HISTORIA DE UNA REALIDAD Y UNA FICCIÓN
Para los que queráis, aquí tenéis el link del primer capítulo (¿Qué demonios está pasando?):
http://www.media-vida.net/vertema.php?fid=6&tid=1828881010
Capítulo 2- El inicio de la búsqueda
6 DE JUNIO DEL 2020, 10 DIAS DESPUÉS DEL DIA T (LA CAIDA DE TAJDA)
Fred estaba en su despacho del cuartel general, sumido en sus pensamientos y recordando su conversación con Kasparov, que en la videoconferencia que ambos mantuvieron, también se mostró preocupado. Jugaba con su bolígrafo y se mostraba inquieto, pero estaba satisfecho, porque todas las Ciudades-Estado estaban bajo alerta roja y las defensas se habían incrementado a la par que las exploraciones habían quedado paradas hasta que Fred llevase a cabo la misión que estaba planeando con su gran amigo Ian, el Coronel Mosley.
Se sentía deprimido, la tenebrosa luz de un día nublado con amenaza de tormenta, que entraba por los dos grandes ventanales del despacho alumbraba tristemente las paredes y daban cierto toque de antigüedad a las estanterías repletas de libros de guerra. Fred, pese a que estaba poniendo todos los medios para intentar averiguar que estaba pasando ahí fuera, en realidad se sentía deprimido por Mónica – “¿Estará viva?” – dijo en voz alta a la par que resoplaba.
Una tímida llamada a la puerta despertó a Fred de su letargo – “Adelante, pase” – La puerta se abrió y apareció el doctor Atkins, que traía consigo una botella de vino y dos vasos.
“¿Se puede saber qué celebramos?” – Preguntó un sorprendido Fred.
“¿No me digas que un fan de la historia se ha olvidado de esta fecha tan importante? Hoy es el heptagésimo sexto aniversario del día D, el famoso desembarco de Normandía” – Explicó un extrañado Atkins, tras lo cual prosiguió cambiando de tema a la par que servía el vino en los vasos – “He oído que estás pensando en ir a Moscú tan pronto acabes con la operación… mmm… como demonios la llamaste en tu comunicado televisivo ¡ah sí! Operación Búsqueda de Fantasmas. La verdad es que el nombre es levemente ingenioso a la par que un tanto absurdo, pero lo que no entiendo es que pintas tú en Moscú”.
Fred agachó la cabeza, puesto que ni él mismo sabía si iba a hacer turismo o a hacer algo más importante, pero presentía que tras la Operación Búsqueda de Fantasmas tendría fundamento el efectuar tal viaje. “Secreto de sumario, como dirían los jueces” – Dijo Fred a la par que cogía el vaso de vino y se lo llevaba a la boca para echar un buen trago – “Te contaré todo en su debido momento doctor. ¿Sabe? Tiene gracia que un día Albert Einstein dijese que tras la Tercera Guerra Mundial, la Cuarta se llevaría a cabo con piedras y palos, lo cierto es que tenía fundamento para el mejor de los casos, ya que una guerra nuclear depararía con casi toda probabilidad la extinción de la especie humana, pero ¡je! ¿Quién demonios iba a imaginarse una situación así?”
“Por lo que veo sigues atormentado por la Gran Guerra” – Incidió Atkins – “El ser humano es tan inesperado como cruel, incluso dudo que la historia llegue a revelar algún día cual fue el verdadero desencadenante de la guerra, si el ataque de Corea del Norte a Corea del Sur, si la conquista de Palestina por parte de Israel o el ataque de los Estados Unidos a dos bandas, atacando Irán y Canadá. Eso en cuanto a crueldad, en cuanto a inesperado podemos matizar o bien, el desentendimiento de Rusia, el repentino e inexplicable ataque de Japón a China con bombas nucleares o bien las dudas que se generaron en Europa, poniéndose de acuerdo demasiado tarde con Rusia para interferir en la guerra cuando Barcelona, Londres, Mónaco y Berlín habían desaparecido del mapa debido a sendos misiles nucleares de vete a saber quien los lanzó…”
“No me extrañaría nada que hubiesen sido los propios americanos, es decir, nosotros mismos” – Interfirió un deprimido Fred a la par que recordaba el asco que le daba el hecho de ser americano – “Pero basta ya de ver quien fue el culpable y quien no, todos tuvimos la culpa, usted está harto de repetirme que quien no conoce la historia está condenado a repetirla, y parece ser que con dos guerras mundiales no tuvimos suficiente”.
Atkins se quedó pensativo de nuevo, deseaba hacer una pregunta que siguiera la conversación, ya que deseaba hablar de historia a todas horas, y mucho más con su amigo Fred, el cual siempre le había inspirado a llegar a conclusiones históricas acertadas. Él sabía que gran parte de su reputación mundial como historiador, y no tanto como psicólogo, se la debía a Fred, pero él era viejo, tenía 65 años y estaba enfermo de cáncer de pulmón, aunque no se lo había dicho a nadie. Mientras meneaba la copa de vino y echaba un trago, un movimiento de hojas provocado por Fred despertó a Atkins de su letargo, tras lo cual preguntó – “¿Has hablado con Mosley?”.
El doctor no había acabado de hacer la pregunta cuando el Coronel Ian Mosley irrumpió sonriente, sin llamar a la puerta, en el despacho de Fred. “Buenos días general” – Y girando la cabeza en dirección a Atkins, emitiendo una leve reverencia – “Buenos días doctor”
Fred tomó la palabra ante la incredulidad que habían generado en Atkins las buenas y a la vez malas maneras del joven Coronel. “Precisamente estábamos hablando de ti bribón. ¿Está todo preparado?”
