Hace tiempo que queria hacer un hilo con anécdotas históricas que me han resultado curiosas cuando las he descubierto. Algunas las he escrito yo otra son de blogs, twitter, etc.. si detectáis algún error, decídmelo para que pueda rectificar. Está abierto a todo tipo de aportaciones que queráis hacer.
Honores nazis y aliados
Joan Pujol García creció en una familia de clase media en 1912 y llevaba una vida normal hasta que la guerra civil le pilló en medio. Fue reclutado como operador de radio por los republicanos. Tras ver el avance imparable de los nacionales, intentó desertar, abandonando por la noche el frente republicano. Al no conocer el terreno y sin más luz que la de la luna, se desorientó y acabó de nuevo en el frente republicano al grito de “muerte a la república, gloria al ejército nacional” Al darse cuenta de su error huye y acaba encontrando al ejército nacional donde se declara desertor y es trasladado a Madrid para trabajar en las comunicaciones del ejército.
Allí descubre el horror del fascismo y decide implicarse en la lucha para derrocarlo. Al carecer de contactos diplomáticos, decide ofrecer sus servicios a la embajada británica. Así durante los siguientes años, cada cierto tiempo aparece por la embajada donde ofrece sus servicios personales como espía para los británicos. Éstos no lo toman en serio ya que ni tiene formación, ni ha pertenecido a cuerpos de seguridad ni tiene nada que aportar a la causa contra el fascismo. Así que rechazan sus servicios sospechando de su intención de convertirse en agente doble a las órdenes del fascismo Español.
Pero Joan no se rinde y decide cambiar de táctica. Se presenta en la embajada nazi de Madrid a ofrecerse como espía. Explica que tiene una serie de contactos por los territorios de dominio británico que estarían dispuestos a colaborar con el gobierno nazi.
Juan Pujol. Espía.
Es formado por personal de inteligencia nazi en inteligencia y contrainteligencia. Al principio no le reclamaban ningún tipo de información por lo que su formación fue en Madrid y sin sobresaltos. Cuando creyeron que estaba preparado, le ordenaron observar los movimientos del ejército británico en su propio terreno.
Joan, se vuelve a presentar en la embajada inglesa y les dice que está trabajando como espía para los nazis y que tiene información importante sobre la defensa del norte de Europa. Los británicos, siempre cautos con su figura, habían mantenido cierta vigilancia sobre él para saber cuáles eran sus pretensiones. Volvieron a no creerle.
Decidió presentarse en la embajada de Estados Unidos en Lisboa para cambiar de interlocutores. Allí desde el primer momento pudieron corroborar información que Pujol les facilitaba de emplazamientos nazis, nuevas armas, nuevas fortificaciones… Por lo que contactaron con los británicos que estuvieron de acuerdo en aceptarlo como espía británico
Garbo.Agente doble
Recibe el sobrenombre de Garbo, por la estrella del cine de la época.
Durante el tiempo en el que Garbo recibe adiestramiento en contraespionaje, crea una red de contactos ficticios a los largo del territorio británico y sus puntos estratégicos, puertos, principales estaciones ferroviarias, puertos de áfrica… que le subministran información sobre los movimientos aliados, aunque siempre llega 1 o 2 días tarde.
Con esto Garbo, se va ganando la confianza de la inteligencia alemana, que le transfieren muchísimos recursos para mejorar la transmisión de información con el fin de evitar los retrasos.
Desde el mi5 se le ofrece información veraz de pequeñas incursiones británicas en el sur de europa para mejorar aún más la imagen de Garbo con la inteligencia alemana. Así sacrifican algunos navíos en el mediterráneo pero logran que Puyol sea pieza clave para la Alemania nazi.
Con los recursos que transferían los alemanes pagaba buena parte de los servicios que necesitaba para crear documentos falsos, pagaba a periodistas para publicar noticias de fallecimientos de sus “informadores” o informes médicos para explicar una falta de información de alguno de sus creaciones. Con el dinero sobrante financiaba al mi5 y ahorraba (como buen catalán) para el final de la guerra.
Desembarco de Normandía.
