Según diversas fuentes, John estaba en su casa, escuchando a Yoko Ono tocar el piano. Cuando escuchó un tema en particular (el primer movimiento de la sonata para piano n.º 14 de Beethoven, conocida como Claro de Luna), le pidió a Yoko que tocara los acordes al revés. Yoko lo hizo, y de esta secuencia de notas y acordes, John compuso el característico arpegio de la canción. La versión popular insiste en afirmar que se trata de la sonata tocada al revés, pero cualquier estudio musicológico, demostraría que esto no es así. Hay coincidencia en ciertas notas, evidentemente en el arpegio, y en el tono lento y melancólico, pero no es la sonata tocada al revés.
El tema es bastante sencillo, y se nota en él la economía de recursos y la cuidada producción. Lo más destacado son las voces. Tal como hicieran muchas veces desde sus inicios, John, Paul y George cantan una armonía en tres partes, la cual fue grabada tres veces, es decir, que finalmente se escuchan nueve voces.
Es el primer tema en el que The Beatles usa uno de los nuevos tipos de sintetizadores: el Moog. Este es tocado por George y se escucha luego del puente, y es una repetición del arpegio principal, con sonido similar al de trompetas.
Primero fue grabada la pista musical, y posteriormente se trabajó en las pistas vocales. Ringo Starr no toca en el tema, y se limita a marcar el tiempo con sus baquetas, sobre todo durante la grabación de las voces, proceso en el cual George Martin dirigió a los tres vocalistas.