Luego la gente se sorprende del auge de la extrema derecha como en Hungría Polonia y ahora países bajos.
Pero aquí seguimos abrazando el buenísmo y abriendo las puertas a miles de inmigrantes provenientes de estados fallidos y violentos que replican aquí sus costumbres y lo peor, su religión y fanatismo.
No se van a integrar, no se quieren integrar, para ellos somos infieles y si seguimos así acabaremos igual o peor que Francia Bélgica o Suecia dónde incluso han instaurado la sharía y ni la policía puede entrar en sus barrios.
Al menos los irlandeses tienen huevos, aquí ni eso ya.