Los aliados siempre quisieron desembarcar e iniciar la invasión de Europa por Normandía. Y los nazis lo sabían, por lo que reforzaron la zona con Bunkers, ametralladoras e infantería. Esa defensa alemana hacía preveer demasiadas bajas por lo que era inviable ya que ponía en riesgo la victoria final.
Le solicitaron a Garbo que intentase despistar al ejército alemán para que moviese la infantería de Normandía al Pas de Calais. Durante las siguientes semanas más de 500 mensajes de los “contactos” de Garbo en Inglaterra fueron con destino a Alemania. La fama de Garbo era tal que el propio Hitler quien estudiaba su información junto a la plana mayor del ejército.
Paralelamente, Inglaterra creó un ejército falso de 150.000 hombres en el sur de Inglaterra. Personal Civil, militares jubilados, generales de la primera guerra mundial, tanques inflables… Esa era el ejército que Garbo llamo “la división de Calais”
La aviación alemana no tardó en detectar ese ejército, no identificando las falsedades que ocultaba esa división. Sin dudar, Hitler movió el grueso de la infantería que protegía Normandía al Pas de Calais.
Durante semanas, los aliados esperaron a ver si realmente se habían retirado o si habían visto el farol y estaban creando un contraataque que podría ser devastador por la imposibilidad de retirada táctica.
En esas semanas Garbo informó que los aliados pretendían enviar una pequeña división a Normandía como distracción para llevar a cabo la verdadera misión, invadir Calais.
El día D
Cuando los aliados llegaron a las playas de Normandía la resistencia, a pesar de estar fuertemente armada y parapetada en grandes Bunkers, fue menos de la esperada. Garbo había conseguido engañar a todo el ejército nazi Incuso tras tomar las playas e iniciar la incursión, la inteligencia alemana y Hitler, seguían confiando en la información que Garbo les subministraba, diciendo que Normandía era el señuelo, que el gran bloque iría a Calais. Esto se mantuvo así durante mas de 2 semanas, ante el desespero de los altos mandos del ejército alemán.
A partir de aquí la historia es conocida. El incesante avance soviético continúa su victoria en Stalingrado y llegan a Berlín. Pum. Hitler muerto.
Garbo en honrado con la Orden del Imperio británico.
Vuelta y huída
Tras volver a Madrid, desde Lisboa de donde nunca se movió y disueltas ya las embajadas nazis, se encuentra a su contacto en un café madrileño. El militar nazi le da las gracias en nombre del alto mando Alemán y el agradecimiento del pueblo alemán por los servicios prestados. Le entrega la Cruz de hierro, máxima distinción de la Alemania nazi.
Nadie sabe nada de Garbo durante unos años hasta que se le da por muerto en Angola a causa de la malaria. Sin embargo reaparece en 1984 donde se reúne con el Principe de Inglaterra y viaja a Normandía a celebrar los 40 años del dia D.
Vuelve a Barcelona a ver a sus hijos, que lo creían muerto y vuelve con su nueva familia.
Murió en Venezuela en 1988.
Proletario de mundo. uníos!!
En 1937, como parte de la ayuda que le brindó Hitler a Franco para vencer al bando de los republicanos, socialistas y anarquistas durante la Guerra Civil Española, la temible aviación alemana denominada “Luftwaffe” bombardeo varias ciudades españolas.
Cuenta la leyenda urbana que en un pueblo de el País Vasco hubo una bomba que llegó a tierra pero nunca estalló. La bomba quedó incrustada en el medio de la plaza central del pequeño poblado. Los pobladores sorprendidos y asustados no se animaron a moverla, y mucho menos desarmarla. Allí permaneció años durante el gobierno de Franco como un símbolo aleccionador. Representaba la muerte, el poder del régimen y el castigo a quien se rebelara.
Una día de primavera, por la mañana, Julen se cansó del detalle del paisaje que arruinaba la plaza. Buscó herramientas, pidió ayuda que no encontró, y se decidió a desarmar y quitar el artefacto. Las primeras horas trabajó solo, ante la mirada lejana de sus coterráneos. Para el medio día ya contaba con la ayuda de sus amigos, pues si de algo hay que morir, que sea junto a los amigos. Para la media tarde todo el pueblo estaba en la plaza, expectante y colaborando como pudiera.
