Vuelvo a escribir por aquí porque estoy bastante decaída. Hoy hemos sacado al perro y nos hemos decidido a soltarle, aunque no se debería, pero bueno, ahí nos hemos lanzado. El caso es que en todo el proceso el perro hacía más caso a mi padre que a mí, y yo lo he pasado fatal viendo cómo se escapaba cuando veía un perro, hasta el punto de que me he pasado el rato yendo a recogerlo de un sitio para el otro. Esto me ha dejado claro que el perro me quiere entre cero y nada. Hacía más caso a mi padre, le llevaba antes la pelota a él que a mi... Y el caso es que la que más tiempo pasa con él y más cosas hace con él soy yo, pero imagino que el tiempo que pasamos no es tiempo de calidad, aunque hagamos mil cosas juntos. Esto me ha dejado fatal de ánimos, porque veo que mis meses de esfuerzo no están trayendo nada, mientras que mi padre no se esfuerza en absoluto por formar vínculo y diría que ya lo tiene...
No sé si lo que estoy haciendo mal es justamente eso, prestarle mucha atención. No sé si lo que estoy haciendo mal es preocuparme demasiado de que no se aburra, de que ejercite su mente, de que de sus paseos diarios, de que esté bien y tranquilo. Realmente no sé qué hago mal, quizás simplemente es que yo no encajo con el perro y por más que haga el perro nunca me va a querer más que para que le de premios y comida, o quizás simplemente es que no hay una sola cosa que haga bien de cara al perro.
Me siento entre impotente y bloqueada. Y me da mucha rabia, porque nunca voy a ser capaz de hacerle feliz. Nunca va a ser capaz de confiar en mí. Es bastante triste, sinceramente. O quizás yo soy muy dramática, quién sabe. Igual es ese el problema, que pienso demasiado, que me preocupo demasiado, que no disfruto al perro, que veo todo lo referente al perro como un TENGO y no como un QUIERO. Es posible que cambiar esa mentalidad sea la solución...
Pero de todas formas, cómo voy a saber si lo hago bien. No sé cuándo darle mimos, porque no sé realmente cuándo está haciendo las cosas bien. Por ejemplo el perro viene detrás mío todo el rato, siempre, no es como por ejemplo con mi hermana, mi padre o mi madre, que aparece de vez en cuando y entonces dar el mimo tiene sentido... En mi caso, si le doy mimos, según dicen algunos, recompenso esa actitud de seguirme por toda la casa, y nunca va a dejar de hacerlo ni se le va a quitar el hiperapego. Entonces, ¿qué hago? ¿Qué hago si el hecho de que yo me ponga a andar por casa ya significa para el perro que va a venir algo que le gusta? (Jugar, comida, paseo, juegos de olfato...).
En fin, que el perro me tiene amargadita, o yo misma me tengo amargadita, no lo sé. Pero me está sentado este perro como una patada en el pecho.
Gracias y un saludo.