El eterno dilema. Antes de nada quiero dejar claro que, usar un diesel o un gasolina dependerá ante todo de gustos.
El dato
Hace 10 años, sólo 13 de cada 100 coches que se compraban en nuestro país eran diesel. En el 2000 se vendieron en España 733.500 diesels, lo que representa el 53% de los coches vendidos ese año. La tendencia es clara, cada vez se compran más coches diesel.
Lo lógico es, que si eres de los que hace más de 25.000km al año te compres un diesel. Más que nada porque los diesel soportan mejor los kilómetros. Esto lo explicaremos ahora. Si por lo contrario solo coges el coche en contadas ocasiones y le haces al año unos 20.000 o menos, pues píllate un gasolina.
Vamos a desarrollar lo que supondría mantener un diesel y un gasolina:
Un diesel, de por sí es más caro. Suele salir medio kilo más caro que un gasolina de igual pontecia y cilindrada (más o menos). A parte, cualquier reparación de diesel es más cara que una reparación de un gasolina.
Los motores diesel son más resistentes que los de gasolina (duran más kilómetros en buenas condiciones de uso) y su mantenimiento resulta algo más barato, debido a que, según confirman especialistas y profesionales, los diesel sufren menos averías. Pero los arreglos en los motores de gasóleo son más caros, debido al mayor precio de las piezas de recambio y al mayor tiempo de mano de obra para la reparación, que se incrementa por la complejidad de la mecánica del los motores de gasóleo. Cada marca y modelo propone su propio kilometraje para las revisiones (desde cada 5.000 hasta cada 15.000 kilómetros) e incluso el aceite de recambio a usar, que puede tener precios bien distintos.
Un apartado a favor y muy importante sobre el diesel es que consumen menos combustible y además éste es todavía un 15% más barato que la gasolina, lo que permite ahorrar entre 2 y 4 pesetas por kilómetro recorrido, y a ello se añaden las mejoras técnicas (funcionamiento más suave y menos ruidoso) y de prestaciones (mayor potencia y agilidad del motor) de los diesel.
Hoy, de hecho, son minoría quienes defienden a lo de "donde esté un motor de gasolina, que se quiten los diesel...". A ello deberíamos comentar que el precio del diesel año tras año se acerca al precio de la gasolina...
La pregunta que te deberías hacer seria la siguiente:
¿Me compensa pagar 250.000 pelas o más de diferencia para ahorrarlas en el futuro?. Las clave para acertar es calcular el número de kilómetros que pensamos hacer con nuestro coche. A nada que nos acerquemos a los 20.000 kilómetros al año, compensa el sobrecoste del motor diesel. Porque la reducción del gasto cotidiano que representa el consumo de combustible compensa. Y el mantenimiento del diesel supone un coste similar o incluso menor, según la versión, al de gasolina. El único desbarajuste seria que el diesel necesite de más recambios que el gasolina. La bujía desaparece sí, pero aparece el filtro de gasoil, los calentadores se dañan antes y los inyectores son pieza clave que necesitan especial cuidado y mantenimiento.
En todo caso, si le haces tropocientos kilómetros a un gasolina habría que verle como acaba su historia...
La demanda es la clave del éxito
La demanda de motores diesel ha contribuido a que los fabricantes inviertan en investigación tecnológica. Gracias a la electrónica han desaparecido los tradicionales inconvenientes del diesel: menor reprís y velocidad punta y mayor ruido. Los motores diesel de inyección directa ofrecen ya prestaciones similares a los de gasolina. Y gracias a los nuevos recubrimientos y aislamientos, se han reducido los ruidos y vibraciones. En lo que respecta al medio ambiente, la contaminación del gasóleo se ha reducido hasta niveles parecidos a los de la gasolina sin plomo.
Como último comentar que, según los especialistas, en el mercado de segunda mano un diesel de inyección se deprecia un 5% menos que su equivalente de gasolina.
Otro dato: no es difícil conseguir el 50% del precio original por un diesel de cuatro o cinco años. Se compra más caro pero se puede vender también más caro.
De todos modos, antes de sacar cuentas debemos comparar los costes entre las versiones gasolina y diesel del modelo que nos interesa y de otros de otras marcas.
Ahora bien, si después de leer todo esto, eres de los que disfruta conduciendo de verdad, osea, llevando las marchas hasta el límite, revolucionando el motor, coger grandes velocidades y trazar curvas imposibles.... entoces como una gasolina no hay nada.