Antes del anochecer la habían desarmado, subido a una carreta, y decidido que la iban a llevar al pueblo vecino, donde se encontraba la sede municipal de la región. Pero lo interesante de la historia fue lo que encontraron dentro de la ojiva, es decir, la punta o cabeza de la bomba; la parte que viaja del lado de abajo cuando una bomba es lanzada, y posee el detonador. Allí, junto a cables y piezas de metal hallaron un papel manuscrito, que contenía solo unas pocas palabras. Pensaron que tal vez indicara el lugar donde fue hecha, sus componentes, o algunas instrucciones de uso, pero de todos modos despertó la curiosidad del pueblo. Claramente no era en vasco, en castellano, ni en ingles. Era aparentemente alemán. En el pueblo, había una sola persona que podía llegar a descifrar la escritura: Mirentxu, quien de pequeña, por el trabajo de su padre había estado algunos años en Hamburgo. Mirentxu naturalmente estaba en la plaza. Fue solicitada y tomo el papel. Se tomó algunos segundos, que no fueron más de medio minuto. Ordenó en su mente las palabras, la gramática, y para cortar con el suspenso dijo mirando a todos sus vecinos (que al mismo tiempo la miraban en silencio): “Salud. De un obrero alemán que no mata trabajadores.”
Nadie se movió de la plaza las siguientes horas. Discutieron, hicieron conjeturas, e interpretaron de mil maneras el manuscrito. Finalmente, antes de la media noche, por unanimidad el pueblo decidió que la bomba no se iría, incluso, volvería a su lugar. A partir de ese momento la bomba en la plaza comenzó a simbolizar la resistencia, el fin del miedo, y el poder de un pueblo con conciencia de clase. Todo ello como regalo de un obrero alemán, que en medio de la dictadura nazi se jugó la piel, y dejó claro que ni el miedo, ni el régimen lo iban a poder hacer matar trabajadores.
Australia y la guerra que no se podía ganar
Sabéis esa de Australia que declara la guerra y unos pájaros?
La historia empieza con el final de la primera guerra mundial, que es como la segunda pero no en plan de que Spielberg te haga una peli. Tras la guerra el gobierno australiano dio a muchos veteranos tierras en el oeste de Australia para que pusieran granjas. Parecía un buen plan pero, en la mayoría de casos, tener tierras ahí era como cuando por navidad te regalan gallumbos porque esas tierras eran un páramo. Sabéis que era una puta mierda también? La gran depresión del 29. A causa de eso el gobierno les dijo a los granjeros que tenían que plantar trigo. Delicioso trigo.
A pesar de las promesas del gobierno los subsidios nunca llegaron. De momento te habían dado unas tierras que no desearías ni a tu peor enemigo, te fuerza a plantar trigo y después no te paga.
Y entonces, llegaron.
20.000 Emues, con hambre en la mirada y crueldad en el corazón.
(nota. Emues es como un avestruz pero además tiene una mente brillante para lo militar)
Llegaron 20.000 emúes. Muchos. Con el agravante que los emúes no son como los jilgueros si no que devoran todo a su paso cargándose las cosechas de mierda en la tierra de mierda de los pobres veteranos.
Un comité de granjeros decidió, porque eran veteranos y les retumbaba todavía la guerra dentro de la cabeza, que había que llamar al ministro de defensa. Fueron a ver a George Pearce, ministro de defensa de la época y le dijeron que tenían un plan; ametralladoras. Llevaría unos soldados para que hicieran el trabajo. Los granjeros les ofrecerían su casa y pagarían la munición.
A estas alturas y en previsión de una fuerte contraofensiva, los emúes se habían aliado con los conejos. Su plan era el siguiente. Al pasearse con sus 40.000 patazas se cargaban vallas que daban paso a los conejos que rapiñeaban todo lo que encontraban a su paso.
La batalla se acercaba. Pearce, infeliz de él, daba por hecho que los emúes serían un banco fácil porque no sabía ( aún) que se estaba enfrentado a unos animales salidos del mismísimo infierno. Contrataron a un cámara para que quedara para siempre un recuerdo de aquella gran victoria del ejército. Pensaban anotarse un punto delante de los granjeros mosqueados.
