«Esto empieza a ser agotador», dicen desde la institución, que esta semana inicia un nuevo reparto entre las 211 ONG de la provincia
Debe reducir en un 12% la cantidad de comida que recibe cada ONG al dispararse la demanda
El caso de Máximo -un alicantino que vive desde hace más de 15 días con su mujer y su hijo en un trastero tras ser desahuciados- ha puesto de manifiesto la situación tan dramática por la que están pasando muchas familias. Las ONG así lo reconocen. Dicen que ellas ya no dan más de sí y ahora están a la expectativa. Más bien, ansiosas. Esta semana empezarán a recibir provisiones del Banco de Alimentos de Alicante -y procedentes de las ayudas europeas- que repartirán entre aquellos que no tienen ningún tipo de recursos, y que cada vez son más según las prestaciones se van agotando.
El problema con el que se van a encontrar es que cada una de estas organizaciones tendrá que conformarse con menos cantidad de alimentos. Y es que durante este año ha vuelto a dispararse el número de entidades y, por tanto, de beneficiarios.
«Esto empieza a ser agotador. El campo está tan agrietado que el agua desaparece rápidamente», afirma el vicepresidente de la institución, Juan Vicente Peral, mientras ultima los preparativos de las entregas y que ya están a punto de salir. Las cifras que aporta explican del por qué se encuentran al límite. Dividas las entregas en cuatro fases (ésta será la tercera), de las 188 entidades u ONG que estaban dadas de alta en el mes de mayo y con 30.421 alicantinos destinatarios (en esta cifra no se incluyen los datos de Cruz Roja) se ha pasado a 211 entidades y 33.166 alicantinos que no tienen ningún tipo de recursos. Ahora bien, sumando los usuarios de Cruz Roja, el volumen de personas que están viviendo actualmente gracias a la solidaridad asciende ya a 46.166.
«¿Qué vamos a hacer? Tenemos más entidades que están surgiendo por la necesidad que hay, pero el número de kilos con el que contamos es el mismo. Habrá menos reparto por entidad». Peral estima que será de un 12%.
«Es cierto que cada vez dan menos», señalan desde la Asociación Humanitaria Americana, que el viernes decidió no abrir la sede al no contar con alimentos para poder repartir.
Peral está preocupado: «Lo veo muy mal; la demanda no se estabiliza mientras que la economía no se recupere. Se están terminando las prestaciones, los subsidios y se acaba en el Banco de Alimentos». Y muestra también su desazón por el sobre esfuerzo que están realizando los voluntarios. «Tienen mucha presión y no sé hasta qué punto les podemos seguir pidiendo este esfuerzo».
La demanda por parte de inmigrantes ha bajado, pero siguen escalando posiciones los españoles. El sueño europeo, el efecto-llamada por el empleo se ha frenado porque «saben que el pastel se acabó», señala Peral, quien confía en las donaciones privadas.
Generación perdida
En Cáritas tampoco se muestran muy optimistas, aunque insisten en que en esta etapa de crisis se ha demostrado la solidaridad de todos los alicantinos, con un importante esfuerzo que están realizando un millar de voluntarios.
El director de Cáritas Diocesana de Orihuela-Alicante, Jaime Valcaneras, teme la generación perdida que se está formando, con jóvenes de entre 22 y 26 años que viven de los padres, que dejaron hace años de estudiar y que ahora ni trabajan ni se forman. «La única solución a todo lo que estamos viendo se resume en trabajo digno, salario digno; el 80% de los problemas desaparecerían», destaca.
Preguntado por si en Cáritas se han encontrado con algún otro caso de una familia que estén sobreviviendo en un trastero, es decir, sin condiciones de salubridad, el responsable no recuerda, pero matiza que están viendo casos también dramáticos, de familias que se quedan en la calle. «Aquí nadie se ha ido con las manos vacías; por falta de dinero no se deja de atender».
El último problema que están detectando, difícil también de solucionar, son los trastornos psicológicos y que ya han empezado a surgir. Hay muchas familias que están «destrozadas». Hasta tal punto es la desesperación que se han encontrado con casos, cuyo progenitor no puede más y abandona a su mujer y a sus hijos. No encuentran ninguna salida.
«Son parejas que están mucho tiempo sufriendo; el cabeza de familia lleva todo el peso psicológico, la situación se está prolongando y se producen situaciones de abandono», advierte Valcaneras, quien «no ve buenas perspectivas ni cambios inmediatos».
Y mientras tanto diputados, ministros, politicos al cargo de las diferentes comunidades autonomas, de pp, y del psoe, y el estupido ese de Zapatero, al que yo directamente meteria en un juzgado por mentiroso y malicioso, cobrando y cobrando miles de euros, con sus hijos estudiando en el extranjero, y con casas de medio millon.
Les importamos tres pares de cojones.
Pero eso si, recibiendo en España ayudas de fuera para dar de comer a la gente. Hay que despertar, la proxima vez que haya que votar, al menos hacerlo a un partido que persiga judicialmente a esta gentuza y les meta en prision por sus chanchullos y sus mentiras, como en Islandia. Pero no volvais a votar a esta gentuza, ostia, somos mas listos que eso.