Hace ya casi un año que nació Schrödi. No era mi intención tenerlo porque quería traerme mi gato de España antes de tener más gatetes, pero como se quedaba sin casa no hubo más remedio.
Pues bien, ya he conseguido hacer todas las gestiones para traerme al madrileño Mahou, y el panorama es un gato de 11 meses residiendo en casa y un gato de 6 años que viene de nuevas. Han estado unos 15 días separados, con una presentación gradual (primero olores, luego presentación en transportines, ratos de contacto visual y finalmente ratos en la misma habitación bajo vigilancia.
Llevan desde el sábado juntos casi todo el tiempo, y al principio había bufidos y ruidos raros, y el enano que no paraba de seguir al otro fascinado como si fuese un ser de otro planeta (con el con el consiguiente zarpazo del otro) pero ahora lo llevan bastante bien. Excepto en momentos en los que se persiguen y van a manotazo limpio. Y es en esos momentos en los que no sé si separarles o no.
Anoche estuvieron un buen rato persiguiéndose y peleándose, y al rato los dos tan panchos durmiendo en la misma cama.
¿En qué punto sé cuándo están jugando y cuándo es algo más agresivo?