La operación empezó el 2 noviembre de 1932 a cargo del Mayor Meredith de la 7º batería pesada de la Real Artillería australiana. Los medios además dijeron que el cuerpo de caballería australiano quería a los emúes para decorar sus cascos, en plan trofeo de guerra.
Al lío, a primera hora divisan una bandada de 50 pajaros infernales acechando y haciendo cosas de pájaros. Los australianos intentaron una emboscada entre militares y granjeros pero inteligencia pajaril los detectó.
Hay que entender que en aquel entonces las ametralladoras tenían poco rango y te tenías que acercar bastante ara atinar. Dispararon y fallaron, cayeron 2 o 3 emúes. El resto hizo una maniobra evasiva y escapó entre un remolino de plumas cual ninja.
Sorprendidos por las avanzadas tácticas los militares se pasaron el día buscando emúes y consiguieron hacer 12 bajas.
Es un bueno momento para recordar que se trataba de 20000 emúes y los militares contaban con 10.000 balas. Bien no pintaba como deja entrever las declaraciones de un militar australiano.
“los emúes han probado que no son tan estúpidos como se les suele considerar: Cada grupo tiene su líder, siempre un pájaro enorme de plumas negras que mide 6 pies de altura que vigila mientras sus compañeros se ocupan del trigo. A la primer señal sospechosa, da aviso y docenas de cabezas se extienden fuera de la cosecha. Unos pocos pájaros se asustarán comenzando una estampida hacia los matorrales, con el líder permaneciendo siempre hasta que sus seguidores alcanzan el punto de seguridad”
Los australianos vieron que necesitarían ser más astutos que ellos y que las ametralladoras no eran suficiente. Necesitaban algo más potente y CHAS… pensaron en un camión con ametralladoras. El plan era hacer un rush a lo Mad Max y ya. El problema es que los emúes eran más rápidos que los camiones. Además el terreno era irregular que, sumado a la mierda de suspensión de los camiones, hacía más difícil acertasrque a Michael J Fox en una feria.
Si esto no fuese suficiente problema entre los emúes había mártires que tras ser embestidos por el camión, tapaban la visión del conductor produciendo varios accidentes. De todos modos para descanso de todos, los informes del Mayor Meredith no declararon ninguna víctima humana.
El 8 de noviembre habían gastado 2500 de sus 10.000 balas habían dado caza a un total de 200 emúes. El mayor Meredith vio que los emúes eran un enemigo formidable. En el cadáver del emú atropellado encontraron 5 balas y no murió hasta que lo empotraron con el camión.
El mayor, al ver tan fascinante cadáver, declaró:
“Si tuviéramos una división militar con la capacidad de carga de bala de estas aves se enfrentarían a cualquier ejército del mundo. Podrían enfrentarse a las ametralladoras con la invulnerabilidad de los tanques. Son como los zulúes a quienes ni siquiera las balas DUM DUM paraban.”
Cuando llegó la cosecha recogieron lo poco que habían dejado y los emúes se dispersaron. Los granjeros volvieron a pedir ayuda en 1934, 1943 y 1948 pero se rechazó porque el ejército sabía que los enemigos estaban muy OP y tenían que esperar al siguiente parche. Pero lo que sí que hicieron fue subministrar munición a los granjeros que en 1934, durante los primeros 6 meses los granjeros mataron a 57.000 emúes.
Como risa máxima, recordar que el emú es uno de los animales nacionales de Australia.
Cari, salgo a por tabaco
El 12 de octubre de 1890 un hombre empezó a caminar en parís, dirección este- 58 días después llega a Moscú. Son casi 3.000 km en un mundo y en una época en las que las carreteras, como podéis imaginar no eran las de ahora. 50 km por día.
La mayor parte del recorrido fue monte a través. Un ritmo no imposible pero si duro de mantener. Pero allí donde llegaba causaba impresión.El motivo? Todo el camino lo realizó montado en zancos. Se llamaba Sylvain dornon .
Sylvain era natural de Las Landas, región de la costa atlántica francesa, al sur de Burdeos. En esa época era una región abandonabda y pobre. La vida en el campo allí era dura y brutal, una realidad distinta a Francia.
