Escuchando esta canción me ha salido la típica sonrisa cabrona que seguro le aparece al capitán de un barco que va contra viento y marea. La típica sonrisa del que ha pasado algún tiempo bajo los nubarrones de su propia cabeza y ha llegado a pensar en abandonar y abandonarse, pero se da cuenta de que tiene que resistir aunque sea para molestar y obligar a los otros siquiera a levantar el culo del sillón para matarle. Que tengan que molestarse al menos en matarnos. No les vamos a dar ese gusto.