#86 Basicamente empezó a ver que amaba y le atraía una mujer, su novia, pero era incapaz de excitarse porque ella le trataba bien. Empezó a vivir una "disforia" entre lo que amaba y "le atraía" y lo que le "excitaba". Era muy curioso cómo lo describía. La mujer a la que amaba le atraía mucho, muchísimo, pero era incapaz de "excitarse fisicamente", precisamente porque como ella le quería eso le quitaba toda la excitación.
Por decirlo de otra forma, dejó de bastarle prácticas de humillación/maltrato como actuación o performance. Necesitaba recibir prácticas de humillación/maltrato "reales", que la mujer realmente le despreciase. Esto fue un grave problema (se iban a casar), y de hecho él lo describía como una cosa progresiba: cuanto más se querían y más porno de este tipo veía él por internet, menos se "excitaba" con ella. Acabaron rompiendo y ahí él vio que tenía que tomar cartas en el asunto, que era incapaz de mantener relaciones sexuales sanas con alguien a quien quería y que de hecho "le atraía" fisicamente mucho. Vio que si ella no le despreciaba de corazón mientras mantenían relaciones él era incapaz de culminar. Vio que, si seguía con el BDSM, debía despedirse de una relación sana con una mujer porque o bien se querían y entonces renunciaba a la cama, o bien ella le despreciaba realmente, no de ficción, y por tanto evidentemente no puedes construir nada con ella más allá del sexo.
Él lo vivió como una auténtica lucha y un gran drama la ruptura. Durante un tiempo pensó que no tenía arreglo. Sin embargo, buscó ayuda y hoy día lo tiene perfectamente superado, tiene una mujer fantástica y disfrutan mucho en la cama (según me cuenta ). Por decirlo así, está "superado". En su caso, él alimentó el demonio fundamentalmente con porno. Afortunadamente la ruptura anterior fue sin niños y sin boda, pero perfectamente podría haber sido en un caso distinto.