Como su propio nobre indica el territorio se componía de Landas y pantanos. Sus habitantes eran principalmente pastores de ovejas. Hoy en día siguen allí. Y claro, es difícil caminar entre ciénagas. Así que desde hacia mucho tiempo los pastores locales habían desarrollado una gran habilidad para caminar sobre zancos. De esta manera podían salvar charcas, arbustos, pequeños desniveles, aleza.. su velocidad se multiplicaba y se veian desde más distancia.De hecho un pastor hábil podía mantenerle el ritmo a un caballo o a un carruaje sin dificultad. Se subían por la mañana con una escalea o apoyados en una ventana y se pasaban así el día. Si tenían que bajar, les ayudaba un compañero.
Cuando en 1808 la emperatriz Josefina viajo a Bayona y Birritz varios siguieron al cortejo real, curioso siguiendo el ritmo de los caballos. AL parecer a los nobles les hizo mucho gracias y juaron a tirar dinero al suelo para ver como iban a recogerlo y ver como se caían. Según cuentan las crónicas, los campesinos iban al mercado con los zancos. De todo esto sólo quedan exhibiciones locales.
Sudar como un ¿cerdo?
Para los que no ven pelo pico paca, los cerdos no sudan por eso se revuelvan en el barro, en la mierda o en cualquier elemento que pueda bajar su temperatura corporal. Pero si esto es así de donde viene la expresión “sudar como un cerdo”?
Como ya sabréis mucas de las frases hechas que se usan son heredadas de otros idiomas. En este caso viene del inglés. Es una trdución literal de “seating like a pig” Pero por qué existe esa expresión si los cerdos ingleses ( animales, no personas) tampoco sudan? La gracia es que cuando ellos dicen Pig se refieren a arrabio que es el producto resultante de la fundición de hierro en un alto horno. Se refieren a ello como PIG IRON. Algún iluminado, probablemente estudiante de ADE, tradujo literal y los demás usamos una frase sin ningún sentido.
Guerra? Qué palo, mejor un partidillo.
La primera guerra mundial fue una antentica carnicería. Sólo en la Batalla de Marne murieron mas de 500.000 soldados en tan solo 7 días. Entre bombas, gases y trincheras, la contienda llega a las nacidads de 1914 y es ahí cuando se produce algo inaudito en materia bélica.
El día de nochebuena, el Kaiser alemán envió a sus tropas alcohol y salchichas por lo que en pocas horas iban más ciegos que un alemán standard en Magaluf. También les hizo llegar luces, árboles para ponerlos en las trincheras. En la maána del 25 de diciembre los alemanes, borrachos como masiel en modo standard se les ocurre salir de las trincheras sin armas. Los británicos, flipando muy fuerte, no sabía que hacer. Deciden no disparar y salir sin armas también. Así que se juntan 2 ejércitos en el campo de batalla sin ir armados y se empiezan a dar abrazos y hablar de sus cosas hasta que uno saca un balón de futbol. En un momento se organiza un partidillo entre 50 alemanes y 50 ingleses. Nadie sabe como quedó el partido pero con el nivel etílico de los alemanes se puede deducir que ganaron los ingleses. Aunque claro, en el futbol siempre ganan los alemanes.. Bueno qué más da.
Se pusieron a entrenar canticos de cada selección, a fumar, a comer y todo lo demás en compañía hasta que un comandante inglés, el típico amigo cortarrollos que todos tenemos apareció dijo:
-Aquí hemos venido a matarnos, no a jugar a fútbol.
A los poco segundos cada soldado volvió a su trinchera y empezó a disparar a aquellos con los que estaba jugando unos minutos antes.
Es la mejor historia para demostrar lo jodidamente idiota que es el ser humano.
Dehamenpáh'
En España, nada más acabar la guerra civil y aún en plena guerra mundial, la falange atacó la embajada británica. Era un ataque informal, lo tíioc, 4 incontrolados lanzando piedras ante una victoria de Hitler en alguna batalla. El ministerio de gobernación, un falangista, llamó al embajador británico preguntándole si necesitaba que le enviase protección. El embajador, en plena lluvia de piedras, le contestó que no era necesario, que bastaba con que dejase de enviar falangistas.
