De que coja la pistola de su padre ya hablamos otro día entonces.
Las personas que están mal solo necesitan un detonador, da igual que sea un chat, que un videojuego, que un partido de fútbol. El que quiere suicidarse, si no es atendido, encontrará la manera de hacerlo. Aquí lo único que hacen los medios es aprovechar la temática, bien calentita y llamativa, para darle bombo.
En 2023, solo en España, se suicidaron 3.952 personas. ¿De esas quién ha hablado? Supongo que el problema son los chatbots.
¿Y si el chatbot en realidad alargó su vida un año porque le daba compañía? Esa lectura seguro que no interesa. Mejor meter toda la mierda posible, y eso sobre un cadáver de 14 años. En las conversaciones no hay ninguna frase que lo incite al suicidio, más bien todo lo contrario.
La tecnología necesita legislación y educación, eso no es nuevo. Vamos siempre a la cola del avance. Luego vendrán los sustitos, y no será un suicidio precisamente.