#470 No te pongas nervioso que te huele la boca a suela de zapato, que haya incongruencias en los políticos es indiferente de que a los liberales patriotas os guste ser unos lacayos.
Un liberal, por definición, no puede ser un lacayo porque un liberal defiende la libertad del individuo frente al colectivo. Esto es indistinto de la forma de Estado. Se puede defender la libertad en una monarquía o en una república. De hecho, los peores infiernos que ha creado el ser humano, como la URSS o Corea del Norte, no son monarquías, sino repúblicas.
En cambio, un izquierdista por definición es un lacayo. ¿Un lacayo de quién, preguntarás? Pues un lacayo de los políticos que administran el Estado. ¿Y por qué un izquierdista es, por definición, un lacayo de los políticos? Porque un izquierdista lo que quiere es que el Estado le mantenga con paguitas, robadas a personas que, a diferencia de él, se ganan la vida con su propio esfuerzo, para no tener que trabajar ni dar un palo al agua. Como la distribución de estas paguitas depende de la voluntad del político, el izquierdista debe convertirse en el lacayo del violento político para recibir alguna migaja.
Es un tipo de parasitismo muy particular. Es un parásito pero demasiado cobarde para robar por él mismo, por lo que necesita a un agente violento más fuerte que él (el político, con la capacidad coactiva del Estado) el que robe al liberal productivo y, de lo que roba para su propio bolsillo (su mansión en Galapagar, su avión en Falcon a conciertos, etc.) le dé algunas migajas al izquierdista.
Esto requiere ser un lamecuelos del político izquierdista, y, por supuesto, perder cualquier atisbo de dignidad y autoestima, aparte de la libertad. Pero es el pago que el izquierdista ha decidido libremente hacer para no tener que ganarse la vida con su propio esfuerzo, como sí hace el liberal.
Por eso, aquí podemos parafrasear el famoso diálogo de Diógenes:
Un izquierdista le dice a un liberal: Si aprendieras a lamer el culo a los políticos no tendrías que ganarte la vida con tu propio esfuerzo
a lo que el liberal le contesta: Si aprendieras a ganarte la vida con tu propio esfuerzo, no tendrías que lamer el culo a los políticos.
Desgraciadamente, siempre ha habido quien ha abandonado su propia humanidad y su propia dignidad para convertirse en un parásito apesebrado