Vivir en democracia significa vivir en una sociedad con diversidad ideológica que puede escalar perfectamente en intolerancia, ataques verbales, físicos, persecuciones.
El tema es saber cómo canalizar estas barbaridades para que no vayan a más. No me gustaría vivir en un país dónde un día maten a Iglesias y al siguiente se carguen al Abascal. Porque lo siguiente que viene ya sé lo que es.