Un grupo de activistas homosexuales pro-refugiados en Alemania, declarados anti-racistas y en contra de la discriminación de las personas, se ha puesto en pie de guerra por por la construcción de un centro de viviendas para refugiados cerca de su residencia (viven en caravanas). El plan del gobierno era construir viviendas para medio millar de estas personas huídas de la guerra y la miseria. Si estas personas no desplazan sus caravanas hacia cualquier otro lugar, los refugiados se verán temporalmente sin hogar.
Les ha molestado especialmente que el gobierno les haya pedido que desplacen sus caravanas para que en el lugar se pueda construir ese centro de viviendas para estas personas y se instalen en cualquier otro lugar cercano, pero no han accedido.
El ayuntamiento ha afirmado que este grupo está viviendo en territorio público y que no tienen ningún derecho a permanecer ahí. La alcaldesa de la localidad, Franziska Giffey, ha declarado que “la tierra pertenece al Estado, las barricadas no son legales y no puede ser tolerado”.
Entre sus principales ideales, defienden la integración de inmigrantes perseguidos, gente de color, la lucha contra el racismo, el clasismo, el sexismo y la discriminación de género, tal y como recogen en su página web.