En 6 de Primaria había un niño que me hacía la vida imposible, pero ese no me jodía físicamente, sino psicológicamente. Me insultaba, se reía de mi, me hacía ver que era inferior a él. La cuestión es que llegó un momento en el que ya no quería ir al colegio. Me ponía a llorar cada mañana y por vergüenza le decía a mi madre que me dolía el estómago y cosas así. Mi madre no me hacía caso porque creía que eran meras excusas para quedarme en casa viendo la tele.
Un día ya no podía más, estaba solo, tenía que remediar eso de una vez por todas, pero no sabía cómo. Entonces, cuando estábamos de excursión, yo sabía en qué momento él vendría para joderme así que me fui a un montoncito de arena que había en un sitio, me guardé un poco en la mano, la cual me puse detrás de la espalda para esconderlo, y esperé. Cuando se acercó con sus aires de superioridad, le lancé la arena en los ojos y se puso a chillar y a llorar diciendo que se quedaba ciego, que no veía. Inocente de mi, yo también me puse a llorar porque pensaba "como me expulsen del colegio por esto, ¿qué hago?". Él sabía que aquello pasó por lo que me hacía cada día, no dijo jamás nada de lo que le hice y, si lo hizo, nadie se quejó.
Desde aquel día el chaval no volvió a joderme, al contrario, se hizo muy amigo mio. A partir de ahí aprendí una lección: o eres el lobo o la oveja. Y así, es como cesé con el bullying, con violencia. Y sí, pienso que cuando eres niño (OJO! Cuando eres niño) debes utilizar la violencia en según qué casos para parar con ese acoso. Ya había comentado en otros posts que yo no había sufrido bullying jamás. Nunca llegué a concebir aquéllo como bullying, pero sí, leyendo este post me he dado cuenta de que todo eso era bullying y que fui víctima de ello aunque supe remediarlo.