Fuente de donde está todo copiado: https://www.caninomag.es/smash-de-offspring-25-anos-de-nitroglicerina-adolescente/
Es probable que alguien que se ha educado escuchando los grandes discos de punk, powerpop y hardcore melódico desde los dosmiles, no acabe de apreciar nada especialmente impactante en Smash, el tercer disco de estudio de Offspring. Pero en abril de 1994, con la muerte de Kurt Cobain acontecida solo tres días antes, significó, a todos los efectos, el relevo del grunge a una nueva era del punk rock. Green Day acababan de abrir la piñata con Dookie, apenas dos meses antes, y esta banda de Huntington Beach venía a mostrar la otra cara, menos power pop y de raíces bubblegum, del sonido que iba a dominar el resto de la década. El hardcore de California, herederos de la cultura underground de los ochenta y el skate era una nueva movida juvenil que adaptaba la actitud punk de Nirvana y le aplicaba todo lo que se había ido descubriendo durante los años ochenta, una década en la que grupos como Dead Kennedys, Black Flag, Descendents, Bad Brain, Hüsker Dü y sobre todo, Bad Religion, cimentaron las bases que un día, de pronto, explotaron para un público que permanecía ajeno a lo que se había estado cociendo en una época de sintetizadores, tipos con cardados y traje haciendo pop elitista por un lado u hordas de heavys buscando el virtuosismo por otro.
Offspring no apareció de forma inmediata ni sincronizada para todo el mundo, pero seguramente muchos les conocieron gracias a escuchar por la radio la canción Self Steem. Su videoclip—rodado con 5.000 dólares, frente a los megapresupuestos habituales de la era MTV— era un metraje crudo, y comenzaba con el cantante, Dexter Holland, con una camiseta de los Sex Pistols, dando una extraña expiración en silencio, antes de que la voz de toda la banda anticipara las notas del riff de la canción a capella, casi de forma burlona, mientras comenzaba un rápido montaje de radiografías del cuerpo humano cantando con el sonido de las guitarras apareciendo en tromba, como una máquina quitacésped, pero con un brillo y una fluidez de la que carecían las pesadas distorsiones de Smell Like Teen Spirit. Había un deje similar a aquella, pero esta tenía un aire más épico y energético.