Xavi Costa, de 47 años el hombre muerto a tiros por un joven encapuchado cuando fue a por su mujer, le abordó en su peluquería y se fue sin llevarse un euro.
"No se aceptan tarjetas". Es el cartel que se encuentra en la puerta de la peluquería Spejo's de Sarrià (Barcelona). Sorprendente cuanto menos. "Y más en este barrio; igual es el único comercio de la zona que no cobra con tarjeta", apunta Sonia, una chica que pasea a su perro por un parque a 50 metros del establecimiento. Lo dice porque Sarrià es el barrio rico de Barcelona. Allí, en la peluquería Spejo's, mataron a tiros el sábado por la noche al marido de la peluquera. Un extraño crimen.
Xavier Costa Casellas, de 47 años y propietario del establecimiento, falleció en el acto a causa de los disparos de un varón joven con pasamontañas y guantes. Todavía se desconoce el motivo. El asesino entró pasadas las 9 de la noche, cuando todas las empleadas se habían marchado ya a sus casas. Dentro solamente quedaba Xavier y su esposa, Nuria, jefa del local. Estaban haciendo caja cuando entró el individuo, sacó una pistola y empezó a disparar hasta que vació el cargador.
Lo chocante del caso es que el tipo huyó sin llevarse un solo euro de la recaudación. El móvil del atraco casi no se sostiene. Fuentes próximas a la investigación cuentan que casi han descartado esa vía, "aunque cabe la opción de que fuese un delincuente inexperto. Fue violento, pegó varios disparos y la mayoría los falló", explican a EL ESPAÑOL. Pero lo ven poco probable.
¿Ajuste de cuentas?
Ahora, se trabaja con la teoría del ajuste de cuentas. El verdugo llegó a la hora de cierre, cuando sabía que no iba a encontrar al resto de la plantilla. Llegó, mató al marido de la peluquera y salió corriendo sin coger el dinero. Saltó un seto que hay detrás del edificio y emprendió una huida a través del parque, quitándose el pasamontañas en la carrera. Fue ahí cuando varios testigos que se encontraban en la zona pudieron verle la cara, tal y como manifestaron luego a los Mossos d'Esquadra, que siguen investigando quién mató a Xavi.
Cuentan que Xavi Costa era, sobre todo, un tipo reservado. En sus redes sociales no tiene foto de perfil. Regentaba una empresa de reformas de fachadas en su Arenys de Munt natal. Siempre había tenido espíritu emprendedor y se había metido en varios negocios. El último, la peluquería de su mujer. Un establecimiento de la franquicia madrileña Spejo's ubicada en el 71 de la calle Manuel Girona.
3 años de casados
Xavi se había casado hacía tres años con la peluquera. "Se habían conocido por redes sociales y se casaron al poco tiempo de empezar la relación", cuenta una de las clientas de Spejo's. Dice que de aquella boda sorprendió "que se celebró en un sitio de banquetes muy lujoso. Una boda cara para los que los conocíamos", sostiene. La pareja no tenía hijos.
Dice esta misma clienta del barrio de Sarrià que "yo seguía viniendo a la peluquería por ella, porque es una mujer súper simpática y agradable", pero utiliza la palabra "decrépito" para definir el establecimiento. "Necesitaba una reforma. Hay una peluquería aquí al lado, en la misma calle Manuel Girona, bastante más moderna. Necesitaba un meneo".
Así, Xavi, un tipo reservado, tenía un par de negocios y regentaba una peluquería en la que no se permitía pagar con tarjeta, hecho extraño hasta para sus propias clientas. Cada día repetía la misma rutina: a última hora de la tarde salía hacia Barcelona y recogía a su esposa a la hora del cierre. Ambos se quedaban los últimos para cuadrar caja y volvían a Arenys.
En estas se encontraba el sábado por la noche cuando entró un veinteañero enmascarado. Desenfundó y pegó seis tiros, todos con Xavi como objetivo. Marró varios, pero uno de los disparos acabó con la vida de Xavi. En cuanto agotó el cargador salió a escape, dejando en la tienda el cuerpo inerte del hombre y a su mujer con un ataque de ansiedad.
Asesino veinteañero
La policía autonómica catalana busca ahora a un joven veinteañero que responde a la descripción dada por los testigos. También ahonda en el entorno personal de Xavi, por si pudiese estar relacionado con algún otro negocio. Creen, desde la investigación, que ese hilo podría ser el que llevase a la resolución de este extraño crimen.
De momento, este suceso es la comidilla del barrio de Sarrià: "En este edificio entran a robar a menudo", cuenta una de sus vecinas. "Es una urbanización con portero y valla de entrada, pero aun y así entran. No es un barrio conflictivo, pero sí con dinero. ¿Dónde van a ir los ladrones? No van a ir a robar a Horta", resume.
Otra vecina también pensó en el robo desde el primer momento. "A mí, cuando me lo contaron, me sonó a robo desde el principio. Porque no es la primera vez que pasa por esta zona. Pero cuando me dijeron que no se habían llevado dinero me asusté. Porque saber que ha venido un sicario a la puerta de tu casa asusta. Y así estoy, con miedo".
De momento no se ha practicado ninguna detención: "Lo que esperamos es que encierren a alguien cuanto antes, por nuestra seguridad, que bastante se ha complicado el barrio en los últimos tiempos", cuenta la chica que está paseando a su pitbull. "Ni llevando un perro de presa puedes estar tranquila ya", remata.