#141 no parece muy amigable tu respuesta cuando lo que te estoy diciendo va en línea con tu respuesta.
En primer lugar, estoy de acuerdo en que es jodido definir una secta y diferenciarla de una religión, pues en sí ya es jodido definir la palabra religión. Lo que sí es detectable son los comportamientos sectarios.
En segundo lugar, habría que tener en cuenta que estamos operando con un concepto de secta con un matiz muy peyorativo cuando en otras partes del mundo la palabra secta, que no escuela, está a la orden del día y opera sin este matiz. Por tanto, estaríamos siendo tremendamente, cuanto menos, eurocéntricos (creo que la palabra más adecuada es religiocéntricos).
En tercer lugar, quiero señalar un hecho de la verdadera intención que suelen tener estas medidas de control bajo un pretexto aparente. ¿sabes por qué hay tan pocas papeleras en Japón? Porque fue una de las medidas que se tomaron tras el ataque con gas sarin en el metro de Tokio en el 95. ¿Esta medida impide que alguien vuelva a atentar contra el metro de Tokio con gas sarin? No, aunque impidw que lo hagan del.mismo modo. ¿fue la de quitar las papeleras la única medida que tomaron? Evidentemente no, y ahora vamos más al grano.
Primero, se creo un organismo gubernamental que vigilaba a todos los miembros de esta organización (que luego cambio de nombre), y se propusieron cambios en la ley de personas jurídicas religiosas.
Segundo. Esta última modificación se produjo en respuesta a los atentados, pero actualmente restringe el límite de influencia política de otras sectas (aunque aquí habría que llamarlas más bien escuelas) como la sokka gakkai o Komeito, la primera relacionada con el budismo nichiren y su correspondiente nacionalismo japonés (el duro).
Conclusión rápida: hay una enorme dificultad para discernir lo que es una secta de una religión (de hecho Aun shinrikyo pertenecía a la categoría de nuevos movimientos religiosos), contamos con un concepto de secta que no equivale al de otros territorios por sus connotaciones, todo ello hace que no se pueda establecer a nivel internacional un criterio homogéneo actualmente para legislar sobre ello, y, por último, habría que vigilar que estas medidas no estuvieran orientadas a un férreo control de la población y no sólo a nivel ideológico.