Las nuevas empresas y plataformas online de economía colaborativa están construyendo sus imperios sobre la base de miles de autónomos, que les acusan de saltarse la legislación al camuflar bajo un contrato mercantil lo que en realidad es una relación laboral.
Firmas de reparto a domicilio como Deliveroo o Glovo o de transporte urbano como Uber o Cabify emplean a miles de trabajadores, pero apenas tienen en nómina, cotizando a la Seguridad Social y pagando los impuestos correspondientes por ello, a un 7 por ciento del total. Entre estas cuatro firmas, en concreto, dan trabajo a unas 7.000 personas, pero sólo tienen contrato laboral con poco más de 480.
Agrupadas en la asociación Adigital, las firmas online han reclamado ahora al Gobierno un cambio de la legislación para poder eludir las contrataciones y seguir operando como hasta ahora sin temor a inspecciones laborales. José Luis Zimmermann, director general de la asociación, explica que "lo que nosotros tenemos es una relación mercantil, en ningún caso laboral, y lo que pedimos es una adaptación de la legislación que regula a los autónomos para poder darles beneficios sin que haya una inspección por ello que nos obligue a cambiar esto". Según dice, "se trataría de crear la figura del autónomo digital para que haya una mayor seguridad jurídica y poder llegar a cotizar por ellos en la Seguridad Social, hacerles seguros o incluso aplicarles las correspondientes retenciones fiscales".
Cumplir la ley
Es algo que rechazan, sin embargo, de forma tajante las organizaciones de trabajadores por cuenta ajena. Así, Lorenzo Amor, presidente de la Federación de Trabajadores Autónomos ATA, asegura que ?lo que no se puede es pretender cambiar la normativa para intentar regularizar falsos autónomos, porque sería lo mismo que si alguien pidiera poder vender cervezas sin licencia en la Puerta del Sol o comercializar tortillas con huevos en mal estado para reducir costes". Para ATA, "la legislación actual es muy clara y no hay que cambiarla sino cumplirla y no tratar de disfrazar como autónomos a trabajadores por cuenta ajena".
La polémica, en cualquier caso, va en aumento y este pasado fin de semana, por ejemplo, los más de mil empleados que tiene Deliveroo han ido a la huelga para denunciar además la situación de máxima precariedad en la que tienen que trabajar. La compañía tiene únicamente 80 empleados en nómina para la gestión de la plataforma, pero los repartidores son trabajadores por cuenta ajena a los que ni siquiera aseguran un mínimo de 20 horas de trabajo y de servicios por hora, tal y como se comprometieron en el contrato de afiliación, denuncia la plataforma Riders por derechos, que organiza los paros.
Además de tener que tener que comprar una bicicleta para el reparto, deben abonar la cotización de autónomos así como el IVA y el IRPF correspondiente. Según denuncian, son en realidad "falsos autónomos con una relación laboral que no queda recogida por contrato", ya que son asalariados y la firma decide cuánto y cuándo tienen que trabajar. De hecho, es Deliveroo la que factura por los pedidos, pagándoles luego una comisión. La empresa mantiene, sin embargo, que si tuviera que contratarles no sería rentable e iría a la quiebra.
La competencia directa de Deliveroo en España es Glovo. La compañía tiene actualmente 80 trabajadores en nómina y cuenta con 2.000 autónomos, conocidos como glovers, para realizar los pedidos. Para trabajar para la firma de reparto a domicilio hay que cumplir los mismos requisitos que en Deliveroo: hablar castellano, disponer de un vehículo, un teléfono inteligente y darse de alta como autónomo. En este caso no tienen que cumplir un horario mínimo, pero cobran por pedido en función de la espera, los kilómetros recorridos y las inclemencias metereológicas. Así, la operación la gestiona y la cobra la plataforma que luego subcontrata el envío.
El sistema de trabajo de Glovo obliga a los repartidores a estar a su disposición durante el horario que han elegido haya o no pedidos, por lo que no les aseguran que vayan a cobrar. La plataforma muestra dos veces por semana las franjas horarias para colaborar en función de la demanda esperada y luego cada glover decide a cual se apunta, haya volumen de trabajo suficiente o no.
Asimismo, las plataformas como Uber están en el punto de mira de la justicia europea por su tipo de organización empresarial y laboral, ya que el abogado general de la UE ha abierto la puerta a que sean empresas de transporte y no plataformas tecnológicas. Uber España tiene 23 empleados en nómina mientras que la plantilla fija de Cabify, principal competidor, asciende hasta los 300. Ninguna de las dos compañías ha querido revelar cuantos conductores tienen adscritos a sus plataformas, pero en España hay más de 5.000 VTC, licencias de alquiler de vehículos con conductor, de las cuales más de 3.650 se han dado en los últimos años, coincidiendo con el boom de ambas plataformas.
El modelo de asociación es distinto en las dos compañías. Uber realiza contratos de servicio con los autónomos o las empresas que explotan las VTC por la cuál estas cobran la carrera y pagan una tarifa por el servicio, que son fijos. Por su parte, Cabify funciona como una agencia de viajes que cobra el servicio y lo subcontrata a las VTC asociadas, exigiendo exclusividad en el uso de plataforma y fijando tarifas. Es decir, el conductor no puede colaborar con Uber o con otra plataforma si está asociada a Cabify.
Desde Cabify han querido resaltar que "cumplen la legalidad" con su sistema de colaboración y que no tienen ningún problema con Empleo. "En el caso de Cabify, la relación contractual con los transportistas, tanto si son empresas como autónomos, es absolutamente legal. De hecho, la compañía ha recibido inspecciones y todas han sido superadas satisfactoriamente", aseguran fuentes de la compañía.
Realmente no se como salen las cuentas. A los que hacen repartos con deliveroo o globo, les pagar 4€ por envío y mensualmente ya tienen que soltar los cerca de 260€ de rigor por ser autónomos. Me parece que la economía colaborativa es muy cool y tal, cuando se la están metiendo bien doblada.
Esta claro que en España siempre ha existido el tema de los falsos autónomos, pero al menos en según que sitios tienen infraestructura como tiendas, almacenes...Ahora ya con la economía colaborativa es lo mismo, pero encima tienes que poner tu mismo los medios xd.
No hay que ser un genio para ver que estas empresas no tienen viabilidad y que sobreviven a golpes de financiación...eso si, llevándose a unos cuantos por delante.