“Todo preparado mi general, he escogido a 50 buenos hombres para acompañarnos” - Atajó un exuberante Mosley.
Fred se mostró sorprendido. “Has dicho… ¿acompañarnos? ¿Es que piensas venir? Jajaja nunca cambiarás, siempre te apuntas a un bombardeo, bueno, informa a los hombres que pasado mañana a las 9 de la mañana en punto partiremos de aquí y que se presenten a sus puestos a las 8:30 para ser informados de la misión, hasta entonces ni pío. ¿Entendido coronel?”.
“A sus ordenes” – Contestó un sonriente Mosley a la par que se retiraba junto con el doctor Atkins, dejando a Fred de nuevo en sus pensamientos perturbados.
8 DE JUNIO DEL 2020. 12 DIAS DESPUES DEL DIA T
El despertador sonó en la mesilla de Fred, quien lo apagó de mala gana mientras lo tiraba al suelo sin querer. Eran las 7 de la mañana, el día era soleado, por lo que Fred dijo sonriente – “Bien, habrá buena visibilidad, eso es bueno” – mientras emitía una leve sonrisa.
A las 7:30 Fred ya estaba listo para ir al cuartel general, estaba deseoso de iniciar la misión, pero antes debía enviar un comunicado a Rusia, Goteborg, Sydney, Ávila, Alsacia y Buenos Aires, dando cuenta del inicio de la misión.
Fred atravesaba los largos, viejos y oscuros pasillos mientras los oficiales que iban de un lado a otro le saludaban con el típico gesto militar – “Mi general” – mientras se llevaban la mano a la cabeza. A Fred nunca le gustó mucho, declaraba que era una tontería, pero le hacía gracia y no quiso hacer nada por remediarlo en su día. Cuando llegó a la sala de comunicaciones se encontró al Cabo Lemerre, al cual hizo un ademán con la cabeza dándole luz verde para enviar la señal. Tras eso se dirigió a su despacho.
Unos leves golpes en la puerta hicieron que Fred mirara su reloj – “¡Las 8:30! Maldita sea, ¿Qué pensarán mis soldados si su General llega tarde? – se dijo a sí mismo en voz baja y cuando iba a dar luz verde para que quien hubiese llamado entrara, la puerta se abrió y un sonriente Coronel Mosley gritó –“Pero bueno cantamañanas ¿Es que no piensas venir con nosotros?”.
“Sí claro, venga, vamos para allá” – dijo un anonadado Fred mientras cogía por el brazo a Ian y salían disparados hacia el patio de reclutamiento, donde esperaban los integrantes de la misión.
Cuando llegaron allí, el Teniente Sandler puso en disposición a los 50 hombres y con un gesto de saludo deseó suerte y cuidados a sus dos superiores mientras se iba. Fred se dispuso a dar una charla explicando la misión:
“Soldados, habéis sido elegidos para llevar a cabo una misión capitaneada por el Coronel Mosley y por mí, dicha misión recibe el nombre de Búsqueda de fantasmas, quizá os parezca cómico el nombre, pero no sabemos a qué nos enfrentamos, porque como bien sabréis, cuatro de vuestros camaradas murieron hace 14 días, hace 18 una expedición de búsqueda rusa desapareció inexplicablemente y hace 12 la Ciudad-Estado de Tajda cayó. Los culpables aún no sabemos quienes son, aunque se especula que son tropas de diversas Ciudades-Estado que pueden no estar de acuerdo con la nueva política estatal. – Fred ni por asomo creía en eso a juzgar por los gritos del comunicado de Tajda, pero no era preciso dar detalles, por lo que para evitar que los sombríos rostros de los soldados palidecieran más, prosiguió – “Bien, la misión consistirá en atravesar el Valle por el paso de Nadarhan y de ahí ir a la antigua ciudad de Retley, en la que suponemos que encontraremos muchos cadáveres debido a la radiación, cadáveres que serán esqueletos o en algún extraño caso, momias. La misión tendrá una duración de alrededor de 8 días, porque iremos a pie, e iremos equipados por el traje anti-radiación, la campana antiradiactiva, donde nos meteremos cada 3-4 horas para beber, descansar y alimentarnos, víveres para 10 días, el fusil M4A2 Carabine con 10 cargadores como munición, así que en marcha, recoged vuestros equipos y esperad en la puerta del muro primario hasta las 9”.
Ian y Fred entraron al cuartel general, recogieron su equipo, y tras dar las pertinentes instrucciones al Coronel Steiner, que se quedaría al mando militar de la ciudad, se reunieron con sus hombres.
Las puertas metálicas chirriaban mientras se abrían, Mosley tras admirar el bamboleo de las cadenas se dio la vuelta gritando – “Adelante chicos, si hay ratas por los alrededores las encontraremos” – Fred se le quedó mirando con gesto divertido, pensando a sus adentros – “Aparte de buen estratega y buen psicólogo, sería un buen general”.
Tras una hora de camino el grupo de exploración compuesto por 52 hombres llegaron al cartel que indicaba el inicio del paso de Nadarhan, con una impetuosa subida cuyo camino mal cuidado por el paso de los años radiactivos donde no había vuelto a pisar nadie, estaba plagado de raíces y maleza, pero aún se distinguía lo que antiguamente fue un paso para montañeros. Los hombres fueron pasando uno a uno, con Mosley a la cabeza, por esa especie de túnel que creaban los aparatosos árboles a la entrada, aunque la luz era buena. Cuando le llegó el turno a Fred, éste se dio la vuelta, viendo Revenge City a lo lejos y prometiéndose que desvelaría el misterio, tras lo cual se dijo a sí mismo – “La búsqueda ha comenzado” – Y pegó una patada al cartel que indicaba el comienzo del paso montañoso mientras comenzaba a andar.
felicidades