El platillo volante estaba operativo en 1969, hace 41 años. Era una cafetería-mirador, pero cuando cambiaron los requisitos de seguridad no los pasó, sólo tenía un ascensor de capacidad muy limitada y unas escaleras que lo rodean muy estrechas, por lo que tuvieron que cerrarlo. A lo largo de los años lo decoraron de muchas formas distintas (me acuerdo que por el año 92 o así lo pintaron acorde a los colores del Looping Star, otro mítico que duró pocos años). Y cuando se puso de moda la tematización por zonas de los parques, el Parque de Atracciones pasó a tener la zona del maquinismo, de la tranquilidad y de la naturaleza, estando el platillo situado en esta última, por lo que lo tematizaron como un árbol con plantas con caída desde el balcón que tiene.
En sus orígenes fue una construcción muy particular y muy currada, con el agua cayendo desde una plataforma que había justo debajo de lo que era la cafetería, ocultando la base y creando un efecto de despegue. A mí particularmente me gustaba mucho, desde chiquitina quise subir y ha sido, no sólo un símbolo del Parque de Atracciones, sino también de Madrid, y me cabreó mucho saber que iba a ser demolido.
Según trabajadores del Parque, el platillo volante iba a ser demolido el año pasado, año del 40 aniversario, pero el incendio de los coches de choque les pilló de improvisto y no pudo ser.
El Parque de Atracciones tiene mucha historia, y muchas anécdotas curiosas, pero la gestión que se está llevando durante estos últimos años es como una patada en los huevos a los que apreciábamos ese sitio como algo emblemático de nuestra infancia.
La atracción esa tan odiosa que todos quemaríamos (Fantasía), se puso porque necesitaban algo que no hiciese ruido y optaron por una copia barata de It's a small world de Eurodisney. curiosamente, esa atracción siempre tiene cola (y bastante larga), así que dudo que se quite.
La reina de África era una atracción molona, pero últimamente había perdido mucho con la decoración interior, y que la mayor parte de las cosas no funcionaban, pero siempre ha sido la atracción a la que ir después de comer y deberían dejarla como elemento decorativo. Por cierto, se mete mano mucho mejor en El viejo caserón.