Desde siempre, he estado a favor de las nuevas tecnologías siempre y cuando fueran usadas correctamente. Nunca había visto un punto negativo a algo tan aparentemente sencillo como una red social pues, "¿qué va a tener de malo algo así, con lo tremendamente útil que es?", pensaba.
Ahora que estoy metiéndome en un proyecto propio que va por el camino de las redes sociales, estoy manejando algo de teoría social en base a las redes sociales para ciertas funcionalidades, y casi sin quererlo, estoy dándome cuenta de muchas razones por las que éstas, no son tan inocuas e inofensivas como parecen.
La realidad de las redes sociales, es que éstas modifican enormemente la manera mediante la cual nos relacionamos:
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Simplificación de la comunicación: Una de las cosas que sin duda más modifican la mente humana de las redes sociales, es cómo éstas cambian y simplifican nuestra manera de comunicarnos. Antes sólo podíamos hablar cara a cara, y ahí entran todo tipo de variables: gestos, lenguaje corporal involuntario, tono y volumen de voz, tics nerviosos... Nuestra mente está preparada para saber socializar en base a todas esas variables, pero los chats como WhatsApp, hacen que sólo nos queden un puñado de letras. Creo que no hace demasiada falta nombrar las consecuencias que esto trae tanto en las relaciones sociales, como en las personas que las componen.
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Trivialización de las relaciones sociales: Antes, ser amigo/a de alguien significaba mucho más que ahora. Hoy en día todos nos conocemos, todos estamos en pleno contacto los unos con los otros, todos nos enteramos de lo que le pasa a todos, y se generan unos círculos sociales bastante curiosos donde la privacidad e identidad individual quedan reducidas al mínimo. Esto ocasiona que los individuos sean más dependientes de sus círculos sociales, así como que las relaciones que componen dicho círculo, sean más débiles. En definitiva: las relaciones sociales se trivializan enormemente.
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Focos de atención masivos (aka mayor "monopolio social"): En las redes sociales, sobretodo aquellas cuya metodología de anexión social es one-sided (como Twitter, donde das "follow" pero no petición de amistad), se generan focos de atención masivos que pueden llegar a afectar a la distribución social y así desviar la atención que dedicamos a otras personas, hacia estos focos, generando mayor desigualdad en el ámbito social que antes. Esto ya pasaba en los institutos con "quién era más popular", pero a un nivel muchísimo menor.
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Disponibilidad absoluta: Una de las cosas buenas de las redes sociales, para casi cualquiera, es la disponibilidad. El poder hablar con alguien en cualquier momento, a cualquier hora... Pero, ¿es esto del todo bueno? Un exceso de disponibilidad, unido al conocimiento mutuo de dicha disponibilidad (hola, última conexión de WhatsApp), puede acarrear falta de énfasis comunicativo. Antes poder hablar con alguien era algo especial y raro, ahora es tan común que -de nuevo- se trivializan las interacciones en la relación, llevando a un aburrimiento mutuo y una pérdida de sensación de sociabilidad por ambas partes. Antes la gente se pasaba días sin hablar con nadie y estaban tan contentos, ¿por qué ahora tanta gente se siente tan sola cuando puede hablar en todo momento con alguien? He ahí la respuesta.
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Pérdida de identidad del individuo: Habréis tenido un déja vù con esto, pues ya lo hablé antes, pero creo que es un tema importante en el que profundizar. En las redes sociales tenemos nuestros círculos sociales definidos, aún sin darnos cuenta (esto podría demostrároslo con un algoritmo propio en Twitter, por ejemplo), en los cuales se plasma la información de todos sus integrantes. Sobretodo cuando damos bastante uso a las redes sociales, mucha de nuestra información personal (a veces muy personal) se hace pública, y por tanto los círculos sociales de primeros niveles respecto a nosotros, son receptores de esa información, de esos pensamientos y hechos que nos definen como individuos. Sin necesidad de que opinen, critiquen o ataquen alguno de nuestros actos, se provoca una pérdida de identidad individual muy fuerte que debilita, casi inexorablemente, una parte de nuestras relaciones sociales.
Todos estos problemas no son ajenos los unos a los otros; se complementan y las implicaciones derivadas de uno u otro, se hacen más notables. Cualquiera que sepa analizar un poco cómo se relacionan las nuevas generaciones, se dará cuenta de lo muchísimo que se han trivializado las relaciones sociales, o de la enorme difusión social que un individuo puede tener (resultando en menor profundidad en sus relaciones cercanas), o de la de gente que, simplemente, no dan llenado su necesidad afectiva/social por la superficialidad derivada de la sustitución de las relaciones sociales convencionales, por las redes sociales.
Vivimos en un mundo donde la gente está más sola que nunca, estando a la vez más conectados de lo que jamás lo hemos estado. Irónico a la vez que real.
¿Qué pienso yo de todo esto? Que se debería educar específicamente en el uso de redes sociales para tomarlas como un complemento útil de nuestra vida social, más que como una sustitución de la misma. La gente, sobretodo generaciones más jóvenes y acostumbradas desde pequeñas edades a las redes sociales, tiende a tener una visión de las mismas como si fuese su verdadera vida social. Su Facebook, Twitter, Instagram, Tuenti y demás, son visualizadas por los mismos con sus verdaderas identidades, más que como una representación de las mismas. Y de ahí, se ocasionan los cambios en la percepción social de los que hablé antes, entre otras implicaciones que probablemente dificultarán la socialización real, fuerte y directa a la que el ser humano convencional está acostumbrado. Y un débil y superficial entorno social, deriva en un individuo psicológicamente débil (y superficial).
Todo esto puede parecer divagación barata, pero cualquiera que eche un ojo a cómo se estructuran los grupos sociales en redes sociales (sobretodo en las one-sided como Twitter), se dará cuenta de la de variaciones que éstas generan en cómo nos desarrollamos en un entorno social, y las implicaciones negativas que dichas redes sociales terminan teniendo sobre nosotros, casi siempre debido a un mal uso o percepción de la misma.
¿Qué pensáis vosotros de esto? ¿Cómo creéis que las redes sociales modifican el entorno social y a los individuos que lo componen? Yo seguiré diciendo lo de siempre: la tecnología es necesaria, pero también lo es el acostumbrarse a darle un buen uso. Porque como siga habiendo una percepción así de las redes sociales, me atrevo a decir que las implicaciones van a notarse tanto a nivel de sociedad (con pobres relaciones interpersonales), como de individuo.
No se trata de no utilizarlas; no dejan de ser una solución útil para la vida moderna. El tema es cómo se utilicen y la importancia que le demos.