Véase las cartas de Unamuno a Azorín: En la sexta carta, datada el 14 de mayo de 1907, se podía leer:
"Merecemos perder Cataluña. Esa cochina prensa madrileña está haciendo la misma labor que con Cuba. No se entera. Es la bárbara mentalidad castellana, su cerebro cojonudo (tienen testículos en vez de sesos en la mollera)".
http://www.elnacional.cat/es/opinion...0_102_amp.html
EDITORIAL
Merecemos perder CatalunyaJosé Antich
Barcelona. Martes, 15 de septiembre de 2015Hasta el próximo domingo permanecerá abierta en la sede madrileña de la Biblioteca Nacional de España una exposición que lleva por título "Yo, Unamuno" y que, entre otras perlas, recoge la correspondencia del escritor nacido en Bilbao con el alicantino José Martínez Ruiz, Azorín. Unamuno, escritor clave para comprender la Generación del 98 y contrario, como es sabido, a la independencia de Catalunya, dejó para releer, cuando el bucle del debate se hace farragoso, escritos de su puño y letra, unos textos que merecen ser conocidos y divulgados y que hoy son plenamente vigentes por la actitud de la prensa de Madrid en el debate entre España y Catalunya.
La carta que me interesa lleva la fecha del 14 de mayo de 1907, unas semanas después de las elecciones generales en las que Solidaritat Catalana había conseguido 41 de los 44 escaños en disputa al Congreso de los Diputados. Unamuno se desahoga contra la actitud de la prensa española del momento. "Merecemos perder Cataluña. Esa cochina prensa madrileña está haciendo la misma labor que con Cuba. No se entera. Es la bárbara mentalidad castellana, su cerebro cojonudo (tienen testículos en vez de sesos en la mollera)".
Un siglo después sería falso afirmar que esta haya sido la actitud permanente de la prensa editada en Madrid, de sus radios y de sus televisiones. En estas décadas ha habido momentos de todo y también actitudes significativamente diferentes entre los medios cercanos a la derecha y a la izquierda. Entre otras cosas, porque la influencia catalana ha sido más importante en este último espacio ideológico. Lamentablemente, hoy, en el fragor de una batalla que los medios españoles, salvo honrosas excepciones, abordan con un exceso de visceralidad, esta situación ha empeorado enormemente. Se utiliza en exceso no la crítica, siempre legítima y también necesaria, sino el insulto y la descalificación. Si se considera necesario, se da un paso más y se recurre a la mentira. También en eso la actitud de los medios de comunicación británicos fue muy diferente en el reciente referéndum que perdieron los partidarios de la independencia de Escocia.