Vengo del Barclaycard Center, del concierto de Bob Dylan, y nunca en mi vida había tenido una decepción tan gigantesca con un artista.
Un directo pésimo, ni una sola palabra dirigida al público, sólo dos clásicazos: Tangled Up in Blue y Blowin' in the Wind, pero encima tocados de una manera imposible de seguir y, a todo eso, sumadle una voz terrible que no se le entiende absolutamente nada.
Todo se ha sentido como si el tío hubiese ido allí a soltar su mierda y ala, a su puta casa.
De verdad, inmensamente decepcionado y desilusionado.