Hace mucho mucho tiempo existia una pequeña isla perdida enmedio del mar. Sus escasos habitantes (no se contaban mas de un centenar), vivian felices gracias a un rey bondadose que les llenaba de detalles para sentirse mas agusto con su propio cuerpo, habia operaciones de vello facial o de pecho gratuitamente, ademas de contar con sistemas de reeducacion de la movilidad para que las mujeres fuesen tan atleticas como los hombres.
Claro que ... No todo era perfecto.
En la isla existia un centro comercial y por las estrictas leyes del comercio se encontraba bastante alejado de la ciudad, por lo que los ciudadanos se veian obligados a ir en autobus a comprar. Todas las mañanas el pequeño autobus se llenaba hasta los topes y bastantes se quedaban de pie, incluso algunos se llegaban a caer por las ventanillas por la falta de espacio.
La poblacion, harta, pidio al centro comercial que pusiese otro autobus mas grande, y aunque el gerente del centro comercial repetia todas las semanas que habian hecho el autobus mas grande, la gente seguia viendo el mismo pequeño autobus todas las mañanas.
Con el tiempo abrieron otro centro comercial que disponia de otro autobus, por lo que la gente que siempre estaba de pie, o se lastimaba en el viaje decidio cambiar de centro comercial. Los clientes del primer centro, estaban encantados pues tenian sitio para estirar las piernas o incluso podian leer tranquilamente el periodico pues nadie los aplastaba, pero el gerente se dio cuenta que estaba perdiendo dinero y quiso poner solucion.
Nadie sabe exactamente si consiguio solucionarlo o no, todas las mañanas anunciaba a los habitantes que su autobus era mas grande, y todo el mundo entraba comodamente pudiendose sentar. Pero la gente del pueblo no se fiaba, ellos seguian viendo el mismo pequeño autobus todas las mañanas.
El gerente intento dar con una solucion ... ¿invitaria a usar el autobus para que la gente viese que lo habia cambiado? El tiempo dira.