Estas son las reflexiones de un amigo mío, que prefiere mantenerse en el anonimato, sobre la piratería, la SGAE y demás temas relacionados.
BARBARROJA CIBERNÉTICO
Según las diversas fuentes, en España hay entre 9 y 13 millones de internautas, lo cual significa que 1/4 de la población tiene acceso a éste. Según la SGAE, la mitad (y me parece una cifra muy benevolente) de los internautas hacen uso frecuente de las redes P2P (peer 2 peer). Esto totaliza en unos 6 millones de españoles piratas (1/7 de la población)
Las diversas organizaciones que comercian con la "cultura" (Bisbal no puede ser calificado de cultura o arte, a no ser que devaluemos estos términos al puro mercantilismo más horrible) están emprendiendo campañas para presionar al gobierno para que introduzca medidas contra la pirateria. Esto me suscita un par de reflexiones interesantes:
a) El caracter apátrida de Internet ha permitido conseguir que, todo tipo de información (música, libros, programas, etc.) que se encuentran en formato digital puedan ser compartidas por todos. Esto es un curioso experimento de un carácter que pocos Marx o Bakunin habrían soñado que realmente se produciría: por fin, una serie de propiedades son compartidas y distribuidas libremente entre la gente, en lugar de comerciar con ellas. Obviamente, esto es, si bien no delito (si no existe ánimo de lucro) si una cosa bastante fea dentro de un sistema capitalista, pero es curioso que, cuando Internet ha posibilitado un entorno sin fronterias y hasta cierto punto anárquico, esto ha funcionado, por mucho que la propaganda del Sistema se haya empeñado a lo largo de muchas décadas en desprestigiar a todo tipo de sistema que no fuera el Capitaslita: vender, comprar, nada de compartir.
La cultura que protege la SGAE, la de Bisbal, no es un arte verdadero, un arte o bien comprometido o bien preocupado con su expresión artística, en la innovación y en transmitir un mensaje personal de las inquietudes del aritsta. Ese arte es un arte comercial, concebido para vender y hacer dinero. Obviamente, algo tan egalitario como ha resultado ser Internet entra en conflicto con el mercantilismo de la SGAE.
Hasta ahora, este tipo de material estaba sujeto a las leyes smithianas: quien no trabajase, o quien no ganase mucho, podía tener menos música o menos juegos, y el que fuera rico podía tener más. Ahora, estos esquemas han saltado por los aires, lo que a los peces gordos de las empresas les asusta tanto: ahora toda persona con acceso a Internet puede disponer de tanto material como una persona que tenga el doble o triple de recursos económicos. Esto al sistema, supongo, le aterra. Empero, se trata de la demostración práctica (no teórica) real de que, al menos en ese aspecto, lo que muchos ahora tan desprestigiados propugnaban.
b) Mi otra reflexión es que, por mucho que se empeñen, esto no se puede parar. Como dicen las estadísticas, unos seis millones de españoles usan P2P. Aunque lo rebajáremos a 1 millón, ¿qué se puede hacer? ¿Meter en la cárcel a 1 millón de personas? ¿Ponerles una multa morrocotuda que los arruine, de manera que también afecte al resto, sobre todo sector servicios? No se puede parar, sobre todo porque aún no es seguro y hay muchas sentencias que han sentado jurisprudencia, acerca de que descargar contenido sin afán de lucro (para venderlo) no es delito. Supongo que perseguirán a los pobres inmigrantes que intentan sacarse cuatro duros con eso, y poco más.
Asimismo, no es cierto que estén perdiendo dinero los mercachifles. Pongo un ejemplo: a un chaval de 13 años le pueden dar de paga 20 € al mes. Con eso le daría para un disco de música, o, en dos meses, para un juego de ordenador. Ese niño, cuyos padres quizás son trabajadores, iría a comprarse un disco o un juego. Y ya está. Ahora con Internet se baja diez discos y diez juegos al mes. La cuestión es: ¿sin Internet gastaría 200 € en discos y 600 € en juegos? NO. Realmente no están perdiendo casi nada de dinero, porque simplemente sin internet no lo compraría, así que haya piratería o no la haya, dándose ambas opciones, no iba a recibir ese dinero. En cambio, ese niño de 13 años ahora puede tener tantos juegos como el pijo del colegio que sus padres le daban el triple de dinero. ¿Le da miedo esto al sistema, un sistema que tanto se ha esforzado por evitar cualquier experimento de este tipo, no fuera que saliera bien?
En definitiva, Internet ha traído algo que, si la gente se da cuenta, puede poner en duda muchos de los constructos acerca de que la única solución es el capitalismo, constructos hasta ahora imperantes por parte del Poder. La realidad ya está ahí fuera. Sólo falta verla.