Hepatitis C
Definición
Es una inflamación del hígado causada por infección con el virus de la hepatitis C.
Causas, incidencia y factores de riesgo Volver al comienzo
La infección de hepatitis C es causada por el virus de la hepatitis C (VHC) y las personas que pueden estar en riesgo de contagiarse son aquellos que:
Recibieron una transfusión de sangre antes de julio de 1992
Recibieron sangre, productos sanguíneos u órganos sólidos de un donante que tiene hepatitis C
Se han inyectado drogas o han compartido agujas con alguien que tiene hepatitis C
Han estado sometidos a diálisis renal durante mucho tiempo
Han tenido contacto frecuente con sangre en su trabajo (por ejemplo, los trabajadores del campo de la salud)
Han tenido relaciones sexuales con múltiples compañeros
Han tenido relaciones sexuales con una persona que tiene hepatitis C
Han compartido elementos de uso personal, como cepillos de dientes y hojas de afeitar, con alguien que tiene hepatitis C
Nacieron de madres infectadas con hepatitis C
La prevalencia de la infección con hepatitis C es aproximadamente de 4 millones de personas en los Estados Unidos o aproximadamente 1 caso por cada 70 a 100 personas. Otras infecciones por virus de la hepatitis incluyen hepatitis A y hepatitis B.
Síntomas
Muchas personas que están infectadas con hepatitis C son asintomáticas. Esta enfermedad se detecta a menudo cuando se realizan exámenes de sangre como parte de un examen físico rutinario o de otro procedimiento médico. Si la infección ha estado presente durante muchos años, el hígado puede tener cicatrización permanente, una afección llamada cirrosis. En muchos casos, puede no haber síntomas de la enfermedad hasta que se haya desarrollado la cirrosis.
Se pueden presentar los siguientes síntomas:
Ictericia
Dolor abdominal (en la parte superior derecha)
Fatiga
Pérdida del apetito
Náuseas y vómitos
Fiebre baja
Heces color arcilla o pálidas
Orina oscura
Prurito generalizado
Ascitis
Várices sangrantes (venas dilatadas en el esófago)
Signos y exámenes Volver al comienzo
Serología del virus de la hepatitis
ELISA para detectar anticuerpos contra hepatitis C
Prueba PCR para hepatitis C
Enzimas hepáticas elevadas
Una biopsia del hígado muestra inflamación crónica
Genotipo de la hepatitis C. Hay seis genotipos presentes en todo el mundo y la mayoría de los estadounidenses tienen la infección por genotipo 1 que tiene tasas de respuesta al tratamiento más bajas.
Tratamiento Volver al comienzo
No existe cura para la hepatitis C. Algunos pacientes con este tipo de hepatitis se benefician de un tratamiento con interferón alfa o una combinación de interferón alfa y ribavirina.
El interferón alfa se administra en inyección justo por debajo de la piel y tiene muchos efectos secundarios, incluyendo síntomas similares a la gripe, dolor de cabeza, fiebre, fatiga, pérdida del apetito, náuseas, vómitos, depresión y adelgazamiento del cabello. El tratamiento con interferón alfa también puede interferir con la producción de glóbulos blancos y plaquetas.
La ribavirina es una cápsula que se toma dos veces al día y cuyos mayores efectos secundarios son anemia severa (conteo bajo de glóbulos rojos) y defectos congénitos, por lo que las mujeres deben evitar el embarazo durante el tratamiento y durante los 6 meses posteriores a éste.
Recientemente, se introdujo una versión de interferón alfa (interferón alfa pegilado) con una vida media más larga, lo que significa que las inyecciones se toman semanalmente, en lugar de tres veces a la semana como se hace con el interferón alfa estándar. El interferón alfa pegilado y la ribavirina llevan a que se presente una respuesta sostenida en aproximadamente el 50% de los pacientes.
Una respuesta sostenida indica que el paciente permanece libre del virus de la hepatitis C 6 meses después de suspender la terapia. Aproximadamente el 40% de los pacientes con infección genotipo 1 responderán al tratamiento.
Se recomienda el reposo durante la fase aguda de la enfermedad cuando los síntomas son más severos. Todas las personas con hepatitis C deben recibir la vacuna contra la hepatitis A y B.
Las personas con hepatitis C deben tener cuidado de no tomar vitaminas, suplementos nutricionales ni medicamentos nuevos que no requieran prescripción médica sin antes haberlo consultado con el médico. Asimismo, deben evitar cualquier sustancia tóxica para el hígado (hepatotóxica), incluyendo el alcohol, ya que incluso cantidades moderadas de éste aceleran la progresión de la hepatitis C y reducen la efectividad del tratamiento.
Grupos de apoyo
El estrés causado por la enfermedad a menudo se puede superar con la vinculación del paciente a un grupo de apoyo en el cual los miembros comparten experiencias y problemas comunes. Ver recursos para la enfermedad hepática.
Expectativas (pronóstico)
La hepatitis C es una de las causas más comunes de enfermedad hepática crónica en los Estados Unidos en la actualidad. Al menos el 80% de los pacientes con hepatitis C aguda desarrollan finalmente infección hepática crónica y entre un 20% y un 30% desarrollan cirrosis. Del 1% al 5% de los pacientes pueden desarrollar cáncer hepático. En este momento, la hepatitis C es la causa número 1 de trasplante de hígado en los Estados Unidos.
Complicaciones
Hepatitis crónica
Cirrosis
Situaciones que requieren asistencia médica
Se debe buscar asistencia médica si aparecen síntomas de hepatitis o si la persona cree que ha estado expuesta al virus de la hepatitis C.
Prevención
Se debe evitar el contacto con la sangre o productos de la misma, hasta donde sea posible. El personal de salud debe tomar las precauciones universales cuando manipula sangre y líquidos corporales.
Se recomienda no inyectarse drogas de abuso y en especial no compartir agujas con otra persona, así como tener precaución al hacerse tatuajes y perforaciones corporales (piercing).
La transmisión sexual es baja entre parejas monógamas estables. El compañero sexual debe ser examinado para hepatitis C, en caso de ser negativo, las recomendaciones actuales son no cambiar las prácticas sexuales. Los individuos que tienen sexo fuera de una relación monógama deben practicar comportamientos sexuales seguros para evitar la hepatitis C, así como las enfermedades de transmisión sexual, incluyendo el VIH y la hepatitis B.
Actualmente, no hay una vacuna para la hepatitis C.