No sé si os habéis dado cuenta pero se viene dando un fenómeno por el cual la duración de las canciones se ha acortado drásticamente. El origen de este cambio no es del todo cierto, pero ya hay personas que apuntan al fenómeno de manera evidente.
Xataka sacó el año pasado un repaso al billboard en años específicos y en intervalos de una década y descubrió que tanto en 1992, 2002 y 2012, tan solo había 2 canciones en cada uno de ellos cuya duración fuera inferior a 3 minutos. En 2022, el top 100 tenía 37 canciones con una duración inferior a 3 minutos.
Siempre ha sido complicado colocar el billboard canciones extensas. Una de las excepciones es Taylor Swift que si es capaz de poner temas de más de 10 minutos, pero siempre ha sido habitual encontrar radio remixes que recortan la duración para hacer los singles más vendibles.
(All Too Well de Taylor Swift, una de esas excepciones)
Como digo, el origen de este fenómeno es incierto a falta de estudios serios pero se habla mucho de la merma en la capacidad de atención del consumidor, que acribillado por una tonelada de información, dedica muy poco tiempo al consumo de un solo producto o a una actividad concreta.
Las pistas proporcionadas sobre este asunto aparecen en las formas populares de comunicación actual: Twitter que nos sumerge en conversaciones breves con mensajes cortos, YT con su feature de poder visualizar el momento más visto del vídeo directamente y sobre todo Tik Tok con videos de una duración inferior a 30 segundos, parecen haber condicionado la forma en la que se componen canciones, sobre todo orientadas a desgranar el éxito de la radiofórmula. Es hasta probable que el formato "foro" se haya convertido en algo nicho porque tampoco nos paramos a leernos más de lo justo y necesario (a fin de cuentas, es cierto que existe una tendencia al formato Twitter con mensajes directos, lapidarios y que buscan el like más que el debate).
Otro elemento en juego es la forma en que Spotify distribuye las ganancias, teniendo en cuenta sobre todo los 30 primeros segundos de escucha por tema a la hora de pagar por reproducción. Esto es interesante porque también se ha descubierto que los estribillos cada vez se adelantan más y las canciones se estructuren sin puentes o sin secciones instrumentales.
Evidentemente, toda la música que escapa de las radiofórmulas no se rige por estas reglas, como puede pasar con el Jazz o el metal extremo.
Uno de los discos fundacionales del género grindcore (subgénero a caballo entre el hardcore punk y el metal extremo) como es el Scum de Napalm Death de 1987, tiene una duración de 33 minutos y un total de 28 temas, donde solo 2 temas superan los 2 minutos y con temas tan cortos como el célebre You Suffer que a efectos prácticos, dura tan solo 1 segundo:
Por no repetir género (aunque el metal es muy dado a canciones larguísimas, como la banda Bell Witch con temas-álbum que sobrepasan los 80 minutos de duración) también encontramos a artistas de jazz como Kamasi Washington que rara vez saca un tema inferior a los 6 minutos (en este caso, más de 9):
No creo que esto sea un problema de por si y la gente es libre de expresarse de la forma que le parezca más adecuada, pero quizás si haya un problema subyacente sobre esa inmediatez, el fenómeno FOMO y la urgencia de consumir todo a toda velocidad sin pararse a respirar. No sería difícil trazar la línea que une con el otro tema que he abierto sobre los macrofestivales y sus 300 bandas en cartel. Tampoco sería muy difícil intuir que esto puede haber afectado a las ventas de música en formato físico: si ya es difícil pararse a escuchar un tema entero, imaginad un álbum.
Puede que este foro sea un nicho "metalero" y este cambio no se perciba tanto, pero sigue estando presente. El resumen es que, probablemente, la forma en la que nos relacionamos con los demás y con nuestro contexto particular esté afectando a la forma de consumir la música y el formato que adopta esta.