se hacen es algo que llena el alma.
#2 no creo que vuelva a adoptar, se pasa mal cuando se van y luego hay otros inconvenientes, cuando me voy de viaje por ejemplo.
Luego lo mismo cambio de opinión pero ahora no lo veo.
#3 Tranquilo, volverás a tener ganas y valorarás que merecen más la pena todos esos años disfrutados que el hecho de que la vida sea como es. En casa cuando tuvimos que poner a dormir a nuestro anterior gato con 17 años para 18, gato con el que yo literalmente crecí desde los 3 a los 20, pensaba que nunca querríamos ninguno a volver a tener mascotas por lo jodidamente dificil que fue el duelo para todos. Al final, a los 4 años adoptamos dos gatetes, una de protectora y otro del campo que lo abandonó su madre a su suerte (literalmente).
Todo pasa, pero también a su debido tiempo.
#3 sí, se pasa horriblemente mal. Y por desgracia todos sabemos que tendremos que volver a pasar por ahí...
Como te digo el tema de volver a adoptar no es por ti, si no por el gatete que se queda, que echa en falta toda esa compañía.
En nuestro caso es así, mis padres no volverían a adoptar, pero ven a la gata buscando al otro, o sola deambulando por la casa sin nadie con quien jugar y se les cae el alma a los pies.