Y aún habrá gente que se pregunte por qué somos el país de Europa al que más le afecta la crisis. Por batallitas absurdas como ésta, señores.
Me ha dado auténtica pena “ver” –más bien oír, porque lo que es ver, poco se ha visto y deberían haberlo dejado para que todo el mundo hubiese visto la pena que da este país (o para los que se la menean con el independentismo, estos países) y jamás vengan a gastar su dinero aquí (allí)- como brillan por su ausencia la tolerancia, el respeto o la educación, palabras con las que se le llena la boca a aquéllos que califican de estado opresor y fascista a España y que exigen la independencia para su comunidad autónoma. Mucho exigen a los demás, pero los primeros en no respetar a nada ni a nadie que no tenga que ver con su ideología son ellos mismos. Creo que lo llaman fascismo, sí… No hay más ciego que el que no quiere ver.
Pero más esperpéntico, circense, cómico o absurdo resulta ver cómo muchos han faltado el respeto a sus familiares, a sus paisanos, a sus parejas y, para rozar lo infinitamente absurdo, a sí mismos. ¿Por qué? Porque un himno representa, aunque sea simbólicamente, a un colectivo. En este caso, a los españoles. Y entre los españoles hay familiares, amigos o parejas suyas ya que muchos de los que han silbado es muy probable que tengan familiares, amigos o pareja española. Han faltado el respeto a todos los familiares que tienen por la distintas partes de la península. Han faltado el respeto a todos aquellos vascos y catalanes que también se sienten españoles, o lo que es lo mismo, han faltado el respeto a los de su propia “raza”. Han faltado el respeto a esa novia riojana, aragonesa o valenciana que tienen algunos. Y para más INRI, se han humillado a sí mismos ya que muchos de quienes han silbado descienden de padres inmigrantes –recordemos: siglo XXI: interculturalidad, mestizaje, globalización, por lo cual, pocas razas puras quedan xD- y su sangre, como en el caso de muchos abertzales/catalanistas cuyos padres proceden del sur de España, es más árabe que otra cosa. No deja de resultar cómico a la par que triste.
Como ya dije antes, un himno te representa aunque sea de manera simbólica. Te puedes sentir más o menos identificado con él pero identifica a tu lugar de procedencia, al igual que la bandera. Está claro que dónde nazcas no determina que seas un ser superior, una buena persona, o un hijo de puta. Pues no lo eliges. Pero tampoco eliges ser guapo/feo o inteligente/tonto. Así que increpar, o silbar a alguien por el mero hecho de haber nacido en un lugar, ser feo o discapacitado, me parece patético. Y en fondo es lo que han hecho estos incivilizados, no respetar a los españoles por el mero hecho de haber nacido en España.
De todas formas, me gustaría que predicasen con el ejemplo y tuvieran los cojones de silbar himnos como los de EEUU, Rusia, Francia, Irán, Corea del Norte o China en dichos países. Para que luego llamen fascistas a los españoles. Demasiada tolerancia es lo que hay aquí…
Supongo que cuando nos demos una ostia aún mayor que la que no estamos dando con la crisis –quizás con derramamiento de sangre-, muchos verán la nula utilidad de las comunidades autónomas. Eso sí, mientras tanto los políticos a chupar del bote a la par que se descojonan en nuestra cara. Gracias, amigos “nanocionalistas”.