#198 desolación.
Respecto a #182 el problema es una cuestión de enfoque:
Actualmente se está desarrollando una lucha política entre unos partidos asentados en el estado y todos sus mecanismos y entidades, contra una nueva corriente que en gran medida acaba de llegar a este campo y se presenta como la renovación de la política.
Pp y psoe se erigen como los artífices de la estabilidad política del país, pero realmente la única situación estable es la paz, pues siempre se marca un antes y un después respecto a la dictadura y la democracia; el golpe de estado.
Tanto uno como otro recurren a logros que no son derivados de sus políticas, pero sí se dieron mientras gobernaban. Sus decisiones directas han tenido como causas el enriquecimiento propio y de sus allegados y un efecto negtivo sobre el resto. Logros como el fin de eta o los derechos de los homosexuales nacen de acciones individuales que fueron apropiadas por el todo.
Los ciudadanos conocen la mentira de la política y sus políticos, pero aceptarlo enfrenta al individuo a muchas preguntas que no puede responder. Es muy fácil arriesgar cuando tienes la fuerza para volver a recuperar lo perdido o cuando aún no tienes nada que perder. La incertidumbre de no saber que pasará representa una angustia que no todos pueden asimilar, porque no solo trata de que ocurrirá a tu alrededor, sino también de la propia pervivencia ante el cambio.
Los mediocres acaban corrompiendo toda organización. Si algo les define es que no pueden imaginar un futuro mejor, ni entienden como lograrlo, simplemente evitan que todo cambie. En este sentido puede comprobarse como en la política los viejos partidos han enfrentado a los nuevos con cuatro mecanismos clásicos; la renovación insustancial y superficial como el logotipo o los eslóganes, discursos y promesas vacías; avivar el miedo, mentir y manipular para desacreditar al rival; negar la posibilidad de un posible cambio, alegando que ni ocurrirá, ni merecerá la pena.
Así que, eliminar la posiblidad de que el enemigo muestre sus cartas y perder la oportunidad de mostrar la realidad de sus intenciones y formas, es un fracaso para aquel que realmente quiere y puede demostrar que puede ofrecer una alternativa mejor. Si no podéis enfrentar sus defectos y ganaros a los votantes que se saben traicionados, pero no ven una salida mejor, entonces es que quizás no sois la solución al problema; es muy digno querer luchar contra el dragón, pero si tu objetivo es quedarse su tesoro, no lloraré tu derrota.