Juan Pablo Montoya no estaba ayer para muchas fiestas. El colombiano, tras lograr la «pole» el sábado, se estaba mostrando en carrera más rápido que su compañero Raikkonen hasta que el equipo le ordenó frenar su marcha. El piloto dejó entrever un cierto malestar con McLaren porque, dijo, «me quitaron la ilusión por la victoria». Para más escarnio, Montoya también se quedó sin un podio que parecía tener seguro al ser embestido por Pizzonia y quedar fuera de carrera.
«Tenía la carrera muy controlada y desde boxes me indicaron por la radio que debía aminorar mi marcha para esperar a Kimi (Raikkonen)», confirmó Montoya, pese a que las órdenes de equipo están expresamente prohibidas por la reglamentación. «Respeté la decisión y perdí el liderato cuando entramos a repostar. A partir de ese momento yo me mantuve tranquilo en el segundo puesto pero sin ilusión por ganar porque eso era para Kimi y sabía que Fernando (Alonso) estaba demasiado lejos como para inquietarme», añadió.
Montoya, respecto al accidente que acabó con sus posibilidades de podio, dijo que «noté un golpe violento en mi coche y no pude hacer nada más que irme contra las protecciones».
Con este nuevo varapalo, Montoya extiende su mal fario a lo largo de la temporada, en la que sólo ha acabado 10 de los 16 grandes premios disputados hasta el momento, cosa que, por otro lado, impide a McLaren arrebatarle el liderato de constructores a Renault.
Montoya lleva hasta el momento dos victorias, en Inglaterra e Italia; un segundo puesto en Alemania, y un tercero en Turquía.
La balanza se inclina del lado negativo porque Montoya tiene en su haber una lesión jugando al tenis que le impidió correr en Bahrein y San Marino; en Canadá vio bandera negra y fue descalificado; en Francia tuvo una avería de motor y en Hungría, en un palier.
Spa-Francorchamps (Bélgica),
P. RAMOS, enviado especial de
LA NUEVA ESPAÑA