El pasado 7 de Septiembre Paul McCartney ha vuelto a sacar un álbum a sus 76 primaveras. El disco, titulado Egypt Station, luce en portada un antiguo cuadro pintado por él mismo hacia finales de los 80, titulado de la misma manera. Ha sido producido por Greg Kurstin salvo una canción (Fuh You) que se produjo con Ryan Tedder.
Egypt Station es un álbum conceptual como los de antaño, que pretende narrar un viaje imaginario en tren a través de los más variopintos y exóticos paisajes, que serán recreados por cada una de las 14 canciones (con dos interludios ambientales) que forman el disco.
Repaso canción a canción
El viaje comienza con el interludio "Opening Station", sonidos ambientales de una estación donde nos subiremos al tren mágico que bien pudiera ser el autocar de Magical Mistery Tour encajado sobre raíles.
La primera canción propiamente dicha es "I Don't Know", donde un magnífico piano lleva de la mano una melodía que habla de problemas, dudas e inseguridad. El viaje comienza mostrando un paisaje nublado y tormentoso, atravesado por una fina lluvia. Pero qué canción....una balada al nivel de las mejores de su carrera.
Pero este viaje espiritual está lejos de caer en el pesimismo, como "Come On To Me" así atestigua. Una canción puramente optimista y muy pegadiza que cae en los terrenos del rock suavito. Una proyección imaginaria hacia la juventud, donde en una fiesta de los 60 se imagina a él mismo conociendo a una chica. Un rayo de sol que se abre paso y alegra el trayecto.
"Happy With You" sigue la tónica positiva con un tema donde la guitarra acústica es la protagonista de una canción terapéutica, donde habla de la buena influencia que una persona ejerció sobre él en una etapa donde su vida transcurría sin rumbo y a merced de malos vicios. Una buena y alegre canción.
Será esta experiencia de agradecimiento a la ayuda recibida la que espolee a McCartney en "Who Cares", rock McCartiano en estado puro cuyo inicio y final nos adentra en el desierto soleado de la carátula. Aquí Paul pretende ser él mismo el que insufle ánimo a toda persona cuya vida esté siendo afectada por el bullying.
Y llegamos a la canción producida por Tedder. Sin duda la más comercial del álbum, revestida de un sonido contemporáneo que cuesta asociar a la música de Paul McCartney, y que cuenta con una letra que juguetea con los dobles sentidos (inocente u obscena a gusto del consumidor) que quizá chirríe un poco dentro del repertorio de un Sir septuagenario, pero oye, es buena. Es la canción que termina de traspasar el umbral hacia la fantasía que promete el viaje. Una urbe moderna plantada en medio del desierto.
Después de este espejismo juvenil, un Paul de vuelta a la realidad y las arrugas, agarra su vieja guitarra que traquetea en el asiento de al lado y los recuerdos que le evocan lo llevan a dedicarle una canción. "Confidante" es su título. Alegre y nostálgica a la vez, y con una voz de Paul que suena especialmente mayor. Emotiva.
En "People Want Peace" asistimos a una regresión al activismo inocente tan característico de los 60. Un himno pegadizo en favor de la paz con un muy apropiado toque beatlelesco en los arreglos.
Y de repente la luz baja de forma drástica y tras la ventanilla vemos como una luna llena gigante se abre paso en el cielo nocturno. Llegamos al baladón del disco: "Hand In Hand". Una canción de amor perfecta dedicada a su actual esposa. Otra obra maestra al enorme saco de obras maestras del ex-Beatle.
"Dominoes" es como él mismo dijo una canción muy personal. La catarata de consecuencias que puede provocar cualquier hecho en la vida se ve expresada con la metáfora de la caída de una cadena de fichas de dominó. Un mensaje que invita a vivir la vida "aquí y ahora" y anima a embarcarse en nuevos comienzos bajo (otra vez) un sonido muy Beatle durante un trayecto color sepia.
La vegetación empieza a aparecer hasta llenar el campo visual de puro verde en "Back In Brazil". Otra de las sorpresas del álbum. Ritmos exóticos de base electrónica. ¡Una canción bailable en un disco de Paul McCartney!, que enmarca la historia de una pareja brasileña. Divertida y disfrutable.
Otro cambio brusco llega con "Do It Now", una preciosa canción bañada de nostalgia a la que da nombre un valioso consejo que le decía su padre cuando era niño: "hazlo ahora antes de que sea demasiado tarde". Es imposible no entristecerse con una canción que podría estar dedicada a si mismo, ya que por edad podríamos estar escuchando las últimas canciones del bueno de Paul antes de que las fuerzas le fallen........
Pero como a cosa hecha, lo que nos espera detrás es una auténtica travesura, un rock experimental de graciosa letra muy extraño e inspirado. Volvemos al desierto más gamberro con "Caesar Rock". Una canción con la curiosa propiedad de que a más la escuchas más divertida y refrescante te parece.
El punto álgido del álbum es "Despite Repeated Warnings", una canción río que va mutando varias veces hasta terminar como empezó. Una genialidad que cuesta asimilar que haya podido crear a estas alturas alguien que lleva medio siglo generando melodías y cuya inspiración parece no secarse nunca. Una llamada a la acción de la sociedad para tomar las riendas de un mundo desbocado al volante de unos líderes irresponsables e ineptos.
Y con esto el tren termina su recorrido en la "Estación II", el otro interludio. Pero eso no significa que aquí termine la música, pues como despedida tenemos un animado medley de tres canciones: "Hunt You Down/Naked/C-Link", una rockera despedida chaqueta al hombro, caminando sobre el andén en dirección a unas luminosas escaleras que se elevan muy alto. Hacia las alturas que merece una auténtica Leyenda de la música contemporánea.
Gracias Paul. Que vivas muchos años más.