"Que mal me sienta el alcohol", debió pensar un ciudadano sichuanés (China) al despertarse con resaca y ligeras molestias internas. El hombre, después de una intensa sesión de ejercicios conjuntos del codo, el hombro, la muñeca y el maxilar inferior sufrió un desvanecimiento ocasionado por lo que allí llaman "Volachela", una especie de mareo provocado por líquidos típicos del país ligeramente fermentados.
Cuando el pobre hombre ya había perdido totalmente el conocimiento, incapaz de controlar un solo músculo de su cuerpo, sus queridísimos hamijos del alma reflexionaron sobre como hacerle despertar. Usando una práctica poco ortodoxa (quizás allí sí lo es), agarraron un pez eurihalino de cincuenta centímetros y se lo insertaron por la vía rectal para que inspeccionase la zona -y suponemos que para que eliminase lo que fuere que causaba los síntomas del desvanecido.
A la mañana siguiente, el desvanecido ya había recuperado la conciencia -aunque la sentía un poco espesa- pero por más que excretaba no perdía la sensación dolorosa en la zona abdominal. Decidió acudir al hospital, donde pasó diez días con una sensación de vacío incesante, un dolor interno que poco a poco le consumía, un resquemor que estaba acabando con su vida, hasta que al fin murió por los desgarros que la anguila le había provocado en el interior (se conoce que era una anguila de mierda ekisde).
Así que si queréis acabar con el puto borracho que siempre os arruina las fiestas, anguila + ano y dejar reposar diez días