DUDAS SOBRE EL DOCUMENTO
Los policías pidieron a Isea que verificara la autenticidad de un documento: un punto de cuenta (solicitud de aprobación de pago), firmado por él mismo y por Hugo Chávez, en el que se autorizaba una serie de pagos a la fundación CEPS por un valor total de 4.480.700 euros (que se suman a otra cantidad ya satisfecha de 2.687.390 euros por servicios prestados entre 2003 y 2007). Nunca le enseñaron el original: manejaron en todo momento una copia. El exministro expresó sus reservas sobre el documento, del que le llamaron la atención varias cosas.
La primera es que el punto de cuenta provenía de su despacho, pero no es algo que debiera haber presentado él, porque “el Ministerio de Finanzas jamás recibió los servicios de la fundación”. Los puntos de cuenta, explica, son documentos en los que “una institución del Gobierno pide al presidente que tome una decisión sobre distintos asuntos; por consiguiente, proceden de la institución que será beneficiada, no del ministerio de Finanzas”.
Las fechas tampoco le cuadran. “Está fechado el 28 de mayo de 2008, y en esos días yo estaba en plena campaña para ser candidato a gobernador de Aragua [Estado cuya gobernación ocuparía desde diciembre de ese año hasta 2012], las elecciones primarias fueron tres días después. Por otro lado, en el documento se piden recursos para 2008, 2009 y 2010. Pero comprometer recursos para años futuros es ilegal en la administración venezolana, debe hacerlo el ministerio en su presupuesto”, explica.
Por último, la propia redacción del texto le chirría. “Yo no suelo redactar así. Existe un formato. No decía ‘solicitar recursos’ sino ‘solicitud de recursos’, no usaba el infinitivo. Tampoco el nombre me cuadra. Yo acostumbraba a colocar mi nombre y el cargo completo, ‘ministro del Poder Popular para las Finanzas’, no solo ‘ministro’. Y nunca se ponía en un documento ‘Hugo Chávez Frías’, no se usaba el segundo apellido”, sostiene.
Isea no descarta que el documento haya sido fabricado. “Es una posibilidad, sin duda”, apunta. “Puedes tomar otro documento, de los muchos que han salido públicamente, alterar el texto y pegar las firmas. Pero eso indicaría intencionalidad de montar una operación de engaño para crear un expediente. Yo, mientras no vea el original de un documento, no puedo garantizar que sea verdadero”.