Primeras “olimpiadas en Barcelona” BCN 36’
Antes de que se organizara en Albacete la base nodriza de las Brigadas Internacionales, fueron no pocos los extranjeros que participaron de manera activa en los primeros días del golpe militar en defensa de la legalidad constituida, la II República Española (1931-1939).
Desde el momento en que se conocen las consecuencias de la sublevación militar y, provenientes de países como Italia o Alemania donde se sufría la persecución provocada por el el fascismo, llegan a España voluntarios a luchar junto al gobierno republicano. A muchos les sorprendió el golpe en nuestro país por motivos políticos, económicos o profesionales, y deciden unir sus fuerzas a la de la República. También se unieron a ella buena parte de los atletas que se encontraban en Barcelona con la intención de participar en la Olimpiada Popular, en los parajuegos olímpicos organizados por España entre los días 19 a 26 de julio de 1936.
La Olimpiada Popular, que estuvo financiada por el Gobierno español (250.000 pesetas), francés (600.000 pesetas) y la Generalidad de Cataluña (100.000 pesetas), con la implicación de partidos de izquierda y movimientos obreros, iba a tener a la ciudad mediterránea como escenario en el que habría de desarrollarse la protesta más contundente ante la celebración de los XI Juegos Olímpicos que tendrían lugar en el Berlín de Hitler desde el día 1 al 16 de agosto de 1936, y en el que estaban representados 49 países con 4.066 deportistas.
En el mes de mayo de 1931, antes de acceder Adolf Hitler al poder, Berlín había sido elegida por el Comité Olímpico Internacional, sede de los XI Juegos Olímpicos a celebrar en agosto de 1936. Aunque el ascenso de Hitler al poder hiciera que algunos países, como por ejemplo los EE UU, se plantearan renunciar a formar parte de los mismos, lo cierto es que al final decidieron estar junto al resto de los 48 países participantes. Muchos de estos países estuvieron inscritos en los dos juegos, los oficiales de Berlín y los parajuegos de Barcelona. Caso de Francia, presente en las dos citas, que por un lado presentaría a sus atletas a la oficial de Berlín y por el otro, concedería subvenciones a la Olimpiada Popular de Barcelona. España a su vez presentó también en Berlín a algunos deportistas como los que integraban el equipo de hockey, si bien la asistencia a la ciudad alemana dependía de lo que las propias federaciones decidieran, y en 1936 la gran mayoría de la ellas renunciaron a estar en Berlín, por lo que España apenas estuvo presente en los juegos olímpicos oficiales.
El 18 de julio de 1936 se encontraban los atletas en el estadio de Montjuic en Barcelona, ensayando sus actuaciones para el día siguiente en que se inaugurarían los juegos. Nerviosos todo el día por las noticias del levantamiento militar, intentaban los gimnastas prestar atención a los ejercicios, cuando una voz por megafonía les anuncia que se había producido un sabotaje fascista en las instalaciones eléctricas, hecho que obligó a suspender los ensayos. ¿Hubo relación entre el golpe militar que un sector del Ejército estaba llevando a cabo en otros puntos del País y ese sabotaje contra la red eléctrica, cuya autoría los responsables del estadio atribuían a sectores fascistas? Aunque por megafonía se anunciaba que todo estaría solucionado para el día siguiente, esa misma noche del 18 de julio quedaron suspendidos todos los actos del día 19 y por supuesto las Olimpiadas Populares, la afrenta más directa que se hizo al régimen nazi quedó anulada como consecuencia del levantamiento de una parte del Ejército.
Se suspendió la Olimpiada Popular y también la Olimpiada Cultural que se iba a celebrar en paralelo con la primera. A Pau Casals, el gran violonchelista, compositor y director de orquesta barcelonés, la noticia de la sublevación le llegó la tarde noche del 18 de julio. Junto a su orquesta interpretaba la Novena Sinfonía de Beethoven que, como figuraba en el programa, habrían de interpretar en el Teatro Griego de Montjuic el día 19 de julio en la inauguración de los juegos. Ante los acontecimientos que se desarrollaron y la anulación del concierto, en aquel momento decidió, entre lágrimas, continuar con el ensayo y dirigiéndose a los músicos les expresó su deseo de: “Volver a tocar de nuevo esta sinfonía cuando vuelva la paz”. Pau Casals nunca más volvió a tocar en tierra española, tampoco lo hizo en Rusia, Alemania o Italia en señal de lucha contra los totalitarismos y dictaduras. El exilio hizo que el compositor fuera mundialmente conocido, valorado y sobre todo disfrutado. España comenzaba a perder a un futuro intelectual y cultural del que aún hoy no nos hemos recuperado.
