En estos casos normalmente no hay ningún problema por parte del cachorro ya que al ser pequeños normalizan la convivencia con el miembro de la otra especie (eso me dijo mi veterinario cuando lo consulté con él).
El animal adulto/joven sí podría no asimilar bien la llegada del nuevo animal.
Yo tuve una experiencia inversa: introduje a la perra teniendo un gato ya en casa. Por suerte el gato era más bueno que el pan y cero problemas. Era una maravilla verlos jugar, dormir juntos, etc.
También tuve que presentar a la perra con el perro de casa de mis padres, que era un perro ya muy mayor (15 ó 16 años tendría) y con nula socialización (error por nuestra parte pero en el año 2002 era lo que había). Esto sí que fue más complicado pero tras varias semanas el otro perro acabó asumiendo la nueva normalidad y ya podían estar juntos sin que tuvieramos que estar pendientes que el mayor la liara (aunque nunca jugaron juntos).
Lo suyo suele ser que la presentación sea paulatina, nunca forzar nada y leer el lenguaje corporal de los dos animales.
Lo que suelen recomendar es que al principio no se vean, que cada animal tenga su zona y su espacio en habitaciones o departamentos de la casa separados. Así sus primeros "contactos" son indirectos a través de olores y ruidos.
Antes de presentar a los animales lo suyo es que a uno lo saques de su habitación/departamento y metas al otro animal para que pueda cotillear y oler.
Cuando los presentes, intentad estar relajados y dejad que sean los propios animales los que marquen sus tiempos. Si no se quieren acercar, que no se acerquen; si uno de los dos no quiere que el otro se le acerque, dejad que corra el aire entre ellos.