En estas paraolimpiadas que se conforman con una clara oposición al nazismo y en defensa de valores democráticos, se había logrado reunir en Barcelona, a 23 delegaciones de países y cientos de atletas. Las nacionalidades de los participantes eran: estadounidense, inglesa, francesa, belga, checa, suiza, polaca, danesa, noruega, alemana, italiana… Entre ellos había algunos judíos. Es lógico pensar que buena parte de los mismos participara en las luchas que tuvieron lugar en la ciudad de Barcelona desde el mismo día del golpe hasta que se produjo el retorno a sus respectivos países. Algunos deportistas no regresaron a sus ciudades y pasaron a formar parte de las milicias populares primero y, más tarde, una vez organizadas, de las Brigadas Internacionales.
Ciertamente es un hecho que en el tablero internacional el gran beneficiado de la oportuna sublevación militar en España, el mismo día que debían comenzar las Olimpiadas Populares en Barcelona, fue la Alemania de Hitler. Todo en ese país estaba preparado para volver a ocupar el protagonismo que desde la I Guerra Mundial había perdido. Para ello adornó la ciudad, construyó un nuevo estadio deportivo con capacidad para 100.000 personas, suavizó (enlató) su política y su mensaje fascista ante los extranjeros y la prensa, siendo retirados los mensajes antisemitas y los carteles de prohibición dirigidos a los judíos que habían empapelado Berlín en las fechas anteriores a la inauguración de loa Juegos Olímpicos. Limpió las calles de Berlín: más de 800 gitanos fueron recluidos bajo vigilancia policial en el gueto de Marzahn.
Marzahn, 1936.
Desde el día 2 de julio hasta finalizado agosto dejo de existir la denominada “hora de la policía”, consistente en el cierre de los establecimientos de ocio durante la noche, por lo que muchos restaurantes, locales de baile y bares tuvieron que aumentar el personal de trabajo, y en muchos de ellos se lucieron rótulos que decían “ Saludamos a los huéspedes del mundo entero”. El Ministerio de Comunicaciones alemán instaló en Berlín y Postdam dos televisores con el fin de que pudieran seguirse las principales pruebas deportivas; 4.000 empleados de correos de diferentes regiones alemanas se concentraron en Berlín con el fin de ampliar y mejorar el servicio postal, telegráfico y telefónico, además de aumentar las líneas y las estafetas de correos. Las celebraciones que la diplomacia alemana organizó para agasajar a los participantes y personalidades de los países participantes surtió el efecto perseguido, no pocos embajadores quedaron absolutamente eclipsados por el boato de las fiestas que les fueron ofrecidas.
Toda la parafernalia propagandística dio resultado. Al igual que en los recientes juegos chinos, la falta de libertades y el respeto a los derechos humanos quedaron ocultos por el oropel y el brillo de la excelencia y vistosidad organizativa. Alemania ganó medallas deportivas, fue el país que más premios obtuvo, y volvió a recuperar parte del prestigio internacional, y con ello un lugar que había perdido al finalizar la I Guerra Mundial.
¿Pudo la Olimpiada Popular de Barcelona ensombrecer la vuelta del gigante? ¿Lo hubiera permitido Hitler?
Si las paraolimpiadas de Barcelona, también llamadas contraolimpiadas, eran la protesta de las bases obreras y partidos de izquierda, la participación de los brigadistas internacionales fue la respuesta singular de obreros, intelectuales, parados, políticos, fotógrafos, periodistas, poetas, etc. que creían, luchaban y soñaban por un mundo mejor, fundamentalmente por un mundo antifascista. Mientras Hitler aprovechaba la ocasión y el trampolín deportivo de los Juegos, la condena al nazismo y al fascismo, así como el respeto a los conceptos de democracia y de libertad, quedaron sepultadas en el verano de 1936 entre el deporte y la declaración oficial de no-intervención en la Guerra Civil Española